En educación, en varias comunidades autonómicas, quieren aumentar las horas lectivas de los maestros y profesores para ahorrar, eso lleva a no contratar interinos para sustituir e incidir en el aumento de la degradación de la ya de por sí degradada educación en España. Aquí sí recortan y cambian la Constitución para el control del déficit impuesto por los que mandan, pero no interesa, porque hay mucha democracia en juego, recortar en suprimir las Diputaciones Provinciales, el Senado (que no pinta absolutamente nada, pero son unos 360, con los correspondientes secretarios, asesores, etc. que no quieren soltar la teta), los delegados de la Administración del Estado y de la Comunidad. ¿Qué pintan los dos? En Canarias clama al cielo (aparte del delegado, hay un subdelegado por cada provincia y un representante por cada isla, además están los de la comunidad). ¿Y las policías y radios y TV autonómicas? Al servicio del partido que gobierna, eso explica su existencia.
En Canarias, además de sobrar varios municipios, como reconoció el Presidente en funciones de la FECAM, sobran los Cabildos insulares o la Comunidad Autónoma, (Mi punto de vista: Comunidad Autonómica y Ayuntamientos, sobran los Cabildos)). Por ahí, es por donde habría que recortar, no en educación y en sanidad. El sistema educativo y sus leyes actuales dejan mucho que desear, pero a los dirigentes, por mucho que ellos cacareen lo contrario, lo que les interesa es un pueblo de borregos y poco instruido para hacer lo que les dé la gana, porque un pueblo instruido y libre, sí, aparte de preparado, libre, es poco manejable.
Ya no tenemos independencia ni siquiera para pensar, nos quieren controlar en todos los conceptos. Dentro de poco, si no nos ponemos en nuestro sitio, promulgarán una ley para regular qué bragas o calzoncillos, si es que podemos comprar, tendremos que ponernos. Ya es hora de que despertemos y que estos señores, que están ahí porque los hemos puesto, sepan que no son dioses que están por encima del bien y del mal, y que el bienestar de todo el pueblo, sin colores, es lo primero, y no sus intereses y los del partido.
Ya es hora de que el ciudadano se ponga en su sitio y no vaya con miedo y la cabeza gacha a pedir lo que es suyo, sino exigiéndolo; que se enteren de una vez, tanto cargos públicos como funcionarios, que tienen que estar al servicio del ciudadano, no en el reino de los cielos. Que éstos, con sus impuestos, son los que los mantienen en el puesto. Menos despotismo y más humildad y sobre todo humanidad.
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