Como flor que da al viento sus pétalos
te abriste sobre el mar con encendidas mieles
perpetua fumarola, antorcha azul, voz del océano
espiga de las aguas, raíces, venas, ¡tierra nuestra!
Parece que fue ayer la despedida.
Las olas lavaron aquel llanto
cuando besando la medalla de la Virgen
lágrimas de mi madre en el corazón guardaba
y sollozando dije adiós a los horizontes de mi infancia.
Somos herencia de tu destino, de tu canto, de tu herida
del fuego que sube hasta tu piel y nos reseca.
Ya no importa el sufrimiento, el tiempo o la distancia
siempre vamos contigo
guardando en el silencio todo el dolor,
todo el amor, algo de esperanza.
Rescatando el sabor de aquellos días
soñamos tus contornos
soñamos Teide, Nublo, Garoe y Timanfaya
Taburiente, Garajonay, Dorado Majorero…
como gotas de sangre en el recuerdo,
como arrullo, como luz de primavera.
Con esta lucha de soledades y nostalgia
hemos bordado en tu bandera corazones.
En este día de celebraciones
entre copas de triunfo te nombramos
desgranando tu nombre en cada pecho
en cada corazón de jubiloso grito
para decirle al mundo, Canarias
¡Cuánto, cuanto te queremos!
Marynieves Hernández
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