Juan García Martín nació el 5 de julio de 1945 en Santa Cruz de La Palma, y no en 1946, como se indica en numerosas publicaciones.
Sus padres eran Luis García Santos y María Olga Martín Guerra. Fue director, compositor, investigador y autor de un extenso catálogo de piezas que figuran dentro de la música folclórica y popular, además de crear interesantes composiciones religiosas, etc.
Como aficionado a la música fue autor de varias obras de tipo religioso, como la Misa palmera (1975), una Misa solemne a Nuestra Señora de los Remedios (1983); un Avemaría (1975), estrenada en la parroquia matriz de El Salvador en marzo de 1976; Salve a la Virgen de los Remedios (1986), Himno a San Miguel Arcángel (1988); una Loa a la Virgen de los Reyes (estrenada el 18 de julio de 2001 y cantada por María Mérida en honor a la patrona de El Hierro). Escribió dos villancicos: Hacia el Portal de Belén (1969) y el Niño de Aspronte (tal y como se denominaba en sus orígenes).
En cuanto a las piezas de tipo profano destaca una ópera que compuso después de 1976, con libreto de Juan Medina Brito y Juan Francisco Medina; también creó varias obras musicales para pasacalles, entre las que sobresalen Los Mascarones y El Biscuit (estrenados el 2 de mayo de 2013 durante las fiestas patronales de mayo en la capital palmera) y el Diablo de Tijarafe; creó algunas habaneras inspiradas en su querida isla de La Palma; también fue autor de la polka de Las Viejas a Caballotas.
Esa última y alegre pieza —que suele acompañar a la simpática comparsa carnavalera de los Llanos de Aridane— siempre se interpretaba a través de una megafonía, nunca con música en directo. Curiosamente, estos divertidos personajes volverán a bailar el 5 de julio de 2025, en una fecha muy significativa, ¡el día en que nuestro querido maestro cumpliría 80 años! Y esta vez, su divertida y pegadiza composición —al igual que las mencionadas piezas estrenadas e interpretadas en la Danza de Mascarones— será tocada por una banda en vivo. Tendrá lugar durante la celebración de la Proclama de las Danzas de la Bajada de la Virgen de las Nieves, unas fiestas lustrales que él amaba profundamente. Se trata de una ocasión llena de cariño y recuerdos para honrar su gran legado.
Tanto es así que fue integrante de la famosa Danza de Enanos en cuatro ocasiones. Se estrenó en este número lustral en la edición de 1970, con la alegoría de los Dominicos. Fue su abuela materna, Victoria, quien le brindó su apoyo y cariño durante la entrañable e íntima ceremonia de vestirse; más tarde continuó danzando en 1975 (Astrólogos), en 1980 (Musulmanes) y en 1985 (Peregrinos), con la ayuda de su querido amigo, el polifacético artista Alberto-José Fernández García.
Juan García fue una persona que siempre participaba con entusiasmo en cualquier evento cultural en el que se le solicitaba. Era amigo de todos, generoso, amable, lleno de energía y pasión en todo lo que hacía, y, por supuesto, siempre colaboró de manera desinteresada en nuestras Fiestas Lustrales.
En julio de 1995, en plena Bajada de la Virgen de las Nieves, «Juanito» —como lo conocían cariñosamente sus más allegados— presentó y dirigió el Carro Alegórico y Triunfal estrenado en 1935 Los Cuatro Elementos en la plaza de San Francisco en una representación bastante modesta, como protesta y respuestas a los recargados «Carros» al uso. El recinto estaba abarrotado y, desde preciso instante esta obra del número lustral fue conocido como «carro prohibido», «carro paralelo», e incluso el «carro de Juan». El recientemente fallecido catedrático e investigador José López Mederos —conocido por todos como «Pepe» López— informaba de que todos habían trabajado altruistamente por hacer la carroza e interpretar los papeles. Según sus palabras, se había confeccionado «con cuatro tablas y tres clavos y ni los carpinteros, ni pintores, ni los músicos» habían cobrado. Estos provenían de una selección de las Bandas de Música de Santa Cruz de La Palma y de Puntallana; las voces fueron las de la Masa Coral de la capital palmera. Todo puesto a disposición de las directrices de Juan.
Entre sus publicaciones cabe destacar su contribución a la monografía Canarias isla a isla (La Laguna, 2000) en la que trata de la música de su isla natal, en un artículo titulado «La canción de autor».
No obstante, su faceta más meritoria fue la titánica labor que realizó en la recopilación de la música compuesta por artistas palmeros, o arraigados en La Palma, evitando así su olvido o pérdida, y creando un archivo importantísimo de una parte de la historia musical de la isla. También fue el impulsor de grabar un disco compacto (CD) con la Rondalla Renacer titulado Cantares de La Palma.
Con una formación totalmente autodidáctica, pero con unas especiales y extraordinarias dotes para la música, dedicó prácticamente toda su vida a la composición, divulgación e investigación musical, por lo que creó y dirigió muchas agrupaciones que dejaron una singular e inigualable huella en el acervo cultural de la isla de La Palma.
De esta manera llegó a ser subdirector de la Masa Coral de Santa Cruz de La Palma, fundó la Agrupación Aridane y dirigió también la Rondalla Tedote, la Nueva Juventud Ideal, la Coral Gándara, la Rondalla Renacer, el Coro de San Nicolás de Las Manchas, entre otras.
Igualmente, se interesó por la fotografía y por el cine, creando la mítica Palma Film con Jorge Lozano y Fernando Leopold. Asimismo, junto a este último y otros, comenzó a hacer ilusionismo en La Palma formando parte de la Tertulias Mágicas Canarias, una institución que ha formado a magos amateurs y profesionales desde la década de los 60, convirtiéndose en la decana de las islas y la tercera más longeva de España.
Casado con María Dolores Toledo, residió en Breña Alta hasta su fallecimiento ocurrido el 3 de abril de 2013.
BIBLIOGRAFÍA:
LÓPEZ MEDEROS, José. «In memoriam, Juan García Martín: un Carro bastante especial». Consultado el 21 de junio de 2025 en: https://elapuron.com/noticias/cultura/195918/in-memoriam-juan-garcia-martin-carro-bastante-especial/
PÉREZ GARCÍA, Jaime. Fastos Biográficos de La Palma, Real Sociedad Cosmológica. Santa Cruz de La Palma, 2009, p. 174
Un sincero y cálido agradecimiento para María Dolores Toledo —«Lola», su querida esposa y compañera de vida— por su invaluable colaboración en la creación de este pequeño artículo. Su apoyo ha sido fundamental para rendir un pequeño homenaje al gran maestro y al extraordinario hombre que fue Juan García.
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