El volcán en plena erupción-César Borja-Archivo.
El pasado 22 de enero se nos presentó, a los damnificados por el volcán, el primer borrador del Decreto Ley de la reconstrución de La Palma. Apenas un par de horas de discurso político-técnico nuevamente teledirigido por la herramienta controladora de eventos, reuniones, y el filtrado de informes y el tamizado de la participación que es Revivir el Valle. Por supuesto nada de entregar documentación a los que asistimos, aunque si nos llegó después vía WhatsApp. Hago notar que dicho documento ya había sido trabajado previamente con los ayuntamientos pero no con los afectados, entregándonos el borrador del 11 de enero previamente pactado con los ayuntamientos y sus funcionarios.
Esto ya define claramente el concepto que tiene el Gobierno Canario de empoderamiento ciudadano o de la labor que va a desarrollar el afectado respecto a que su opinión cuente y que pueda participar de la redacción de este o de cualquier otro documento que afecte a la reconstrucción de la vida y del patrimonio que perdimos todo bajo el volcán: cero, nein, nada.
Nuevamente el maestro de ceremonias dio comienzo a su liturgia milimétricamente estructurada como herramienta de validación de la pureza y la validez de las decisiones que está tomando el Gobierno de Canarias y el Cabildo, dándole la necesaria capa de maquillaje de “escucha participativa” de los damnificados. Las mejores frases de la reunión fueron: “señores, tenemos que terminar ya porque el Consejero pierde el vuelo” o “hemos de acabar en 10 minutos por que el que tiene las llaves del Museo Benahoarita tiene que cerrar”. ¿El Decreto más importante para nuestros intereses habitacionales nos lo van entregando por capítulos?. Ya saben, el veneno en dosis pequeñas no se percibe.
Este es el nivel de compromiso de la administración que hace frente a una catástrofe de no menos 986 millones de euros de impacto económico, con más de 8.000 afectados y 370 hectáreas de terrenos fértiles bajo la lava. Da lo mismo si somos muy pocos vecinos los que asistimos a las reuniones trampa de Revivir el Valle, o de si siempre somos los mismos que multiplicados por el número de reuniones que realizan al final suenan a muchos. Esa es la magia oculta de la estadística: tocamos a medio pollo del Chipi Chipi cada uno, aunque tú lo hayas pagado y yo me lo haya comido todo. El objetivo no es otro en este caso que dotarse de un documento que les permita argumentar en el expediente “los escuchamos y participaron” … si claro pero ¿de qué forma?. Para estos señores eso no es lo importante ya que buscan un anexo que les permita administrativamente para dar el carpetazo al asunto, las cosas son así y lo hemos decidido entre todos. Recordemos que la “chistera del mago” que es Revivir el Valle, nos ha costado a todos los afectados 434.000 euros de menos que se han restado a las ayudas que no nos van a llegar nunca.
Pero entremos en materia, la redacción del primer borrador del Decreto fue distribuida por WhatsApp, la vía preferida por la Moncloa y el Gobierno de Canarias que se ha convertido en el canal oficial de comunicación de la catástrofe para evadir el cumplimiento de la Ley 39 de procedimiento administrativo lo cual en el caso de certificación de la comunicación a los afectados crea inseguridad jurídica al respecto de los procesos participativos de sus intereses. Y en su línea, y a tan solo 24 horas de iniciarse la primera reunión con los afectados en la cual debíamos comenzar a discutir las propuestas de mejora y correcciones del Decreto filtrado el 22 de enero, reunión de trabajo importantísima por sus consecuencias futuras, ayer 8 de febrero se desayunan publicando ahora si en la web un nuevo documento, que modificaba el anterior. Una falta de respeto y de profesionalidad respecto a los afectados, plataformas, iniciativas y cuantos representantes existen ya teníamos avanzadas nuestras líneas de discusión. Unilateralmente el Gobierno de Canarias ha decidido que el reloj se ponga a cero en una clara estrategia por intoxicar y enredar abusando de la situación del momento.
La falta de confianza en las administraciones tras una catástrofe se encuentra tipificada en todos los manuales de crisis y en las recomendaciones que realiza tanto la ONU como la Unión Europea, pero también aparece identificada en el dictamen del Parlamento de Canarias 10L/AGCE-0006 sobre los efectos de la crisis vulcanológica y reconstrucción en la isla de La Palma del pasado 22 de diciembre en la que se destaca la idea de “la importancia que muchos comparecientes han dado a la posible pérdida de confianza en las instituciones, como consecuencia de una gestión ineficaz de las consecuencias derivadas del proceso eruptivo”. Nosotros entendemos que el Gobierno de Canarias puede tener una agenda muy apretada como para fijarse en lo que ocurre más allá de las islas hacia Europa o la ONU, pero no hacer caso de los dictamen del Parlamento de Canarias se nos hace muy extraño. Señores, tómense el trabajo de la reconstrucción de nuestra isla muy en serio, y tómense ustedes muy enserio nuestra participación.
Pero seamos proactivos y trabajemos por nuestro futuro, muchos estamos preparando las alegaciones y correcciones que mañana entregaremos. Nosotros hemos identificado cerca de 50 consideraciones que deberían tenerse en cuenta no solo frente al Decreto, también al respecto del proceso de reconstrucción. Queremos destacar las 9 más importantes:
– El Decreto no puede ser simplemente “ordenar el urbanismo”. Debe ser un decreto de reconstrucción de la comunidad a través del urbanismo: “Se necesita una comunidad para crear un lugar, y un lugar para crear una comunidad”. – Fred Kent.
– El objetivo del Decreto debe ser garantizar la continuidad de la comunidad, la sociedad, la economía, la cultura y el estilo de vida del Valle de Aridane y de La Palma. Y, por tanto, las personas deben ser el referente básico y se debe de dejar constancia de la necesidad de adoptar una perspectiva comunitaria, pero también individual, en el proceso de reconstrucción y recuperación. Es esto lo que nos estamos jugando con este y con cada uno de los decretos, que para más inri no están conectados por una hoja de ruta.
– El Decreto debe garantizar la recuperación de todos y no dejar a nadie atrás. Esto significa exactamente eso: no abandonar a nadie. Por tanto se debe dar respuesta a las necesidades del agricultor, empresario, propietario de primera vivienda, de segunda vivienda y de vivienda vacacional, colectivos… a todos los que en la comunidad han perdido o por el contrario no será una verdadera reconstrucción.
– No se trata de cómo reconstruir el continente, aquí lo importante es el contenido. Se trata de recuperar los estilos de vida y los métodos de subsistencia, la creación de espacios habitables vivos, con pulso, centrados en la comunidad, que fomentan el confort y que se desarrollan desde la sostenibilidad y, sobre todo, que sean capaces de crear significado para la comunidad que los habita. Y para esto hará falta ingeniería social a través de este Decreto que permita ingenieros, arquitectos, economistas, juristas, notarios, planificadores estratégicos, diseñadores, etnólogos, sociólogos, urbanistas y cuantas profesiones sean necesarias y que demuestren una deontología más allá de la parte técnica de su profesión y que, utilizando la simpatía, sean capaces de empatizar de forma directa con las comunidades afectadas por el volcán obteniendo lo mejor de todos y para ello el primer paso sin duda es escuchar a las personas que viven, disfrutan, trabajan y juegan en los lugares que se perdieron.
– El Decreto debe frenar urgentemente la especulación salvaje de los precios disparados al albur del volcán, en cuanto a los alquileres, a la especulación en la venta de terrenos y de propiedades, así como de los servicios esenciales básicos: luz, agua, gas, gasolina y alimentos hasta que la reconstrucción de la comunidad este encauzada. Esta medida está vigente en el Estado de Hawái en el marco de la erupción del volcán Kīlauea de 2018.
– El Decreto debe incorporar compensaciones y medidas de mitigación de los daños causados ya que el damnificado, que ha perdido el patrimonio y no ha obtenido una justa compensación por ello, no tendrá el dinero para poder construirse su vivienda en el caso en el que decida hacerlo. Permutar una vivienda en un bloque de viviendas vertical a una persona que vivía con su huerta y con sus animales en Todoque no puede ser una opción válida. Por tanto, se deben contemplar opciones del tipo ayudas para la construcción de nuevas viviendas o la rehabilitación de propiedades, incluyendo coste de tasas, permisos, proyectos o contratación de profesionales de la construcción (existen en la UE ayudas para ello o desarrollar líneas de ayudas nuevas) o un programa de adquisición de viviendas afectadas por el volcán que estén aisladas, kipukas, o que se hayan visto afectadas por el calor, los terremotos y la lava del volcán con el objetivo de que el propietario recupere la posibilidad de construir en otra zona. Dicha compra se realizará a precio tasado de mercado y las ayudas deben ser compatibles con cualquier otra siempre y cuando no se supere el importe total del valor de la construcción. Además, se ayudará al propietario a la reubicación de este. (Este programa está activo en estos momentos en el Estado de Hawái en el marco de la reconstrucción del volcán Kīlauea de 2018 y la compra de la propiedad es por valor de 21.000 euros para las parcelas, y hasta 230.000 euros por las primeras y segundas viviendas).
– Por favor, tomen como referencia a los mejores y simplemente copien los planes y las herramientas que están ya diseñadas y que para ustedes parecen ser desconocidas. Les avanzamos algunas que sin duda son de aplicación a nuestro caso: la Organización de Naciones Unidas a través del Marco de Sendai para la Reducción del Riesgo de Desastres 2015-2030 de la Oficina de las Naciones Unidas para Reducción de Riesgo de Desastres (UNISDR), o de sus programas “Perfil de resiliencia de las ciudades de la oficina de Naciones Unidas UN-HABITAT”, el Programa de Desarrollo (PNUD) con su “Análisis de resiliencia basado en la comunidad”, el trabajo desarrollado por la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNISDR) a través de su “Campaña Desarrollando Ciudades Resilientes” (apoyar el desarrollo urbano sostenible mediante promover actividades de resiliencia y aumentar la comprensión del riesgo de desastres); el trabajo del Banco Mundial a través de su programa “Programa de Resiliencia de la Ciudad” para ayudar las ciudades y territorios damnificado s por una catástrofe a aumentar su capacidad de preparación, adaptación y recuperación frente a los desastres naturales; la Unión Europea con sus planes y políticas de desarrollo de los vínculos urbano-rurales, la Agenda Urbana para la UE de la Dirección General de Política Regional y Urbana de la Comisión (DG REGIO), el marco del Desarrollo Urbano Sostenible de la Unión Europea y su Manual de Estrategias de Desarrollo Urbano Sostenible del Fondo Europeo de Desarrollo Regional (2021-2027), el Fondo Europeo de Desarrollo Regional y de Desarrollo (FEDER) y el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER), los instrumentos de implementación Inversión Territorial Integrada-ITI que permite a las autoridades establecer estrategias urbanas y territoriales que integran diferentes fondos, incluidos FEDER y FEADER, así como el acceso al Desarrollo Local Liderado por la Comunidad (CLLD), el Foro Europeo para la Reducción del Riesgo de Desastres- EFDRR, el Dictamen del Comité Europeo de las Regiones que hace referencia al Plan de Acción sobre el Marco de Sendai; las lecciones aprendidas tras el terrible terremoto de la región de L’Aquila, en la que el que la administración contrató a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos-OCDE para guiar al Gobierno de Italia y hay muchos más por tanto, parece lógico que el Decreto de una comunidad autónoma de una democracia europea debería dar continuidad a las medidas adoptadas y ser el instrumento de la traslación de dichas propuestas al caso de La Palma.
– Necesitamos una estrategia de reconstrucción clara y profesional, no politica. Sin una hoja de ruta clara, nunca vamos a llegar. Cuatro administraciones y las ocurrencias de cada uno de los departamentos que tienen intereses en lucirse en La Palma están abortando nuestras posibilidades de recuperar la comunidad por no haber liderazgo ni dirección, y pronto nos quedaremos además sin presupuestos. En Hawái en el volcán Kīlauea de 2018 se contrataron dos empresas de referencia para trazar los planes de Mitigación de Riesgos, el Plan de Recuperación Económica, el Plan de Recuperación y Resiliencia y la ejecución del Plan de Acción. Hoy se siguen ejecutando estos planes basados en tres pilares clave: la comunidad que está implicada al más alto nivel, la administración y la empresa que está ejecutando con equipo y presupuesto el Plan de Recuperación y Resiliencia que es la estrategia que guía las seis áreas de la reconstrucción de la zona afectada de Puna. Y si por alguna razón piensan que Hawái les queda muy lejos, o muy grande, vuelvan ustedes su atención hacia L’Aquila, que está en Italia (Europa) y vean como la OCDE ha recuperado la ciudad.
– Pero ni se les ocurra hacerlo ustedes, no están preparados. Sean honestos y no pierdan el tiempo ni el dinero. Además de los planes y las ideas, hace falta gestión y ejecución de proyecto. Se deben contratar profesionales para conseguir los objetivos deseados, equipos de especialistas dedicados solo a la reconstrucción. Un equipo ejecutivo, con sus especialistas, dotado de la agilidad de gestión de la empresa y con indicadores que garanticen que las medidas propuestas se ejecutan y que son transparentes.
Recuerden, los damnificados, no tenemos ni el tiempo ni el dinero ni la vida para que la reconstrucción, en el aspecto urbanístico, se demore en el tiempo, y sin tener previstas las certidumbres que cómo la administración debe considerar la reconstrución de la vivienda y el urbanismo a la hora de enfrentarse a esta catástrofe.
Si desean consultar las propuestas, pueden acceder a ellas haciendo click aquí: Borrador de Propuestas al decreto ley reconstrucción La Palma
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