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Economía
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CONFERENCIA

José Ángel Rodríguez: "La Palma no está en crisis, está en estancamiento"

  • El segundo encuentro "Miradas hacia el futuro" analiza la economía insular
  • Se apuntan oportunidades en sector primario, turismo e industrias ligeras

José Ángel Rodríguez Martín, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad de La Laguna

El Espacio Cultural Rafael Daranas de Santa Cruz de La Palma acogió ayer la segunda edición del ciclo de conferencias "Miradas hacia el futuro", promovido por CajaCanarias y centrado en el análisis de la situación y las perspectivas económicas de la isla. Ante un auditorio repleto, los profesores José Luis Rivero Ceballos y José Ángel Rodríguez Martín (ULL) y Matías González Hernández (ULPGC) desgranaron las posibles causas de la crisis actual y adelantaron algunas posibles salidas a la misma.

En la intervención inicial, José Luis Rivero Ceballos esbozó el origen de la crisis económica, desde la escala global a la canaria. En su opinión el origen de las perturbaciones económicas mundiales hay que buscarlo "en la economía financiera, no en la producción de bienes y servicios". Así, la sobreabundancia de liquidez inducida por la Reserva Federal estadounidense habría impulsado el crecimiento de nuevos productos financieros poco regulados. La posterior subida de los precios del petróleo provocó un incremento de los tipos de interés y por tanto de la morosidad, multiplicada por la opacidad de los mencionados productos financieros. El consecuente bloqueo del mercado financiero habría afectado de forma indirecta en España, bien protegida de la desregulación y sin embargo muy dependiente del crédito exterior. Y finalmente, ya desde una perspectiva regional, la crisis habría impactado especialmente en el ámbito laboral, puesto que la economía canaria es "muy intensiva en empleo. Cuando hay crecimiento se genera en Canarias muchísimo, como entre 1994 y 2007, pero también se destruye mucho cuando se decrece".

En este sentido, concluyó su ponencia asegurando que "sólo le vamos a poder doblar el brazo al paro a diez o quince años vista", porque lo que se observa ahora mismo en los gráficos es una auténtica "pared de desempleo". Entre las medidas para paliar el impacto de la crisis en el Archipiélago, Rivero Ceballos citó el refuerzo de los instrumentos legislativos (REF y Estatuto de Autonomía), la reforma de la administración pública y el reequilibrio entre ingresos y gastos en las cuentas públicas. "Que nadie se llame a engaño: en 2012 habrá que subir el IGIC".

En segundo lugar tomó la palabra José Ángel Rodríguez Martín, que comenzó realizando un análisis comparativo entre la economía palmera y la canaria. Rodríguez Martín caracterizó a La Palma como una isla que registra tasas de creación empresarial muy inferiores a la media regional. "La Palma no está en crisis, -indicó durante su ponencia- está en estancamiento. No tiene el motor apagado, pero sí al ralentí". A modo de ejemplo, contrapuso que su población aporta el 4,1% al total de Canarias y sin embargo sólo concentra el 1,6% de sus empresas. O lo que es lo mismo, por cada 100 habitantes hay 3 empresas en La Palma, mientras que en Canarias hay 8. Una población algo más envejecida y más dependiente del sector público (el 15% de los empleos frente al 10% de la media regional) serían también otros de los rasgos destacables de la economía insular.

En cuanto al análisis sectorial, fue moderadamente optimista con respecto al sector primario, aunque excluyendo  a la pesca, que va camino de convertirse "en una actividad de hobby".  Expresó también ciertas reservas con respecto la ganadería, "un muerto que tiene buena vida", puesto que "la legislación, las normas y los controles no facilitan mucho su desarrollo". Sin embargo, "qué duda cabe que desde el punto de vista agrario está mucho mejor especializada que Tenerife o Gran Canaria". A este respecto, señaló que "Canarias es el mercado natural de La Palma" y animó a que se investigaran nuevos cultivos como la papaya, por las "muchas incertidumbres que rodean al plátano, su producto estrella".

El catedrático de la ULL censuró los ejercicios de "voluntarismo político" para la instalación de industrias en el archipiélago. "Con eso de subir dos puntos del PIB parecen la hermandad del Santísimo Cristo". La única salvedad a este respecto serían las industrias ligeras con una alta cualificación de sus recursos humanos, entre las que destacó la posibilidad de establecer empresas vinculadas a la óptica aprovechando el arrastre del Observatorio Astrofísico del Roque de Los Muchachos. Y concluyó preguntándose "¿para qué seguimos llenando la isla de artefactos, como puertos sin barcos y carreteras sin coches?", así como animando a la reflexión sobre si la calidad de vida en la isla "va a servir para para reforzar pasividades complacientes o va a ser una plataforma para la creación de ideas".

En tercer y último lugar intervino Matías González Hernández, profesor del Departamento de Análisis Económico de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, que comenzó asegurando que cuando comenzó la crisis se demostró que "ni otros lo habían hecho tan bien ni La Palma lo había hecho tan mal". En oposición a Fuerteventura, que duplicó su población en 10 años, La Palma tardó un siglo y sin embargo también "estaba haciendo experimentos interesantes" en agricultura y el turismo.

En cuanto al primero de estos ámbitos mencionó las oportunidades en la agricultura ecológica e integrada, "en línea con lo que demandan los consumidores europeos". En este sentido, cuestionó la conveniencia de "seguir generando la expectativa de seguir produciendo indefinidamente un producto hegemónico", con la única arma de la "defensa numantina de las políticas arancelarias". El efecto más evidente de esta postura sería, por el contrario, desincentivar la necesaria reconversión hacia esas nuevos sistemas de producción, más respetuosos con el medio ambiente y que "pueden incluso trabajar con costes más bajos" que las convencionales.

Con respecto al turismo, González Hernández criticó la tendencia a considerar que el valor del turismo "está en las infraestructuras, en los edificios". Muy al contrario, subrayó, "está en el capital humano". "Lo fundamental no es tener una buena red de senderos, aunque eso ayuda. Lo fundamental es la capacitación del factor humano alrededor de los recursos naturales y culturales. Por eso la pregunta no es saber cuántos kilómetros de senderos hay, sino cuántas empresas" están haciendo uso de ellos.

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