¿Quién gana unas elecciones municipales?

En estas semanas de resaca electoral, estamos viviendo, como nunca, las contradicciones de lo que siguen intentando vendernos por democracia. Vivimos el bochornoso espectáculo  de un  discurso cambiante que, por un lado intenta instalar un concepto falso de quien gana unas elecciones municipales con un falso respeto por las listas mas votadas que nunca han tenido, y por otro,  un ejercicio de hipocresía  argumental, para intentar justificar posturas contrapuestas, según donde, y asumiendo los cambios y las políticas que se demandan pero solo de intenciones y  sin firmes compromisos.

¿Y ello por qué?

Sencillamente porque la vieja forma de hacer política no ha muerto. El 15M ha tenido  buenos resultados pero le falta mucho para imponer ese cambio que deseamos muchos  y en cuya búsqueda, creo que  no deben flaquear, dejando claro que el mandato de los ciudadanos está por encima de tocar poder.

Pero al  hilo de ¿Quién gana unas elecciones? no hay argumento más falaz que decir que gana la lista más votada.

Todos sabemos que el acta de concejal la obtienen los primeros de las listas sin darnos opción a posicionar a los candidatos según nuestras preferencias, lo que sigue justificando la indignación por reivindicar  unas "LISTAS ABIERTAS"

En segundo lugar los votantes otorgamos a los electos una autorización  para ejercer un voto en el seno de las corporaciones, entre otras cosas, para elegir al alcalde, y  los candidatos para alcalde son todos los cabezas de lista de los distintos grupos o partidos en los ayuntamientos mayores de 250 habitantes y todos en los concejales en los de menos habitantes, por lo tanto, un partido o grupo saca más o menos concejales, pero el alcalde es el que gana las elecciones en el seno de la corporación.

Lo que está usurpando la falsa democracia con los pactos y acuerdos en "cascada" es que esa capacidad personal de ejercer un voto responsable; muchos tendrán que tragarse el sapo de ir contra su deseo, por mandato de los barones locales, provinciales o nacionales, y lo que es peor, sin un criterio serio firme y unánime, sino dependiendo de circunstancias muy diversas de política a "espaldas de los votantes" lo que  sigue sustentando  otro  grito de los indignados  ¡LIBERTAD DE VOTO!

En tercer lugar y en cuanto a las autonómicas o generales en su caso, demos un vistazo a la siguiente tabla de votos en Canarias y veamos los diputados conseguidos por cada fuerza y los que le corresponderían en un reparto proporcional:

Que distinto sería el parlamento si la ley fuera justa. Nada menos que 13 diputados cambiarían de mano, abriendo múltiples posibilidades de gobierno de acuerdo con lo que es la verdadera voluntad del pueblo, de ahí la negativa a la reforma electoral de los beneficiados  y el otro grito fundamental de los indignados   ¡UN HOMBRE UN VOTO!

En fin que, aunque el momento político que se vive es interesante, los  "utópicos", según algunos, seguimos gritando  y nuestros gritos siguen acordes con los  fundamentales  del  15M.

Esperamos que el absurdo de los que se llaman realistas aumente nuestro campo en un futuro que esperamos no muy lejano.

Continuamos.