Marynieves Hernández.
La luz, el canto de los pájaros
colaboran haciendo tus mañanas.
Te sentimos llegar,
tus alas bruñidas de ilusiones
besos de azahar en la brisa
diadema de colores te abraza.
El sol baila su brillo en los jardines,
divina transparencia
divino eco el de tu voz
divino el polen que en ti danza
esplendoroso azul tus palabras.
Contigo
retoña la esperanza, reverdecen los tallos,
todo fluye anheloso en tu canto de amor.
Se enamoran los pájaros, revientan los nidos
el grano en las espigas, en los capullos flor,
es tupelo un rosario de heliotropo y tomillo.
Todo está en su lugar disciplinadamente,
la sangre se acelera en su afán amoroso
el corazón ansioso cabalga sin compás
buscando en tu camino
el vuelo de su afán
unas veces llorando, otras veces riendo…
comiéndose los pétalos,
bebiéndose el rocío.
Besamos tus ojos, te robamos sueños
evocando sucesos de cuando éramos niños…
de aquellas miradas que quedaron grabadas…
Pensamientos henchidos
de una inmensa inquietud
bajo la amante lira de tu canción de amor.
¡Rubia Primavera de amapola y trigo!
de noches serenas, de luna en las huertas
de infinito azul,
regálame el beso que bajo tus alas
escondes celosa con manto de luz.
Marynieves Hernández
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