Pedro Higinio Álvarez Rodríguez, Economista.
A las pocas semanas de iniciada la erupción volcánica, ocurrida el 19 de Septiembre de 2021, diversos responsables políticos, empresariales y del ámbito social, hablaban de la necesidad de que la isla saliera fortalecida de dicha crisis y que ello supusiera un cambio en la orientación de su modelo de desarrollo. En definitiva, se generó un debate, que dura hasta hoy, sobre el presente y futuro de La Palma y esto siempre es positivo que ocurra en cualquier sociedad madura y democrática.
Desde prácticamente el inicio de la erupción, han llegado a la isla millones de euros provenientes de las distintas administraciones públicas. Un dinero, que desde nuestro punto de vista, se está gastando sin existir un trabajo previo de planificación y valoración de las necesidades, que está siendo invertido de una manera casi improvisada y que no está siendo fiscalizado adecuadamente por los correspondientes mecanismos de control interno de la administración.
Lo único urgente debería ser atender de manera adecuada, el problema de la vivienda para los afectados, ya que casi todo lo demás, necesita argumentos, tranquilidad y sosiego para tomar las mejores decisiones posibles.
Con la excusa del volcán, las diversas administraciones públicas apoyándose en una supuesta emergencia, han procedido a desempolvar viejos proyectos e ideas, que en su conjunto, están conformando un “puzle”, que convertiría al Valle de Aridane en un territorio donde la actividad económica giraría en torno a un modelo turístico que ha fracasado en algunas islas del Archipiélago. Un modelo turístico que es el responsable de que Canarias lidere los datos de España en desempleo, marginalidad y desigualdad social y un deterioro ambiental irreversible.
El modelo económico actual de La Palma, es débil, dependiente del exterior, vulnerable, no permite que todas las personas que desean trabajar, lo puedan hacer, generador de poco valor añadido y responsable del deterioro de las condiciones de vida de más del 30 % de la población.
Pero el turismo, tal como lo conocemos en diversas zonas de Canarias, no es la solución. Ese turismo no va a ser nuestra salvación, por más que lo repitan, de manera machacona, algunos responsables políticos de nuestra isla. No se nos puede seguir obligando a elegir entre lo malo y lo peor. Si queremos evitar que La Palma sea un territorio fallido para los próximos años, necesitamos otra vía que suponga dar un giro de 180º a la economía y la sociedad de nuestra isla.
Por ello, es necesario y urgente el diseño y la ejecución en el tiempo de una “estrategia insular”, que posibilite una reconversión ecológica de la estructura económica de La Palma, con el objetivo de adaptar el tejido productivo, las relaciones sociales y la gestión de los asuntos públicos en esta isla, a un entorno geopolítico complejo, amenazante e imprevisible y a los cambios que ya se están produciendo en el planeta, derivados de las alteraciones del clima, cuyas repercusiones negativas en la economía, el territorio y las personas, ya estamos observando en la actualidad y que se agravarán, irremediablemente, con el paso del tiempo.
Como mínimo y de manera urgente, deberíamos abordar los siguientes retos, que consideramos estratégicos para esta isla:
Con carácter inmediato, se debe proceder a otorgar la máxima protección jurídica a las coladas y la fajana generadas por la erupción volcánica y regenerar en la medida de lo posible, el daño que ya se ha hecho, ya que constituyen un recurso turístico, cultural y científico de primera magnitud y más aún, cuando se pretende que se instale en La Palma, el Centro Vulcanológico Nacional. En este sentido, las infraestructuras de comunicaciones y acceso a las viviendas, barrios y los núcleos de la costa, deben ser blandas con el territorio y reversibles.
Debemos renunciar a la construcción de nuevas carreteras y paralizar las que actualmente se están ejecutando en Tazacorte, en las coladas generadas por el volcán o en el término municipal de Tijarafe. Hay que abandonar de una vez por todas, las pretensiones de conectar El Remo con La Zamora, la denominada “carretera de la costa” o la “circunvalación de El Paso”. Además, esta sociedad no se puede permitir seguir enterrando y despilfarrando millones de euros en un muelle de Tazacorte, cuya inutilidad es más que evidente y sin que nadie, todavía, haya asumido responsabilidades políticas.
El Valle de Aridane debe ser un solo municipio. En el horizonte de 2030, La Palma debería contar con solo tres municipios. Una reorganización política y administrativa, que también implique una devolución de competencias en el ámbito de la gestión del territorio, por parte de los Ayuntamientos en beneficio del Cabildo de La Palma y del Gobierno de Canarias. La ordenación urbanística debe estar alejada de los alcaldes.
Debemos alcanzar un “pacto insular” amplio, para la protección jurídica, efectiva y real del suelo agrario o potencialmente de uso agrícola, como recurso estratégico de primer orden, que lo preserve de nuevas construcciones de carácter residencial sin vínculos y ajenos al sector primario.
Necesitamos hacer cambios profundos y de calado en la gestión y propiedad del agua y abordar con otros criterios de gestión, los residuos, la movilidad y los recursos energéticos.
En el mejor de los escenarios posibles, las ayudas al plátano no van a crecer y ello, en un contexto donde la Unión Europea está mirando más al este del continente que a los intereses de las regiones ultraperiféricas. Por ello, es necesario un plan para la reconversión y sustitución progresiva del cultivo del plátano, en otro tipo de agricultura de carácter ecológico y cuyo objetivo fundamental sea el mercado insular y regional y así aumentar nuestro grado de autosuficiencia alimentaria.
La creación de nuevas camas turísticas, debe adaptarse a la disponibilidad de inmuebles tradicionales que se puedan rehabilitar y permitir la nueva construcción solo de las que contribuyan a la colmatación y consolidación de los núcleos urbanos ya existentes.
La nueva construcción residencial, solo debe ocupar los suelos urbanos y la periferia de los mismos, que existen en el Valle y en el conjunto de la isla y así evitar la dispersión urbana en el suelo rústico y los entornos rurales.
Con todas estas medidas, se trata de adaptar de una manera progresiva, la economía de La Palma a la realidad ecológica de la isla y a la dinámica de un entorno cambiante y no seguir profundizando en un modelo de desarrollo fracasado en otras islas y regiones españolas, que nos va a conducir inexorablemente a un futuro de mayor precariedad social y laboral, generando un deterioro irreversible en el territorio insular y dependiendo peligrosamente, de las circunstancias y decisiones externas.
En definitiva, ha llegado la hora de que la evidencia científica y la buena gestión, condicionen e influyan en la acción política de nuestros gobernantes y así poder enfrentarnos con mayor probabilidad de éxito a un presente complejo y un futuro incierto y lleno de incógnitas.
Todavía estamos a tiempo de reconducir la realidad. Se necesitan medidas novedosas y muchas veces impopulares, y políticos valientes que las ejecuten y sobre todo, un cambio en la conciencia de todos nosotros, que posibilite tal transformación estratégica, diseñando un modelo de isla consensuado y aceptado, que ayude a tener un futuro viable y en la medida de lo posible, con mayor grado de autonomía frente a decisiones y shocks externos.
*Pedro Higinio Álvarez Rodríguez, Economista.
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baifito
En Canarias tenemos muy crudo intentar cambiar nuestro modelo productivo a estas alturas. Sólo somos competitivos (y no tanto) en turismo y todos los servicios que giran alrededor. Los sectores primarios y secundarios van en caída libre y sin freno, y pronto serán algo relictual. La “ventaja” de La Palma es que aquí nunca llegará el turismo de masas, por mucho que lo pretendan nuestros dirigentes, y que al menos sigue existiendo algo de economía de subsistencia, para no morirnos de hambre en la crisis mundial que se avecina…
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Palmerol
Surrealista el articulo. Comparto opinión con Llanense.
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analista
deacuerdo en parte de la intervención. Creo q la virtud está en el término medio. Con respecto a proteger coladas ,planificar y priorizar viviendas afectadas, coincido aunque ya vamos tarde.
Pero creo que sería bueno q La Palma tuviera dos o tres hoteles más, pequeños e integrados en el paisaje.
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AntonioLuz
JESSIC@ !!! crack¡¡¡
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Jessic@
¿Entre todos van a arreglar La Palma? ¿Y por qué excluye a las mujeres? ¿No tenemos derecho a opinar y participar en la reconstrucción liderada por nuestro presidente del estado español, Pedro Sanchinflas, y coliderada por nuestro presidente, también progresista e inclusivo, de la nacionalidad canaria, Pepe Benavente?
¿No podías poner en el título TODOS Y TODAS, o TOD@S?
Si no domina el lenguaje inclusivo, progresista, ecofeminista, diverso, LGTBIFÍLICO, absténgase de publicar opiniones y comentarios, que no vivimos en la edad media gobernados por el franquismo heteropatrialcal y fascista.
Del artículo no opino porque ni me gusta leer, ni tengo tiempo para lecturas. Yo soy de la universidad de la vida, como Adriana Lastra.
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Ivan4
Comparto la opinión de LLANENSE: hay algunas contradicciones. Las intenciones de don Pedro Higinio son buenas y lo tengo por una persona honrada (conozco a su hermana). La vía El Remo – Fuencaliente tendrá que conseguirse algún día. La consejera de Agricultura ya ha explicado que el plátano sigue dando beneficios y sigue importando a Europa (casi todo está subvencionado por Europa, aunque mucha gente piense lo contrario). ¿Diversificar la agricultura? ¡Sí, la historia ha demostrado que el monocultivo siempre ha hecho que los canarios emigremos! ¿Recuperar los cultivos de medianía? Sí, pero la juventud no está por la labor, prefiriendo trabajar de cajeros de supermercados (profesión muy respetable) a labrar las tierras de sus padres y cultivar trigo, millo, papas…¿El modelo turístico genera desigualdades sociales y económicas y no es la panacea que venden? ¡Cierto, muy cierto, solamente hay que mirar el sur de Tenerife, el sur de Gran Canaria o Lanzarote! Ya por último, don Pedro, siga usted opinando y escribiendo. Haga caso omiso a los abducidos de la SECTA PPSOE y a los de Corrupción Canaria.
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AntonioLuz
La venta de taparrabos, alpargatas y de bestias de carga tienen un gran futuro con este economista.
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AntonioLuz
¿El futuro? Vayan comprando unos cuantos botes de pintura negra.
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LLANENSE
Con el respeto hacia cualquier articulo.
El enfoque es bien intencionado pero demasiado idealista, y a la vez contradictorio entre las ideas que se comentan
Hemos de evitar el turismo, pero luego debemos potenciar el turismo con la arquitectura tradicional existente.
Debemos proteger lo agricola pero debemos ir quitando progresivamente el platano para que la isla sea autosuficiente para comer.
Hemos de cambiar el modelo, pero proteger las coladas y quitar las carreteras nuevas
Como se puede hacer todo a la vez?
Adaptar la economia de la isla a la realidad ecologica?? pero qué economia, si el turismo mueve todo y los empleos publicos .
Interesantes palabras al viento, pero poco real a la realidad del funcionamiento de las administraciones y del mundo empresarial
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GALVA
El Turismo masificado de los Sures , es riqueza para foráneos, y migajas para oriundos…
Superpoblación y aumento de precios.
Eso SÍ ESTA CLARO…
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