Cuando una vez llegué a las aguas de una ciudad,
con orgullo y vanidad,
con amor y simpatía,
era una Venecia en Navidad.
Allí viví una Navidad blanca,
entre los puentes sobre el agua de esta ciudad,
y al despertar de la aurora,
una góndola donde un gondolero
cantaba a la Navidad.
Una pareja paseando en góndola por las aguas,
con amor y simpatía,
con orgullo y vanidad,
entre las luces de la Navidad.
Cuando las aguas de aquella ciudad
se mecían, dos amantes se besan,
y al atardecer un gondolero cantaba,
¡en una Venecia! ¡en una ciudad!.
Un gondolero desde una góndola cantaba,
a unos amantes paseando bajo un puente,
mientras la Navidad aparecía,
en esta bella ciudad, encantada y mágica
sobre todo en Navidad.
Con amor y simpatía,
con orgullo y vanidad,
todos queremos vivir al fin,
una alegre Navidad.
En el amanecer y atardecer,
en una alegre ciudad,
con amor y simpatía,
Todos cantamos: ¡Venecia en Navidad!
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