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Opinión
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Pablo Ramón Rodríguez/ Diseñador

200 euros

  • El autor opina sobre el concurso capitalino del cartel del Carnaval 2011

Como palmero y canario, y como no puede ser de otra manera, habitualmente consulto los medios de comunicación de Canarias y en la Palma mi referencia es esta publicación online, de ahí que me dirija a ustedes con el objetivo de no quedarme callado al respecto de una atrocidad que, en mi humilde opinión, es degradante para el entorno y los profesionales de la comunicación, el arte y el diseño.

Los causantes de esta atrocidad no son otros que los representantes del Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma. Desconozco los motivos que les han llevado a tomar la decisión (en qué momento) de convocar un concurso público para el cartel del próximo carnaval de Santa Cruz de La Palma, que como ustedes saben sobradamente, tiene como principal evento la hoy en día multitudinaria fiesta de Los Indianos. No sé si es desconocimiento, desinformación, ruina en las arcas municipales o mal asesoramiento. No lo sé, pero quiero creer que no hay mala intención, aunque, como se dice vulgarmente, el tiro les ha salido por la culata.

Algunos de ustedes pensarán que convocar un concurso para un cartel del carnaval no tiene nada de malo. Pueden estar seguros de que estoy completamente de acuerdo, no obstante, el hecho al que hago referencia no es el concurso en sí, que es una buena iniciativa, sino el premio de dicho concurso: 200 euros.

Seguramente una parte de la gente que desconoce el mundo del diseño, la creatividad, la publicidad, el arte… seguirá pensando en este momento que 200 euros está bien por hacer un cartel "de nada". Pues bien, tanto a esos lectores desinformados como a los responsables que en el Ayuntamiento de Santa Cruz de La Palma tomaron tan disparatada decisión, me gustaría decirles que esta cantidad es una ofensa para nuestra profesión. Y seguramente me quede corto con dicho sustantivo. Porque en términos económicos los 200 euros supondrían un beneficio ridículo para cualquier profesional, eso si no supone pérdidas.

Veamos cómo se crea un cartel. Lo primero que tiene que tener un buen cartel es un concepto, una idea, un key visual… Esto puede surgir de la nada, como por arte de magia, o en la gran mayoría de los casos y como en cualquier otro trabajo del mundo surge tras estar horas documentándose sobre el tema del cartel y su propia idiosincrasia. Pero claro, aquí no termina el trabajo, ya que una vez que se tiene una idea hay que plasmar ésta gráficamente a través de una dirección de arte. Lo podemos hacer con programas de diseño y edición, a través de la pintura, con fotografía… y todo ello requiere sumar nuevas horas de trabajo. Y, aún en este punto, no acaba el proyecto, porque llegados aquí hay que artefinalizar (preparar para su reproducción en sistemas de impresión) el cartel. Seguimos sumando horas. Luego ya casi está, sólo queda imprimir y montar los comprobantes sobre foam, comprar un sobre acolchado, grabarlo todo en un soporte digital y pagar el correspondiente precio en correos (certificado, para asegurarnos que lo acepten en caso de llegar fuera de plazo). Todo ello más tiempo y dinero.

Llevo más de diez años trabajando en el mundo de la creatividad con marcas y profesionales del sector y puedo asegurarles que un gran director de arte tarda, como muy poco, entre 2 y 3 días en hacer un primer boceto de un cartel 50×70. Sí, aunque no se lo crean se tarda ese tiempo en hacer un trabajo profesional. Es como si se pagase la hora de trabajo a menos de 10 euros. Y algunos de los lectores seguirán pensando: 10 euros la hora está muy bien. Pero claro, seguramente ninguno se haya parado a pensar en qué pasa con el IRPF cuando haces un trabajo para una entidad pública. O que, aparte del trabajo, hay que pagar un seguro de autónomo, tener equipos de diseño profesional, pagar licencias de programas… Vamos, que como en cualquier trabajo, las cosas bien hechas requieren tiempo, recursos y dinero. Por supuesto, todo esto no vale de nada si lo que se quiere tener es un cartel con un acabado, seguramente, poco profesional. Entonces todo es muy fácil: se pagan 200 euros y que se joda el mundo del diseño.

Pablo Ramón Rodríguez, es vecino de El Paso pero residente en Madrid. Desde hace más de diez años se dedica al mundo del diseño y la publicidad y actualmente desarrolla su carrera profesional en la agencia de publicidad de Madrid Código Visual.

 

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