cerrar
cerrar
Registrarse
Publicidad
Opinión
Publicidad
Amador Camacho Cáceres, médico

"Hospital de Nuestra Señora de Los Dolores: Vestir a un santo desvistiendo a otro"

  • A propósito de la creación de una Unidad de Salud Mental en el centro
  • "A mí hoy todo esto me parece una frivolidad y una falta de respeto…"

Hospital de Dolores. Archivo.

Recién celebrado el "V Centenario" de la Institución, está ocurriendo un hecho que a lo mejor no es percibido por la gente como cuestionable, sino como muy loable. Escribo esto para ponerlo en cuestión y que no pasen desapercibidas algunas connotaciones que a mi juicio están siendo soslayadas. Personalmente me gustaría poder seguir celebrando aniversarios cargados de significado dentro del marco de la sanidad de la Isla. Antes de nada quiero separar lo que es Institución de lo que es el Hospital en sí, lo que es el centro; yo me referiré al centro.

Quiero relacionar al centro con la noticia recientemente publicada en este y otros medios impresos referente a la "creación de una Unidad de Salud Mental en el Hospital de Nuestra Señora de los Dolores". No voy a valorar el hecho de la conveniencia o no de la creación de esta nueva Unidad, porque no conozco los criterios que la han hecho posible, pero desde este punto destaco que son desconocidos todavía los criterios que la motivaron; por lo que con el mayor respeto hacia la cuestión no puedo entrar a valorarla en ningún sentido. La falta de datos me hace imposible el ir más allá; pero…. ¿por qué no tengo más datos? Eso quiero saber yo, pero lo cierto es que no los tengo. Por el contrario, si tengo todos estos otros y es lo que quiero contraponer.

Puedo opinar que este proyecto, por una simple razón de espacio, cercena o mutila a otros proyectos o creaciones de nuevas unidades hospitalarias aptas y necesarias para la asistencia a los ancianos; de lo que mucho se habla en el presente, pero quizá no está tan bien concebida como cabría.

El hospital, desde mi punto de vista, debe mantener esa condición de "Hospital", no de centro "socio-sanitario" dedicándose a la atención de los enfermos crónicos dentro de la especialidad medico asistencial que es la Geriatría, que no trata solamente de alojar o asilar a mayores, sino atenderlos en todas sus necesidades basándose en criterios y evidencia científica, muchos de los cuales parten desde la SEGG (Sociedad Española de Geriatría y Gerontología) [véase Estándares de calidad en Geriatría en: www.segg.es/descarga.asp?tipo=1&pag=4 ].

Este hospital, cuyo edificio es de propiedad municipal, resulta ser extenso y arquitectónicamente complejo y con muchas barreras que limitan su completa accesibilidad, pero también resulta ser diáfano, luminoso, abierto y que dispone de una climatización natural envidiable (por sus altos techos) que para sí quisieran muchas de las viviendas de las que habitamos en la actualidad.

El Ayuntamiento de Santa Cruz de la Palma ha solicitado al Cabildo Insular la reversión del mismo, así algunos espacios concretos que fueron quedando en desuso años atrás han sido reutilizados por el Ayuntamiento, con lo que se ha perdido superficie útil desde hace unas dos décadas y con lo que se ha hecho imposible una ampliación de la capacidad del mismo, que aunque pudiendo haber sido modesta, nos hubiese podido permitir crear unas 20-25 camas o plazas más. Sobre un solar o planta de unos 9.000 metros cuadrados en el pasado reciente, se ha ido cediendo superficie edificada al Ayuntamiento de Santa Cruz de la Palma; así el antiguo Pabellón de Infecciosos es hoy la Oficina Técnica Municipal, y la antigua Casa-Cuna es el almacén y taller de costura municipal. La en su día proyectada primera Escuela Universitaria de Enfermería de La Palma se pretendió ubicar en unos locales o salones bastante grandes en la planta alta del ala sur del edificio, que al quedar sin efecto fue destinada a farmacia hospitalaria. Esta farmacia de reciente factura ha sido una ganancia para el centro, ya que la anterior se había quedado pequeña, y a su vez la anterior a esta era aún mucho más pequeña. Consecuencia del desarrollo de tecnologías y productos específicos para atender a pacientes ancianos, cada vez ha sido más necesario un espacio mayor para almacenar y poder distribuir estos productos como son los medicamentos, pañales, suplementos nutricionales, sueros, colchones anti escaras y un sinfín de cosas que cada vez usamos más para la atención de los pacientes mayores aquejados de enfermedades crónicas y dependientes en grado máximo. También el espacio que ocupaba la comunidad religiosa de las Hermanas de San Vicente de Paul, que recientemente abandonaba la Isla, ha podido ser reconvertido en un espacioso gimnasio de rehabilitación y fisioterapia, una sala de laborterapia y un aula de formación. Si en estos tiempos cada vez se requiere más espacio para atender a esta población que no hace sino aumentar, ¿por qué hoy se nos resta espacio de un edificio que no se puede ampliar y que resulta finito? Si hace unos 5 años se aumentó el espacio destinado a farmacia, por la razón antes expuesta de aumento de necesidades para la atención, ¿por qué ahora se nos resta? ¿No está claro que con el tiempo hay que ampliar, agrandar, diversificar, reubicar? Parece que no, parece una tremenda incongruencia cuando se confronta con la realidad.

Mantenemos desde hace 3 décadas un número de plazas estable, en torno a unas 140 camas, y nuestras necesidades en todos los órdenes han ido aumentando. Es precisamente en el espacio dejado libre por la 2ª farmacia, la anterior a la actual, donde se han iniciado las obras para la nueva Unidad. Nosotros queríamos que este espacio fuese destinado para un segundo gimnasio de Fisioterapia y rehabilitación, mucho más cercano a tres salas colectivas de pacientes y que así no tuvieran que ser desplazados por todo el centro hacia el gimnasio general perdiendo tiempo efectivo para las terapias y ejercicios específicos y teniendo que disponer de mucho personal auxiliar para los traslados, casi siempre en silla de ruedas. Habíamos también pensado, como alternativa, ubicar allí el hospital de día para atender aquellos pacientes que pudieran venir y regresar a de/a su domicilio hasta la media tarde (piénsese que Santa Cruz de la Palma carece de infraestructuras propias para la atención a los mayores, sólo tiene un centro de mayores para personas prácticamente válidas o poco dependientes, (la Residencia de Pensionistas es un centro residencial, de carácter insular). Otra opción pensada sería una Unidad de Demencias, y/ o de Psicogeriatría (tan en boga en los hospitales geriátricos), que para mí si serían las opciones más acertadas y más necesarias cara a ser creadas. Hasta teníamos en la recámara la posible ubicación de un tanatorio o dependencia de óbitos, bastante independiente del edificio. Todo ello estaba encaminado a conseguir que el hospital no perdiera espacio, sino que al contrario, ganara funcionalidad dentro de un espacio, como vengo diciendo, finito. Pues nada de eso siquiera se ha estudiado o tomado en consideración, sino que por sorpresa y por la prensa nos hemos enterado de esto y encima días después de que la piqueta ya estuviera trabajando en ello.

Y la planificación de necesidades dónde quedó. Y la opinión de los sectores y actores dónde y cuándo se contrastaron. Para mí, tengo muy claro que con esto se nos priva de un espacio muy importante, casi vital, para la creación de una Unidad de Demencias que consiga separar a los pacientes en peor estado conductual que otros estables, y que hoy conviven en las mismas salas. La Unidad de Psicogeriatría me parecía a mí entender como irrenunciable, cuando ahora "alguien" sale con esto y con estas prisas. Nos ha caído del cielo, literalmente.

Yo no salgo de mi asombro cuando estoy viendo tamaña asimetría entre lo pretendido y lo concebido, y más cuando desconozco cuáles son los datos objetivos que dan apoyo o avalan a esta nueva iniciativa. Lo que se está ejecutando corta el desarrollo y planificación de un hospital geriátrico como Dios manda y deja en suspenso multitud de otros planes o proyectos, y a la postre dejando a la Isla con lo mismo que tenía en lo que es la atención a los enfermos crónicos. No se ve el progreso, ni un proceso, sino un hecho consumado de factura todavía no desvelada. Dicho y hecho.

Un exagerado ahorro o negativa para contratar más personal y un no acceder a modificar las cosas ha sido la tónica imperante en los últimos años, desde mucho antes de la actual crisis económica. Una tardanza exasperante en resolver problemas de funcionalismo y organización es lo habitual; y ahora una prisa intrigante en la creación de esta Unidad es lo que por contraste se está visionando, por ello, antes recurrí al término de "asimetría", que me parece que es lo que es; su nombre de pila.

Si más sólido y consistente (y consecuente) sería el futuro que imaginábamos desde dentro, más imprevisto e incongruente es lo que nos está viniendo desde el exterior o desde no se sabe dónde, dando como resultado la desestabilización y desestructuración de lo ya conseguido. Este proyecto diversifica, pero en sentido opuesto al esperado y viene a crear una Unidad segregada y aislada físicamente del resto del Hospital en un edificio que es una unidad en su noble y bello diseño a solo unos 10 años de cumplir el siglo de haberse proyectado y es ahora cuando viene la piqueta con pretendidas ansias a cargarse lo que fue concebido para una cosa, no para otra.

Mientras en el hospital falta mobiliario que renovar: camas, mesillas de noche y auxiliares, sillones, etc, alguien está gastando un dinero pingüe sin mirar para nosotros. Ahora que necesitamos más personal para desarrollar plenos contenidos de actividad geriátrica que redunde y mejore la calidad de vida de los pacientes ancianos, ahora que necesitamos más espacio, nos vemos constreñidos por los límites del edificio y el poco adecuado y mal uso que se está haciendo de él. Ahora que necesito algún pequeño equipamiento para mi trabajo pedido hace tres meses, todavía no me ha sido entregado, ahora que necesitamos un electrocardiógrafo nuevo, no sabemos cuándo lo vamos a poder tener; y es ahora y justo ahora, cuando aparece una piqueta inesperada a realizar una reforma urgente en todo este contexto o escenario que me esfuerzo en describir. Y lo más extraño es que nadie sabe desde donde proviene la prisa, ni hasta donde va a alcanzar¸ no se sabe el cuánto, sin conocer todavía quién da los ánimos para gastar el dinero rompiendo paredes exteriores, puertas y ventanas del diría yo, "venerable" edificio. Y todo esto está pasando en un centro público con dinero público donde tiene que estar presente la transparencia democrática.

A mí hoy todo esto, con la poca y escasa información que se nos ha dado acerca de esta novedad, me parece una frivolidad y una falta de respeto tanto hacia el continente como hacia el contenido primando la improvisación y las prisas. Lo que no me parece una frivolidad es el salir en defensa de mis propias ideas y de las personas en las que creo, y que modelan mi trabajo, aunque sean mayores y estén enfermas. No expresar estas opiniones y callarme, me parece un colaboracionismo y una cobardía personal frente a este desmán, porque lo digo sin demagogia: quiero todo lo mejor para ellos, y si fuera posible llegar al "grado" de excelencia, que no tiene solo porque estar en lo llamativo sino que aquí en estas personas concretas también puede buscarse, aunque sea en medio de la decrepitud provocada por los años, la enfermedad, y el propio final de la vida. ¿No lo querría para usted?; yo si lo quiero para mí, y mientras tanto, celebrar aniversarios cargados de significado.

*Es médico del Hospital de "Nuestra Señora de los Dolores" y fue presidente de la Junta de Personal del Cabildo de la Palma.

 

 

 

 

 

 

Archivado en:

Publicidad
Comentarios (15)

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

Leer más

1 2
Publicidad

Últimas noticias

Publicidad

Lo último en blogs

Publicidad