En memoria de Tomás, quien me descubrió esta fuente.
Una destartalada, pero erguida y resistiendo, antigua infraestructura hidráulica se encuentra en el entorno del Santuario de Nuestra Señora de las Angustias, Los Llanos de Aridane. Ahora sin agua y a la espera de ser rescatada con la sensibilidad que requiere.
El naciente o manantial se encuentra en las faldas de la cordillera de El Time, por tubería era llevada a este lugar hasta no hace muchos años.
De seguro aplacó la sed a los peregrinos que durante siglos se acercaban en romería ante el Santuario de la Virgen de las Angustias. La relación de “puntos de agua” eran fundamentales para nuestros antepasados, todos los usuarios transeúntes la conocían.
La rica y fresca agua de este manantial era el sustento necesario para el ermitaño o ermitaña del Santuario y para las familias que se asentaban con sus familias en ese lugar aridanense. En los años 40 del siglo XX el núcleo de población de Las Angustias, a unos 250 metros de altitud, estaba habitado y censadas unas 95 personas. Administrativamente era considerado independiente de otros núcleos poblacionales, no estaba integrado en ningún otro barrio o lugar. Eclesiásticamente, y desde siempre, ha dependido de la parroquia de Nuestra Señora de los Remedios, Los Llanos de Aridane.
Recordemos que el Santuario se encuentra enclavado en el antiguo camino real de Amagar, que daba paso hacia los municipios del oeste-norte de La Palma, Tijarafe, Puntagorda y Garafía y de vuelta al valle de Aridane. Cientos de caminantes diariamente hacían este camino. Aunque el torrencial de agua del barranco se encontraba próximo lo cierto es que esta fuente del entorno del Santuario facilitaba la vida a los lugareños y a los devotos a la Virgen en su descanso en el lugar.
El espacio que ocupa el entorno del santuario de las Angustias ha ocupado un lugar destacado en la economía histórica de La Palma y dónde el agua ha sido una importante protagonista. El barranco, las primitivas canalizaciones con destino a los cañaverales del siglo XVI y los molinos de agua, hoy en total desuso, y esta humilde infraestructura de pequeña fuente “para beber” de la que nos ocupamos hoy.
El valor patrimonial, etnográfico y antropológico, es alto y muy lamentable el olvido. La historia de la ingeniería hidráulica de La Palma está por estudiar. Continuamente estamos observando publicaciones de “corto y pego”, más de lo mismo, y no vemos nuevas e interesantes aportaciones al pasado insular que enriquezcan la identidad y peculiaridades de la isla canaria de La Palma.
En los años 80, del pasado siglo, un verano Tomás, papá, me descubrió este lugar y en muchas ocasiones acudíamos juntos a llenar unas garrafas de agua para beber. Recuerdos entrañables que de seguro es compartido por otras muchas familias.
* Cronista Oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009)
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