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Un ejemplo poco ético de la Directiva de la Comunidad de Riegos de Fuencaliente

Pancartas en Fuencaliente contra la desaladora y a favor de arreglar el canal LP1. Archivo.

A la hora de analizar la realidad actual no podemos renegar de la visión que nos da el sentido común, pues, como escribió el gran novelista irlandés, George Moore, el sentido común es una fuente privilegiada de conocimiento y renunciar a él no puede llevar más que al absurdo y a la paradoja. Aunque el sentido común alberga principios básicos que nos permiten conocer lo que es correcto de lo que no es, existen situaciones en lo que lo bueno no siempre resulta evidente.

La mayoría de los comuneros de la Comunidad de Riegos de Fuencaliente, pensamos que es de sentido común, antes de poner desaladoras, gestionar de una manera correcta y eficiente el agua natural que tenemos, ya que es un agua de baja conductividad, rica en nutrientes y más barata que el agua desalinizada. Por tanto, es un agua idónea para el cultivo del sector primario en nuestra isla, el cual actualmente se encuentra en crisis.

Una buena gestión del agua conlleva, en primer lugar, evitar todas las pérdidas en las redes de distribución. En los ayuntamientos de la isla de La Palma, dichas pérdidas son de una media del 50% y en el canal LP1 Barlovento-Fuencaliente, según el gerente del Consejo Insular de Aguas de La Palma, de un 12% . En segundo lugar, controlar las galerías con cierres hidráhulicos para así utilizar solo el agua que se necesite y, no tener las galerías abiertas todo el año con independencia de que se necesite o no agua y, en tercer lugar, incrementar el agua en el sistema. Sin embargo, el presidente de la Comunidad de Riegos de Fuencaliente, Óscar Rodríguez Rodríguez y el asesor de la citada comunidad, Francisco Martín, que a su vez es técnico del Consejo Insular de Aguas de La Palma, parecen no entender lo que es de sentido común para la comunidad. Nos ofrecen una realidad que, en muchas ocasiones, no coincide con los hechos.

Así, en la Junta General Extrordinaria del 13 de diciembre de 2024, a petición del que suscribe , la junta aprobó por unanimidad, proponer al Consejo Insular de Aguas la entubación del canal LP1 y controles a lo largo del mismo, para así evitar las pérdidas y las tomas indebidas de la misma. La Comunidad de Riegos de Fuencaliente posee en propiedad alredor de 1.107 pipas y le llegan solo alrededor de 600. Sin embargo, el citado acuerdo, a fecha del 28 de agosto del presente año no había sido aún remitido al Consejo Insular de Aguas. Sin embargo, en unas declaraciones públicas, el alcalde de Fuencaliente de La Palma, Gregorio Alonso, manifestó que la Comunidad de Riegos de Fuencaliente estaba de acuerdo en la instalación de una desaladora. El que suscribe no tiene noticias de que en una Junta General se haya acordado tal propuesta, aunque es posible que haya sido aprobada por la Junta Directiva.

Si es así, parece por lo menos extraño, que la Junta Directiva en solitario aprobase un acuerdo de tal calibre y lo enviara al ayuntamiento de Fuencaliente y que después de ocho meses un acuerdo tomado en una Junta General aún no haya sido ejecutado. Es de obligado cumplimiento por parte de la directiva ejecutar lo antes posible los acuerdos que se tomen en la misma.

Algunos comuneros han manifestado en varias ocasiones, que hacer presión al Consejo Insular de Aguas de La Palma, mediante escritos para la entubación del canal LP1, no sirve de nada, porque el citado Consejo no los tiene en cuenta. Entiendo que muchos comuneros estén cansados y se sientan impotentes ante las actuaciones de nuestros gobernates; pero en mi opinión, una comunidad que de forma frívola y obstinada se muestra negligente ante lo que está ocurriendo está abocada al fracaso; por el contrario, si queremos que a Fuencaliente llegue el agua necesaria para mantener nuestros cultivos, necesitamos hacer cada vez más presión al Consejo Insular de Aguas. En cierta medida, parece lógico que el citado Consejo, no quiera entubar el canal, ya que su objetivo, parece ser precisamente que a Fuencaliente llegue poca agua y siga habiendo cada vez más restricciones. De esta manera, mantienen altos los precios de la misma, y por otra parte, se justifica la instalación de desaladoras. Con estas premisas, podríamos entender las actuaciones del Cabildo Insular de La Palma y del Consejo Insular de Aguas. ¿Pero cómo explicamos la actuación de la directiva de la Comunidad de Riegos de Fuencaliente? En principio, cabe pensar que le siguen el juego al Cabildo y al Consejo Insular de Aguas para ayudarles a que estos consigan sus objetivos.

Se pone claramente de manifiesto que las decisiones que toma la Junta Directiva pueden no ser correctas si sus miembros no cuentan con una escala de valores que les permitan discernir adecuadamente lo justo de lo injusto, lo ético de lo inmoral. En el momento en que el hombre decide y actúa la respuesta puede ser justa o injusta , adecuada o inadecuada. Por eso es obligado que, sobre todo los Directivos de una Comunidad de Regantes o de cualquier otra, cuenten con un marco de valores éticos que les sirvan de guía en su gestión y en sus decisiones. De esta manera, la ética es el mejor instrumento para la buena gestión, porque conlleva el autocontrol mediante el uso correcto de la razón a partir de la idea de servicio colectivo.

A la vista de todo lo expuesto anteriormente, creo que ni el presidente ni el asesor de la Junta Directiva de la Comunidad de Riegos de Fuencaliente se han comportado éticamente, y cuando se carece de principios éticos, sus fines pueden ir dirigidos a sus intereses personales y partidistas y no al bien de la comunidad.

 

*Antonio Lorenzo Hernández
Catedrático de Fisiología Animal y Comunero
de la Comunidad de Riegos de Fuencaliente

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