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Opinión
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J. J. Santos/ Fuencaliente

La agonía de un pueblo

  • Estas inundaciones estaban cantadas si llovía y así ha sucedido
  • Hay que denunciar el lamentable estado de las carreteras en Fuencaliente
  • Hay motivos para dar un golpe sobre la mesa y decir ¡Basta ya!

La lluvia provoca derrumbes de tierra en Fuencaliente y sepulta numerosos coches.

Yo pienso que todavía no hemos asimilado la verdadera dimensión de la catástrofe que ha sufrido el municipio de Fuencaliente los últimos días; tres días de aluviones uno tras otro rematados con el último y más intenso de la noche del día 23 al 24 de diciembre, al que hay que añadir el "obsequio navideño" de Unelco- Endesa con el apagón y por consiguiente la caída de todas las comunicaciones; ¡Vaya noche la de aquel día bajo la intensa niebla! Y a muchos nos sorprende bastante cuando prácticamente sólo se oye hablar de la afección a viviendas, plataneras e infraestructuras viales, pero poco se dice de los colosales daños en el campo que prácticamente se ha transformado con la desaparición de viñas, huertas, frutales, paredes, etc.

Si ya el incendio dejó tocada de muerte la agricultura, que sucederá ahora que los daños son infinitamente superiores; a ver quién tiene moral suficiente para reponer las huertas o las viñas sin saber si dentro de un mes o unos años le vuelve a pasar lo mismo. No olvidemos que las personas más afectadas son precisamente aquellas que contra viento y marea han  mantenido vivas las actividades agrícolas, que han sido arrasadas por la que sin duda ha sido la mayor catástrofe ecológica de la historia reciente de esta Isla.

La verdad es que el panorama que se le presenta a este municipio es muy sombrío y las autoridades nos están encomendando aún más al desánimo, pues ya el presidente regional dejó bien claro que para aterramientos no hay ayudas y aquí en este municipio las fincas unas están entulladas y otras han desaparecido; para eso se podía usted haber ahorrado la visita, igual que la del Sr. Zapatero cuando el incendio, que prometió ayudas para todos….

He visto en la prensa verdaderas burradas como que en Los Canarios cayeron en menos de doce horas 320 litros; falso de solemnidad, cuando más llovió fue el último día con 120 litros en 24 horas en Los Canarios y l85 en Las Caletas (datos de la estación C127R Fuencaliente). Es como si se quisiera culpar de las inundaciones a las lluvias y nada más lejos de la realidad, muchas veces ha llovido con más intensidad y no ha pasado nada.

El único y exclusivo culpable fue el fuego, jamás habíamos tenido en la Isla un incendio de estas características, con una cantidad de combustible enorme que dejó una gruesa capa de ceniza que hizo impermeable el suelo y además se quemaron todas las medianías, que siempre fueron una barrera natural para retener el agua y evitar que esta llegara a las casas. Por ello, estas inundaciones estaban cantadas si llovía y así ha sucedido; para ratificar lo antes dicho baste decir que las primeras avenidas de agua y tierra del lunes 21 a mediodía fueron producidas por sólo 10 litros metros cuadrados (en Los Canarios).

En cuanto a las medidas de prevención que se tomaron después del incendio pudieron ser acertadas en ciertos lugares en los que se colocaron barreras con despojos del incendio pero fueron a todas luces insuficientes; incluso en uno de los lugares que más se colocaron, la zona conocida por Riveros, los daños son muy cuantiosos. Tampoco se entiende cómo no se hizo nada sobre los barrios de Las Caletas ni en Los Canarios, donde los poquitos barrancos que existen estaban totalmente inutilizados por matorrales, pistas, carreteras e incluso viviendas. Ahora se puede comprobar fácilmente cómo en cada cruce de camino o carretera la tierra y el agua de las barranqueras se desparramó a gusto a todas partes formando nuevos barrancos.

Sabemos que como estaba el suelo era muy difícil retener el agua pero habría que haber hecho proyectos de mayor envergadura como pequeñas calderas artificiales y aprovechar las naturales desviando el agua hacia ellas, la eficacia de estas ha quedado plenamente demostrada con la formación de un pequeño lago sobre La Fajana en una hoya del terreno.

Por otra parte, hay que denunciar el lamentable estado de las carreteras en Fuencaliente, hecho que dimensionó aún más el desastre. No puede ser que mientras en otros lugares de la Isla se lleva bastante tiempo gastando verdaderas fortunas en carreteras, en muchos casos de dudosa justificación, aquí tengamos unas carreteras tercermundistas hechas hace más de un siglo; de nada vale que nos digan que ya se van arreglar, pues esto nos lo vienen diciendo desde hace décadas. Ahora, con las escorrentías, la carretera al Valle de Aridane se encuentra "oficialmente" cerrada al tráfico, pero mucha gente sigue pasando sin ningún problema ni nadie que lo impida, otros con más temor dan la vuelta por la cumbre y los turistas, muy frecuentes por esta vía, totalmente desorientados y cabreados como es natural. Cerrar temporalmente esta carretera sin dejar al menos unos horarios de paso es algo que no deberíamos permitir, pues agrandaría, y de qué forma, la tragedia de este municipio; todos sabemos que en otros pueblos, con una orografía muchísimo más complicada,  llevan mucho tiempo realizando obras de envergadura sin cortar la carretera

Mientras tanto, la mayoría de los ciudadanos permanecen en su tradicional apatía esperando que sean otros los que den la cara; me parece que hay motivos más que suficientes para dar un golpe bien fuerte sobre la mesa y decir de una vez ¡BASTA YA¡

P.D. Vaya el agradecimiento a los camioneros, palistas y otras muchísimas personas que, con una climatología muy hostil y peligrosa, trabajaron hasta la extenuación para ayudar a la población y liberar las comunicaciones.

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