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Fiestas Lustrales

El Minué con “aires” de amor

  • Los cambios en la coreografía y el escenario realzaron la danza dieciochesca

Brillante el Minué de los Aires en Re que se representó anoche en el Recinto Central de las Fiestas Lustrales convertido por una horas en un deslumbrante salón de baile del siglo XVIII. Al desaparecido Luis Cobiella, muy presente en el acto lustral por ser el autor de la música magistralmente interpretada por la Sinfónica de Las Palmas y por los coros de la Bajada, le hubieran gustado los cambios introducidos tanto en la coreografía, totalmente renovada y con marcado sabor canario, como en la nueva disposición del escenario en dos alturas, que sirvieron para realzar esta danza dieciochesca que como todo lo bueno solo se puede disfrutar en contadas ocasiones.

El delicado vestuario, que poco a poco se ha ido perfeccionando, y la introducción, por primera vez, de la palabra para narrar la historia de amor prohibida entre una pareja de bailarines que tuvo un final feliz, enriquecieron también el acto que ha ganado en dinamismo y vistosidad, algo que se agradece y a lo que sin duda han contribuido las 24 parejas de baile, muy bien dirigidas, que danzaron con elegancia y profesionalidad en medio de una escenografía con grandes ventanales y pequeños elementos que nos acercaron a la estética del siglo XVIII, aunque dejaron un poco oculta a la orquesta y a los coros.

Fueron cerca de 40 minutos de buen espectáculo, en el que también destacaron las voces solistas de Rosina Herrera (soprano), Rosa Delia Martín Alonso (mezzosoprano), Pancho Corujo (tenor) y Anelio Gibrán (barítono), con el que el público, que llenó el recinto, disfrutó y que tuvo su arranque simbólico varias horas antes con la lectura del pregón anunciador y con el arriado de la Bandera de la Virgen, en el Castillo, con los honores de la Compañía de Milicias que luego desfiló por las calles hasta la recinto central.

En el recorrido, lleno de gente, no faltó la ambientación del siglo XVIII, pues en los balcones de algunos edificios destacados había jóvenes ya vestidos para el Minué, una danza que nos trasladó por unas horas a una época muy lejana que cada cinco años revivimos gracias a esta representación que en esta ocasión empezó con un fragmento del Minué de Santo Domingo.

 

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