Me salto cualquier prolegómeno, y voy directamente a opinar sobre las consecuencias de este horrible fenómeno natural que nos está destrozando.
Como primera premisa, entiendo que todas las personas, afectadas o no, estamos colapsados mentalmente y podemos decir, pensar o manifestar ideas descabelladas, utópicas, fanáticas, etc., que se alejan de las correctas o mejores soluciones futuras, para Nuestra Isla y muy especialmente, para los dañados, los que han perdido sus Viviendas o Fincas, amén de sus pertenencias, recuerdos, historia, animales de compañía, etc.
Voy a plasmar mis ideas referidas a la reconstrucción o recuperación de los Hogares y Barrios, en segundo lugar.
Es decir que, el Gobierno Canario, puede impulsar dicha reconstrucción. Para ello debe ponerse de acuerdo, en este caso con los Ayuntamientos afectados y pedirles:
— Suelo público, que pueda destinarse a dicha finalidad. Preferiblemente, anexo a Calles o Caminos, ya dotados de agua, luz y alcantarillado, pero no necesariamente.
—- A falta de Suelo Público, Suelo privado en los lugares indicados en el anterior apartado. Si este fuese el supuesto procedente, por falta de suelo público, Negociar con los propietarios y en muy último caso, ir a la Expropiación Forzosa, cuando no hubiese otra solución.
En ambos casos, en cantidad (volumen de metros cuadrados) suficiente para albergar un número de Viviendas (unifamiliares a ser posible), una Placita, una Iglesia y otros Equipamientos Sociales necesarios, para la configuración de un Barrio o núcleo de población similar.
Y en este momento, pongo nombre y apellidos, Todoque y La Laguna. No me olvido de los Diseminados de todos los Caminos y Parajes afectados: Tacande, El Paraiso, Campitos, Cumplido, Aniceto, etc, etc.
De esta forma, en un plazo medio-corto, se podrían reconstruir dichos Barrios y Diseminados, en unas condiciones, nunca iguales, pero sí dotadas de intimidad e idiosincrasia, para que los perjudicados vuelvan a esos lugares y Casas, percibiendo que regresan a su hogar perdido. Y evitando que, se desperdiguen, hacia otros Municipios o Islas. O el sentimiento de verse recluidos en Viviendas de Protección Oficial, como cualquier gueto de nuestra pasada historia.
Respecto a las Viviendas a construir, su forma, superficies, etc., bien los Ayuntamientos a través de sus Oficinas Técnicas, quizás a través de los Colegios de Arquitectos de Canarias, o Empresas Mixtas tipo Visocan, oídos los propios afectados, serían los encargados de configurar dicha tipificación.
Al Gobierno de España, le correspondería cumplir las promesas que reiteradamente han hecho, en las múltiples visitas que ha realizado a la Isla. La exención de Impuestos vinculados a dicha reconstrucción, sumada a las indemnizaciones prometidas, harían viable todo el proceso, para que La Palma y sobre todo el Valle de Aridane renazca, nunca mejor dicho de las cenizas y la lava.
Estas ideas hay que estudiarlas y plasmarlas en acuerdos, reglamentos, incluso alguna Reforma Legal, como por ejemplo la que afecta al justiprecio de las expropiaciones forzosas, a los efectos de la valoración de las Viviendas y Fincas sepultadas o dañadas por el Volcán. Para que se paguen a un precio justo, que permita a quienes han perdido su patrimonio, obtener una compensación económica para poder rehacer su vida.
Mientras tanto, y hasta que el Volcán termine, que siga la solidaridad y que se aparte la burocracia de nuestra vida, por favor. Sigamos poniéndonos en la piel de los afectados.
Fuerza La Palma.
Fdo. Juan Carlos Rodríguez Brito.-
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