A nadie se le ocurre discutir que La Palma es una isla rica en cultura. Puede que el palmero medio no sea acérrimo lector de Tolstoi o Dostoievski; pero nadie discute que en el plano artístico los palmeros, y los canarios en general, no son pecata minuta. Como me dijo en alguna ocasión Susín Morera, director musical de "Los Divinos", – no conozco ningún lugar con tantos grupos de música cubana por metro cuadrado-. No le faltaba razón. Si uno se mueve por los barrios, por los pueblos, por los garajes… pronto descubre que la isla está llena de artistas. Grosso modo se me ocurren muchos: Pedro Manuel, Abel, Tihuya Cats, Jonathan Acosta, Vrandan, A Contracorriente, Alberto de Paz, Adversos, Cañaña, Wasys Name…
Sin embargo, los artistas palmeros sufren desde tiempos inmemoriables un grave maltrato institucional. No sé si es cuestión de cultura, de patria, de bandera o de escarapela, pero lo cierto es que parece que las autoridades hacen grandes esfuerzos por borrar del panorama musical a los artistas palmeros. Sin ir más lejos, sólo hay que echar un vistazo al último "gran" concierto celebrado en Los Llanos de Aridane. Macaco era la estrella invitada. Sin embargo, los músicos palmeros debían conformarse con bailar el "Moving" y volver al cuarto de ensayo. Las instituciones ponen innumerables trabas a los músicos de La Palma para ofrecer conciertos.
Pero ahí no acaba el asunto. La cosa se torna más grave conforme más jóvenes son los artistas. Hace muy poco me llamaba un jovencísimo músico palmero, para descargar conmigo la ira desoída por el Ilustre Ayuntamiento de Los Llanos. – Había acudido por tercera vez a solicitar un lugar para dar un concierto, pero los concejales le denegaron la petición. Argumentaban que los plazos estaban cerrados, y que no había presupuesto -. Curioso. Para Macaco no hay plazos y si hay presupuesto. Además, el colmo del absurdo llega cuando este joven me dice en justificado tono de decepción: "yo estoy dispuesto a tocar gratis, solo quiero tocar".
El problema está claro y la solución también. Por consiguiente, como buenos políticos decidimos no hacer nada. Cuanto más clara es la solución más retorica populista introducimos en nuestros discursos. Los concejales de Cultura deben hacer un esfuerzo por salir a buscar a los grupos palmeros. No se trata de escuchar los 40 Principales de camino al Ayuntamiento y decidir qué concierto preparar para las próximas fiestas patronales. Se trata de apoyar a nuestros artistas. Así como antes de las elecciones se reparten gorras, vino peleón y carne de cerdo por los barrios. Moverse por los cuartos de ensayo, por los institutos y por las asociaciones no supone un esfuerzo sobrehumano.
No es difícil imaginar las caras de indignación de los políticos mientras leen estas líneas. Se pavonean de apoyar a los grupos musicales sin descanso. No deja de ser cierto, si entendemos por apoyar: "la fiel tradición política tan española de subvenciones, regalos y compros de papeletas". Eso no es apoyar. Eso es como dar una moneda al vagabundo. No deja de ser positivo pero en nada se parece a la solución real. Apoyar es estimular. Dar oportunidades. Facilitar locales de ensayo y conciertos. Desarrollar el aprendizaje y potenciar la cultura.
El cuatro de enero les invito a asistir al concierto de Anni B Sweet en Santa Cruz de La Palma. Felicito al Ayuntamiento por la apuesta. Anni B Sweet es una artista malagueña de tan solo 22 años, que algún día sus instituciones más cercanas apoyaron. Espero poder ir algún día a Málaga y escuchar a un artista palmero que haya sido capaz de salir adelante. Ya se sabe, en casa del herrero…
Javier Betancor, estudiante de Periodimo en la Universidad Complutense de Madrid.
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