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Opinión
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Proyecto de captación de agua de niebla en Cumbre Nueva- El Paso

Interesante pero ¿caro, impactante, poco eficaz? Hay alternativa

Mar de nubes en El Paso.

No sería la primera vez que una idea muy interesante, positiva, avanzada, sostenible, y que debería ser apoyada por todos aquellos que estamos a favor de las energías limpias y la sostenibilidad, luego, a la hora de concretarse en un proyecto,…ya no es tan adecuada como parecía al principio. Casos hay muchos, y más actualmente cuando las “catástrofes” que anunciábamos los “catastrofistas” ecologistas, se están cumpliendo una tras otra: olas de calor de récord, sequías nunca vistas, encarecimiento y escasez de las fuentes de energía que decían inagotables, etc.

Un caso típico: la energía eólica y los molinos necesarios para producirla. Positivo, muy positivo desarrollar la energía eólica e instalar aerogeneradores. Pero si, por ejemplo, en una sierra boscosa y medioambientalmente valiosa, se abren o amplían unas pistas para llegar a lo alto, y todo el cresterío se apisona y allana para llenarlo de placas de hormigón para instalar una línea de gigantescos molinos, que encima crean un horrible impacto visual, pues, entonces hay que decir, y se dice: energías alternativas sí pero….así, no. Ergo, hay que buscar otro lugar con esas ventajas (crear más energía limpia), pero sin esos inconvenientes.

Un caso actual, y palmero, es el que ya está en proyecto, y se ha anunciado en algunos medios, referente a la instalación de nada menos que 650 captanieblas de última generación en la Cumbre Nueva, sobre el municipio de El Paso. Ese lugar es óptimo para este tipo de instalaciones pues ya todos conocemos, porque lo vemos, los muy numerosos días del año en que la “cascada” de niebla por encima de El Paso, la “brisa”, como solemos decir, se instala sobre ella. Con un presupuesto de 1.300.000 euros, irían añadidos a esos atrapanieblas depósitos en diferentes alturas, con unas capacidades de 1.000 metros cúbicos de capacidad el primero, y 750 el segundo. Y el plan no terminaría ahí: la idea sería completarlo con una minicentral hidráulica para producir energía eléctrica de origen, por tanto, renovable y limpia. Además, el agua se embotellaría posteriormente para su venta . A primera vista, todo positivo, todo sostenible…pero….pero…¿dónde está el problema? Pues hay bastantes.

En primer lugar, al igual que sucede a veces con los molinos eólicos, pues resulta que esta zona es muy valiosa, protegida, y hay que ver cómo se instalarían estos 650 atrapanieblas, con qué infraestructuras, cuánta cimentación (cemento) implicaría, y qué impacto visual provocaría. Por poner un ejemplo claro, en ese lugar ya ha habido dos “experiencias previas” de atrapanieblas. Una, sobre la vertical del Pino de la Virgen, al final del sendero del Reventón, consistente en unas mallas clásicas, rectangulares, atadas a unos grandes postes que sobresalían mucho sobre el paisaje, y provocaban bastante impacto visual. Además, se rasgaban a veces por el viento cuando éste era muy fuerte, se tupían los recogedores de agua por la hojarasca, etc. Sin embargo, en el lado contrario de Cumbre Nueva, la experiencia fue mucho mejor: la malla, de color verde, e incrustada entre la vegetación, quedaba totalmente mimetizada, no se rompía y recogía una cantidad de agua importante, que servía y sirve para mantener lleno un depósito reserva para casos de incendios en la cercana zona de la Barquita. ¿Qué método se va a usar en este proyecto, el más impactante desde el punto de vista paisajísico, o el mimetizado? Esa es la primera pregunta. Tal cantidad, 650 atrapanieblas, cubren en torno a dos kilómetros de cresterío. Aparte de esto, hay otros aspectos de este proyecto muy discutibles o dudosos. La mitad del presupuesto total de 1.300.000 euros, es para comprar e instalar las mallas, pero la cantidad restante es para la colocación de tuberías de transporte y construcción de depósitos. Más el gasto que supondría, en un futuro, la hipotética central minihidráulica y la embotelladora de agua potable. Para esta segunda parte, es más que posible que haya una alternativa gratuita, lógica, sostenible y positiva, medioambientalmente hablando. Veámoslo con detalle.

A veces lo más evidente, delante de nuestras propias narices, no lo percibimos, por cuestiones de esquemas mentales y culturales. Un depósito de agua parece que tiene que ser hecho de cemento, piedra, plástico, u otro material, costarnos una buena cantidad de dinero y ocupar un espacio. Pues bien, debajo de nuestros pies, en el cresterío de Cumbre Nueva, existe ya un gran depósito, hecho por la Madre Naturaleza, del que sacamos el agua potable de la que bebe la mayor parte del Valle de Aridane. Es decir, estoy hablando de la capa freática, del depósito subterráneo del que se extrae el agua por las dos bocas de las galerías conocidas como Túnel de Trasvase, Este y Oeste. No hace falta ni depósito,, ni conducciones. Ese depósito subterráneo, freático, se llena con el agua de la lluvia, sean aguaceros o lluvia horizontal, que cae sobre la tierra de Cumbre Nueva…y se infiltra. ¿Y qué problema hay en dejar caer el agua que se obtienen de esas mallas al suelo, para que se sume a la que ya se infiltra hasta ahora? Es más, ya se ha constatado el peligroso síntoma de que el caudal de agua que sale de las galerías del Túnel de Trasvase está mermando, reduciéndose. Eso indica que se extrae más que agua de la que se infiltra. Por tanto, sería miel sobre hojuelas el aportar una ayuda a la infiltración y recarga del acuífero mediante atrapanieblas, mimetizados en el paisaje. Por si fueran pocas las ventajas de esta solución más barata, sencilla y menos dañina al paisaje, tenemos otra ventaja “oculta”, a la que podríamos llamar “efecto bola de nieve”. Ya se sabe, una bola de nieve en lo alto, cae ladera abajo y va creciendo, creciendo más y más al rodar. Pues lo mismo con los efectos positivos de recarga del acuífero de Cumbre Nueva por recogida de agua de niebla extra. Paso a explicarlo.

Ya se sabe que la vegetación, sea pinar, laurisilva, fayal/brezal, cedral… en zonas de niebla del alisio ayuda a condensar y precipitar una cierta cantidad de agua de esas nubes, por sí sola. Es el fenómeno de los “arboles llorones”: debajo de ellos parece que está lloviendo, y en los alrededores, no. Su aportación a la infiltración de agua a la capa freática es importante. Los atrapanieblas hacen lo mismo pero, en el caso de los de última generación, multiplican esa precipitación horizontal por 10 o más. Pus bien, si dejamos que caiga esa agua extra de los captanieblas al suelo, esa zona de terreno estará más húmeda, más mojada de lo normal. Gran parte se infiltra, como ya se dijo antes, al subsuelo, a la capa freática. El resto, sobrealimenta a la vegetación de la zona. Incluso puede escurrir ladera abajo remojando otras zonas, aparte de la que está ocupada por estas mallas. La conclusión es muy clara: una zona ya ocupada por vegetación, sea laurisilva u otras, que recibe más agua, se vuelve más exuberante, tupida, con más follaje…y eso da lugar a que esa vegetación preexistente precipita a su vez más lluvia horizontal que antes. Efecto “bola de nieve”, aplicado a la lluvia horizontal. Se conseguiría crear en Cumbre Nueva una zona de laurisilva óptima, de primera calidad y de más efectos beneficiosos .

¿Y qué pasa con las futuras planta minihidráulica de generación de electricidad limpia, y de la embotelladora de agua procedente de la niebla.? Sinceramente, después de consultar a gente que sabe del tema, tiene toda la pinta de ser una “ocurrencia”, de esas tan frecuentes en nuestra isla, que luego quedan en nada, y con dinero despilfarrado. Primero, una central hidráulica, sea grande o mini, necesita un caudal mínimo y constante todo el año. ¿Se puede obtener agua de atrapanieblas todo el año? NO. Es más que evidente que hay largas temporadas de brisa en Cumbre Nueva, y otras también muy largas en que no sucede esto. Y el depósito de 1.000 metros cúbicos de reserva proyectado, solo podría mantener la central minihidráulica funcionando durante un muy corto espacio de tiempo. Es un absurdo esta idea, cuando en La Palma tenemos caudales mayores y sí permanentes, como los de Marcos y Corderos, la Caldera, etc. que sí necesitarían una inversión para tener centrales minihidráulicas viables, como las que ya existieron en Argual y Tazacorte o la de El Mulato en los Sauces, cuando la técnica era más anticuada. Sin embargo, en estos casos más propicios, no se ha hecho nada hasta ahora, desgraciadamente.

La embotelladora de agua de niebla…otra ocurrencia absurda. Está más que demostrado que el agua obtenida directamente de las nubes no es muy buena, de calidad, para beber. Necesitaría un largo proceso de tratamiento para hacerla potable. Es más que conocido que las buenas aguas son de manantiales, del subsuelo, que han pasado por rocas que las han dotado de sus características y beneficios minerales. Paremos de vender humo a la población con proyectos bonitos y luego fracasados. No estamos en momentos ni ahora, ni para la que se nos viene encima, de derrochar recursos absurdamente. Hagamos las cosas con cabeza, que no es tan difícil.

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