Miguel Ángel Pulido, Nueva Canarias.
En las sociedades avanzadas, la energía debe ser considerada como un servicio esencial básico para disfrutar de una calidad de vida digna, y en consecuencia, deben ser servicios garantizados dentro del llamado Estado del Bienestar que es el que debe corregir las injusticias y las desigualdades del sistema de mercado que rige nuestra economía. Así, según las Naciones Unidas, el Parlamento Europeo o el Consejo Económico y Social Europeo, la energía es un bien común esencial, por lo se promueven medidas con el fin de garantizar la energía a toda la ciudadanía y a un precio accesible.
En el caso de España, el modelo energético actual, basado en las políticas ultraliberales, tiene su origen en la llamada "liberalización" del sector eléctrico, acometida en la Ley del Sector Eléctrico del primer Gobierno de Aznar, que se elaboró con la "excusa" de abaratar el coste y mejorar la eficiencia, limitando la intervención estatal, creando el peor de los modelos.
Modelo que el actual gobierno del Partido Popular continúa "erre que erre" implementando, como ha hecho en las últimas reformas del sector, garantizando que, por un lado, la factura de la electricidad siga subiendo y, por otro, siguen manteniendo el oligopolio de las principales empresas eléctricas. Empresas de la "puerta giratoria" y que, por cierto, doblan la media de los beneficios de sus homólogas europeas.
De este modo vemos como, a la par que crece la factura que pagan las familias, siguen aumentando los beneficios de las empresas. Y, de modo incomprensible, también nuestra deuda con las Eléctricas, el llamado déficit tarifario, por lo que hay que hacer una "auditoría" en profundidad de los costes del sector. Es más, con esta nueva reforma, se sigue garantizando un sistema donde ellas siempre ganan y donde el Estado o los consumidores siempre perdemos, porque aunque repitan como un "mantra" que los precios no suben, o lo hacen moderadamente, lo cierto es que el precio de la luz sigue aumentando año tras año.
Y aumenta en un país donde los consumidores pagamos la tercera electricidad más cara de Europa y donde más del 16% de la población, esto es más 7 millones de personas, -según un informe de la Asociación de Ciencias Ambientales-, es incapaz de pagar una cantidad de energía suficiente para la satisfacción de sus necesidades domésticas o se ve obligada a destinar una parte excesiva de sus ingresos a pagar la factura energética.
Y por otra parte, con las nuevas reformas empeora el drama de millones de familias que tienen dificultad para pagar la factura, puesto que aumenta su parte fija, con lo que los que disminuyen el consumo por falta de recursos salen perdiendo, porque tienen menos margen para modificar, con su consumo, el coste final; y, a su vez, se penaliza al consumidor que ahorra energía y que hace un uso eficiente de la misma.
Por ello, para solucionar definitivamente el problema, hay que derogar la reforma del sector eléctrico y establecer un nuevo sistema energético que atienda a la energía como un servicio de interés público, que garantice la electricidad a toda la ciudadanía y a un precio asequible, impulsando a su vez las energías limpias y renovables, fomentando el autoconsumo y la eficiencia energética, abriendo el mercado a nuevos inversores y no apostando, como ha hecho el Gobierno con su reforma, por la dependencia de energías fósiles, como el carbón o el petróleo, o por la energía nuclear, poniendo trabas a los pequeños inversores, para que no puedan entrar en el mercado energético y seamos menos autosuficientes, o implantando un "impuesto al sol" para castigar el autoconsumo.
Y mientras esta reforma energética no se lleve a cabo, hay que aplicar medidas que atenúen los efectos de esta mala política sobre los sectores más vulnerables de la sociedad, porque por mucho que mejoren algunos indicadores macroeconómicos, la exclusión social y la pobreza han aumentado en estos años y, desgraciadamente, van a continuar ahí por algún tiempo. Pero más aún, si las políticas de estímulo económico (de inversión productiva y generadora de empleo) y las que garantizan la igualdad y la cohesión social, se siguen sacrificando para priorizar el objetivo "sagrado" de reducción del déficit público, sin importar que sea a costa de la reducción de la calidad de vida de millones de personas.
Por eso es necesario un cambio de rumbo, más aún en el caso de los territorios insulares de Canarias que, pese a ser un "paraíso de sol y viento", sufren la amenaza de las energías contaminantes a favor de las cuales trabajan los actuales Gobiernos -de aquí y de allá-. Hay que abandonar los proyectos "petrolíferos o gasísticos", para establecer un nuevo modelo energético competitivo, eficiente, sostenible, rentable, responsable, justo y solidario, que impulse nuestro tejido productivo y evite situaciones de pobreza energética.
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GALVA
1589.Francis Drake.
No se Pintao;creo que el cainismo es un problema enquistado en toda España…
El tema es el Sindrome de Estocolmo que se crea en una Comunidad neocaciquil…
Los politicos que nos han hundido,creen los secuestrados que son su tabla de salvación…
El Palmero suele ser brillante;pero tiene mas oportunidad de brillar fuera de una sociedad atemorizada y arrojada a la cerrilidad y el servilismo…
Pero yo respeto mas a los Sirios que luchan,que los que huyen…Aunque,tampoco reprocho al que se harta de todo eso.
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Pintao
El caínnismo que existe en La Palma es algo digno de estudio, o más bien, nada nuevo y propio de los sitios pequeños donde las mentes y los horizontes están a la altura de la isla.
A mi qué me importa que este Señor u otro cualquiera haya sido político por muchos años o que haya vivido de un sueldo público. Lo que dice en este artículo es lo que importa, y lo que podemos opinar si tenemos idea si es bueno o malo lo que dice.
Cualquier persona medianamente consiente de lo que la energía y su precio significa para el posterior desarrollo de economía de la isla, no me negará que no sería nada malo empezar por algo para ir desmontando todas las "pobrezas" que nos atenazan.
El hecho de transformar las fuentes de energía de La Isla entre las tres fuentes principales que tenemos a mano como son los cursos de agua en altura, los aerogeneradores y la energía solar, sería sin duda alguna un gran paso que induciría otros sectores productivos, y ante nada sería un gran salto en hacer que desaparezca el tremendo pesimismo que se ha instalada en la gente, y que viendo donde podrían estar posibles soluciones, no exige a los dirigentes el trabajar hacia esos objetivos.
Igual que el campo de la energía renovable, hay otro capítulo pendiente que no sucedería en ningún país medianamente desarrollado y es la tremenda paradoja que pasa en Canarias que se da el caso, único en la U.E. de que importemos casi el 90 % de lo que comemos pudiendo producir en casa al menos la mitad.
Tenemos unos recursos limitados que nos gastamos en hidrocarburos y comida para alimentar un mercado interior de más de dos millones de habitantes y doce millones de turistas al año, y en vez de tender hacia la liberación de estos recursos, produciendo en casa todo lo que podamos, creando actividad económica y no gastando fuera una parte importante de recursos, lo único que hacemos en quejarnos y esperar que sean los políticos de motu propio quienes nos saquen del atolladero.
Sin dedicar la cabeza a pensar y sin organizar las opiniones de tal modo que pongan en marcha verdaderas tendencias populares, ahi estaremos dando coces contra el aguijón.
Siempre que suelo coincidir con otros palmeros que hayamos pasado parte de nuestra vida profesional en Africa, comentamos el mismo hecho en cuanto a la modorra mental que gran parte de la sociedad tiene acerca de resolver problemas y avanzar hacia un mayor desarrollo.
Tenemos la tendencia de esperar que las soluciones vengan de fuera, o de parte de alguna persona providencial, sin darnos cuenta que esto no es más que crear un clima propicio para que algunos espabilados se aprovechen y la mayoría siga esperando tiempos mejores.
El bienestar de los países desarrollados es el producto de un esfuerzo sostenido y general, y sobre todo acostumbrarse a pensar y sacar conclusiones.
Por otra parte piensa uno que el que vive en La Palma todo el tiempo, quizás termina por acostumbrarse a que siempre se espere a que sen las Instituciones las que solventen los problemas y no la sociedad civil organizada.
Al fin y al cabo no hace tantos años que la manera natural de entender la vida era el caciquismo, de algunos o de algunos sectores.
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rastrillo
La pobreza es la pobreza del paro, Podríamos con esta lógica acuñar la pobreza alimentaria, la pobreza educativa, la pobreza sanitaria, la pobreza financiera, la pobreza inmobiliaria. También podríamos acuñar el término pobreza y mediocridad política e institucional ante el parón económico que sufre La Palma que han traído paro y probreza
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Pepino
a ver si los cientificos de la isla se adelantan a los japoneses
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Trimar
fuerte personaje pesado, que alguien le explique a este señor que nadie lo quiere en política, que ha formado parte durante demasiado tiempo del sistema, y que no pretenda parecer que ahora viene a cambiar las cosas, como si se hubiera caído de un árbol
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Pintao
En este artículo se nos aclara una vez más el tremendo contrasentido que poco a poco a contribuido a empobrecernos más todavía de pagar por la energía un precio que cada año se incrementa de una manera escandalosa y además se nos condena a seguir con la cadena al cuello por lo siglos de los siglos.
En todas las conferencias acerca de las energías limpias y baratas que Canarias tiene a mano, y que en particular La Palma cuenta con unas condiciones extraordinarias, se nos aclara donde está la madre del cordero, cosa que en este artículo se reitera una vez más.
Pues bien, es desesperante la poca sensibilidad que en general la gente tiene de este asunto, y con la cadena al cuello sigue sin expresar la más mínima crítica mientras se le sigue votando al Sr. Soria, persona que más que nadie está llevando a cabo justo la política energética que más nos esclaviza pudiendo a cambio desarrollar una energía limpia y barata que tenemos al alcance de la mano y que nos haría mucho menos dependientes del exterior además de se a la larga muchísimo más barata.
Desde luego, como sociedad, nos lo tenemos merecido por el conformismo que mostramos lo poco que utilizamos la cabeza para pensar, si no es por lo que parece, en las musarañas.
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