Nevó de nuevo en la cumbre
aunque como siempre,
las nubes cubrieron
los mantos de merengue
y arrastraron tormentas
tan efímeras como infieles,
celosas por ver invadidas sus cotas
en la techumbre de miradas curiosas.
Pero aquí abajo
en la fosa de mi alma
también se posó la nieve
por cortarnos mientras regresábamos
con una gélida estaca en el costado…
Nevó de nuevo a ras de cielo
aunque como siempre,
sus penachos apenas durarán unos días
blanqueando las efigies montañosas
donde posarse en alto
es siempre laureado.
Pero aquí abajo
en mi corazón devastado
también cayeron algunos copos
por chirriar la frialdad
con corchos en nuestras manos…
Nevó de nuevo en las cimas
aunque como siempre,
la idea de subir a conocerla
se marchitará, pues su limpieza en lontananza
es mito que al llegar
ensuciará el barro sin más.
Pero aquí abajo
en el lecho de nuestros vellos
también hay neveros
sobre sábanas de algodón
por quebrar lo que solo ha de partir
siempre en pos de ti y de mi…
Nevó de nuevo en la isla
pero aquí abajo no hace frío estando solos
Nevó de nuevo
pero aquí abajo no lo hará si…
nieva…
y no me sueltas de la mano.
