2021 - Hagamos historia

No se si estoy equivocado al pensar que un asunto tan determinante como la respuesta, hoy bastante aclarada por la ciencia, a las dudas existenciales tales como quiénes somos, o de dónde venimos, siguen siendo misterios. o tabús para una parte importante de la gente en general.

Todavía no suele ser habitual que se considere a Charles Darwin un personaje determinante en la historia, que a pesar de la frontal oposición que sus teorías sobre la evolución encontraron en su tiempo, pero que con algunas imprecisiones nos vino a abrir los ojos ante las naturales dudas que la humanidad fue solventando a base de imaginación, creando mitos por otro lado comprensibles, dada la necesidad de buscar una respuesta tan determinante como contestar a la pregunta de” quiénes somos o de donde venimos.”

La necesidad que desde que el homo sapiens tuvo capacidad de tener pensamientos abstractos, de buscar respuesta a la angustia de no saber de dónde venimos y qué pasa con nosotros después de la muerte, es natural y comprensible que todas las culturas hayan ido construyendo respuestas imaginativas, que son parte sustancial del hecho religioso, que por otro lado no debe ser nada fácil someterlo al principio de que “todo ha de tener un origen explicable racionalmente.”

Creo que todo el mundo ha de tener la libertad de buscar una respuesta satisfactoria, que le proporcione paz espiritual a esa incertidumbre existencial, aunque supongo que nadie dude de que se trata de una hipótesis, enmarcada dentro de una determinada cultura a la que se ha llegado por caminos diseñados a lo largo del tiempo y producto del aporte que el mismo homo sapiens ha ido aportando.

Es apasionante ver por ejemplo las vicisitudes históricas del devenir de las religiones monoteistas, que a lo largo de los últimos tres milenios fueron aportando conceptos desde los sumerios y acadios a los persas y los egipcios para refundirse en la biblia hebrea que a su vez con aporte de la filosofía helenista dio lugar por un lado al cristianismo y por otro al islam.

Hay sin duda mucha sabiduría refundida en sus conceptos, y es gratificante ver como fueron parte determinante en formar nuestra manera de entender la vida. En este sentido, el mundo oriental también es igual de rico en matices e igualmente interesante.

Me permito hacer referencia de algunos autores actuales que a través de sus investigaciones dan luz sobre muchas de estas cuestiones, y que su prestigio y su obra está muy difundida, y cuyas intervenciones divulgativas en foros de prestigio se puede acceder hasta a través de “You Tube”, por ejemplo, como Juan Luis Arsuaga, José M. Bermúdez de Castro, Ignacio Martínez Mendizábal, Eudald Carbonell, Antonio Piñero, Adolfo Roitman, Mario Sabán, por ejemplo.

Soy de la opinión de que ciencia y religión han de estar cada una en su sitio, respetando como es natural las creencias de cada uno así como las costumbres culturales y folclóricas de cada pueblo.

Disculpen lo prolijo del comentario, pues sin duda se pudiera decir lo mismo en mucho menor espacio.