Llegó el momento de las promesas de los políticos, promesas y más promesas que no han cumplido algunos después de estar 28 años en el Gobierno de Canarias.
A los canarios, les hace falta salir de su letargo invernal y cavilar que todo lo que prometen los políticos hasta poner la papeleta en la urna es muy fácil, pero el de lo prometido no me acuerdo es más fácil todavía. Si pensamos un poco y volvemos la vista atrás vemos que las promesas son siempre las mismas: que si mejorar la sanidad, la educación, que si una vivienda que podemos pagar… Y vuelta con la misma cantinela hasta las próximas elecciones.
No me molestan las promesas de los políticos para que les vote, pero que me quieran comprar con las mismas mentiras y otras nuevas, no me agrada, es herir el decoro de una persona independiente que mora en libertad. Nuestro voto es escondido, secreto, íntimo, tapado, antes y después de introducido en la urna. Este pueblo canario no debe ceder por migajas procedentes de los testaferros políticos en forma de promesas incumplidas, y de otras nuevas inventadas que van a parar al mismo saco, porque ya conocemos las patitas del lobo de los que tanto han mandado en Canarias, que prometen, no cumplen, y después nos devoran o nos venden por un triste salario.
Somos tontos pero no idiotas para no darnos cuenta que la Comunidad de Canarias, según las estadísticas, ocupa la cola de la cola de España en sanidad, educación, economía… Y les importa un pepino la salud de su pueblo, la educación y la miseria, con tal de seguir en la poltrona.
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