En 1982 -hace 40 años- el nombre del municipio de El Paso saltaba a la prensa regional y nacional con el descubrimiento, en menos de 90 días, de tres importantes yacimientos arqueológicos de petroglifos.
La corresponsal del periódico tinerfeño El Día, en este caso mi persona, dio la primicia de estos interesantes descubrimientos. Parece aconsejable, cuando aún tenemos la memoria fresca, que se relate, pasados cuatro décadas, lo que en aquellos días recogió y también no recogió la prensa.
Los primeros días del mes de mayo de 1982 hablando con maestro nacional Braulio Martín, por entonces concejal de cultura del municipio de El Paso, me comentó que unos jóvenes le habían dicho que en una pared de un barranquillo de la zona de San Telmo, en las cuestas de Hermosilla, estaban inscritas con unos círculos y un sol.
El “olfato” de periodista aficionada me puso en marcha y fui al lugar. Por esos años yo ya conocía algunas publicaciones de inscripciones en piedra y por supuesto las magníficas espirales de Belmaco y la Zarza y la Zarcita.
En un primer momento cuando con dificultad sacamos las ramas de las ciruelas y maleza, que tapaban el panel de grabados, en la primera mirada pensé que aquellos petroglifos eran muy distintos a lo que ya conocía. Quedé transportada a lejanas e enigmáticas culturas mayas o incas. Días después, se confirmaría mis primeras impresiones.
Tenía en mis manos una codicia periodística, ¡¡una primicia!! Algo dentro de mí me dijo que no debía informar. Primero había que tomar las medidas necesarias para proteger aquel legado rupestre, y así lo hice.
Mi emoción y deseo de comunicarlo se me hizo eterno, hasta que encontré un teléfono. Mi primera llamada no fue al periódico El Día, como era mi “deber” en condición de corresponsal, fue a Myriam Cabrera Medina delegada del Ministerio de Cultura en la isla y gran conocedora del mundo prehispánico de La Palma. Su respuesta fue tajante, con tono cariñoso de mandato, “a la prensa, ni una sola letra” y así lo hice.
Myriam Cabrera se trasladó horas después al lugar, en compañía de Braulio Martín y su esposa María Luisa Monterrey, allí le estaba esperando yo en compañía de unos vecinos y de mi padre Tomás Hernández Rodríguez, mi particular chofer por esos años. Cuando Myriam vio los petroglifos, aún resuena su voz en mi mente. Myriam exclamó ¡Dios Santo! ¿Qué es esto?
Benito descubrió el yacimiento de La Trocha de Bejenado, los arqueólogos Ernesto Martín y Mauro Hernández, Myriam Cabrera, Tomás y María Victoria Hernández.
Lo que yo sospechaba se estaba confirmando. Lo que estaba delante de nosotros era muy distinto a los otros yacimientos de grabados palmeros y canarios. La experiencia y asombro de Myriam lo corroboraba.
Visto el yacimiento la delegada insular del Ministerio de Cultura tomó unas notas y preguntó quién eran los dueños de aquellos terrenos y el topónimo del lugar. Gloria, la vecina más próxima le respondió que aquello lo llamaban La Fajana, Myriam respondió que había muchos lugares en la isla que se llamaban Fajana y que había que diferenciarlo, a lo que otro vecino comentó que también lo llamaban El Lomo y así fue rebautizado: El Lomo de la Fajana.
La sana y cariñosa censura me fue levantada con el sabio consejo y favor de no decir el lugar concreto donde se encontraba el espectacular yacimiento arqueológico. Así lo hice. A mi hermano Tomás y a mí nos “autorizaron” obtener las primeras fotografías destinadas a la prensa, con un “truco” no agresivo para el yacimiento, con un pincel mojado en agua resaltamos el contorno de los grabados.
El domingo día 2 de mayo visitaba el yacimiento Antonio Tejera, jefe provincial de excavaciones arqueológicas, quien declaró: “Faltan muchos estudios para dar una análisis preciso pero es un yacimiento arqueológico de primer orden, muy importante, por ahora es único en originalidad y variedad, tiene elementos que se asemejan al lugar de El Hierro y a los del barrando de Agüimes en Gran Canaria, también hay elementos comunes a los de Belmaco y La Zarza de esta isla, pero lo novedoso de estos grabados rupestres es su originalidad, por presentar elementos desconocidos hasta ahora, que lo convierten en un yacimiento completo y muy curioso”.
Al día siguiente, 5 de mayo, se publicaba, en la primera de El Día una fotografía, a cuatro columnas, con el siguiente texto: “Uno de los más trascendentes hallazgos arqueológicos. Los petroglifos de El Paso, distintos a todos los demás de Canarias.
En el interior del diario se recogía un reportaje gráfico firmado por mi hermano Tomás y por mí, compuesto de quince espectaculares fotografías. El despliegue informativo estaba de acuerdo con la importancia del descubrimiento. En esos tiempos, hace 40 años, las fotografías para la prensa había que mandar el rollo fotográfico completo, dada la urgencia no había tiempo de positivarlo en papel en La Palma. De regreso a la isla de Tenerife el profesor Antonio Tejera lo entregó en la redacción del rotativo El Día.
Muy próximo al Lomo de la Fajana, días más tarde, se descubre en el fondo del barranco de Tenisca otro yacimiento, los llamados del Cementerio, por estar justo debajo del campo santo de El Paso. Una impresionante y perfecta espiral lucía resplandeciente gracias a la luz del sol del poniente palmero.
En su entorno un vertedero incontrolado maloliente. De inmediato por parte de la Alcaldía, por esos años Miguel Ángel Hernández Martín, se puso remedio y en pocos días basuras, lavadoras viejas y animales muertos desaparecieron de aquel lugar. Cuando llegamos a este último lugar el arqueólogo Mauro Hernández se lamentaba diciendo que él había pasado decenas de veces por aquel lugar y no los había visto.
Las páginas de la prensa continuaban dando información de estos descubrimiento y Diario de Avisos, el 15 de mayo de 1982, decía: “Los dos yacimientos de petroglifos existentes en el barrando de Tenisca, término municipal de El Paso, aparte de contener elementos comunes a los existentes en los yacimientos previamente descubiertos en Belmaco, La Zarza, Tajodeque y Tamarahoya, así como el de Julán (El Hierro) contienen elementos que han sido considerados como inéditos.
El primer hallazgo fue realizado por dos jóvenes muy aficionados a la caza, Carlos Pino Capote y Juan Antonio Nazco Samblas, que perseguían a una hurona que se introdujo en un agujero, sito en la base de la pared del risco que existe en el barranco de Tenisca, lugar conocido por La Fajana y descubrieron los petroglifos ocultos bajo las zarzas”.
Los magníficos reportajes en la prensa escrita, radio y televisión, incluso nacionales, provocaron el continuo afluir de gentes que querían ver personalmente los dos yacimientos: El Lomo de la Fajana y El Cementerio.
El periódico El Día recogía el 2 de junio de 1982 la siguiente noticia: “Los petroglifos de El Paso visitados por cientos de personas: Los nuevos yacimientos arqueológicos palmeros, están siendo visitados por gentes de todos los pueblos de la isla. La curiosidad por estos temas jamás había sido tan multitudinaria. En la fotografía que mostramos pueden ver la espiral rupestre en petroglifos, que pertenece al yacimiento del barranco de Tenisca, el segundo de los hallazgos. La novedad de este yacimiento número 2º, es el gran tamaño de estas espirales, algunas llegan a medir más de un metro de diámetro”.
Esta afluencia de gentes obligó a tomar medidas urgentes y por sugerencia de la delegada de Cultura en la Isla el Ayuntamiento de El Paso contrató a una persona como guardián del lugar. No obstante, y con estas medidas unos inconscientes ciudadanos pretendieron dejar su “huella personal”. Ante este hecho lo recogía la prensa, el 18 de junio: “Multados tres jóvenes por intentar destrozar los petroglifos de Tenisca. El alcalde de El Paso, el ucedista Miguel Ángel Hernández, ha multado a tres jóvenes que intentaron dañar los petroglifos del barranco de Tenisca, importante descubrimiento arqueológico realizado recientemente. El guarda puesto por la corporación municipal en la zona de los petroglifos dio cuenta a la alcaldía del intento frustrado de tres jóvenes, y el alcalde aplicando la legislación vigente les multó”.
Los temores de profanación del legado prehispánico continuaban y Myriam Cabrera gestionó, no sin problemas, ante las administraciones públicas el construir un cerramiento de madera para protegerlo. El coste de esta empalizada fue de unas 50.000 pesetas, un auténtico dineral en esa época. De esta manera se realizaba en La Palma el primer cerramiento de protección del legado prehispánico.
La prensa escrita, radio y televisión continuaron informado de los descubrimientos arqueológicos. La amplia cobertura informativa propició el descubrimiento de otro yacimiento en la isla. Algunos fueron falsas alarmas y otros eran acertados. La colaboración ciudadana fue fundamental. Por unos meses los palmeros nos convertimos en responsables arqueólogos aficionados.
El 31 de julio de 1982, en primera página, el periódico tinerfeño El Día daba cuenta de otro hallazgo con el siguiente titular: “Ayer, en El Paso descubiertos nuevos petroglifos en La Palma”. Continuaba la corresponsal, en este caso, y como ya dije mi persona, diciendo: “Ayer se produjo un nuevo descubrimiento arqueológico de gran importancia. Se trata de un yacimiento de petroglifos, diseminado en una extensión superior a los cien metros.
El descubrimiento fue hecho en la zona del Lomo Grande, en el Llano Hermosos, concretamente en las faldas del Bejenado, por un cazador de la zona, Benito Paiz Yanes, que, según declaraciones a El Día, “hacia veinte años que lo conocía”, pero “no le había dado ninguna importancia” hasta enterarse de recientes descubrimientos en otras zonas de la isla. Benito Paiz se puso entonces a buscar el lugar, pues no recordaba exactamente dónde estaban. Localizados fue acompañado por Miriam Cabrera, delegada insular de Cultura, Mauro Hernández y Ernesto Martín, arqueólogos y por la corresponsal de El Día en esta zona de La Palma.
El yacimiento se extiende a lo largo de un terreno de más de cien metros de longitud. Lo componen una infinidad de piedras diseminadas por toda la extensión. Mauro Hernández declaró al periódico que “el yacimiento es bueno, pero está deteriorado por la erosión. Su situación es parecida a la del yacimiento de Tamarahoya y la zona que cubre es de gran importancia.
Estos nuevos petroglifos descubiertos ayer se localizan dibujos similares a otros yacimientos, pero también hay que hacer notar que se han detectado nuevos temas que prometen ser gran interés para los estudiosos. Con este descubrimiento se da un gran paso hacía el análisis de la arqueología palmera”.
Además de las personas que se reseñaban en el periódico se encontraban presentes Antonio Soler, esposo de Myriam Cabrera y Tomás Hernández Rodríguez, mi padre. Unos días después, el 3 de agosto, el mismo periódico publicaba en primera página una foto de este yacimiento y en su interior unas seis ilustraciones más.
El año 1982 fue un año arqueológico por excelencia en La Palma, entre negativo y positivo. En enero se denunciaba: “Destrozan los petroglifos de la Zarza. Grave atentado a la historia. La cueva de la Zarza en Garafía, petroglifos destruidos”.
Como consecuencia de esta denuncia los arqueólogos Bertila Galván y Juan Francisco Navarro Mederos redactaron un detallado “Informe sobre el estado de conservación del yacimiento de La Zarza”, que se publicó en la prensa. Entre marzo y agosto se descubren los tres yacimientos de El Paso, finalizando el año, en noviembre, Ramón Rodríguez Martín dio a conocer el hallazgo en la zona de El Calvario de Garafía, de unos petroglifos en forma de barcos veleros, según el desparecido maestro nacional de Las Tricias, “Toda una “flota” grabada en las rocas circundantes”, ante esta numerosa “flota” gravada en piedra, Rodríguez Martín y sus acompañantes renunciaron “a medir y contar el infinito número de naves diseñadas sobre las rocas; de estas rocas de la costa de El Calvario, en Garafía, cada uno de los cuales parece haber sido destinada a ser una página de la historia del pasado”.
La prensa seguía recogiendo meses después: “El descubrimiento de los grabados rupestres de El Paso (Isla de La Palma), originó una afluencia insospechada de personas al lugar de La Fajana”, según los artículos de Wifredo Ramos, actual Cronista Oficial de El Paso, que publica en Diario de Avisos el 30 de diciembre de 1982 y 6 de enero de 1983, con dos interesantes dibujos del yacimiento de La Fajana. Este mismo autor se pregunta sobre el enigma, que hoy continua, diciendo. “¿Qué mensajes, acontecimientos o misterios encierra ese extraño “documento lítico”?, calificando a los petroglifos de La Fajana como: “¡Admirable y misterioso mural con múltiples sugerencias sin destrozos como en otros grabados o monumentos de nuestras islas!”.
Cuarenta años después la sensibilidad de la isla hacia la cultura prehispánica se ha revalorizado. Centros de interpretación jalonan la geografía insular: La Zarza y la Zarcita; (Garafía); Belmaco, (Villa de Mazo); el mab, Museo Arqueológico Benahorita (Los Llanos de Aridane) y Parque Cultural El Tendal, (San Andrés y Sauces) y Benehauno Centro de Interpretación Petroglifos, El Paso, así lo atestiguan magníficamente.
* Cronista Oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)
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