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Francisco Pulido

La “primavera árabe” canaria está por llegar

  • Es el momento para que la movilización empiece en las urnas

Escribía la peridodista Amy Goodam en el diario digital Democracy Now, a propósito del movimiento Occupy Wall Street, que están soplando vientos de cambio en todo el mundo. Afirmaba además que lo que provocará ese cambio y cuando sucederá es algo imposible de predecir. Nos recordaba Amy Goodman el inicio del movimiento en Egipto con el llamamiento de la joven Asmaa Mahfouz en un video ante el dolor que le causó la inmolación de cuatro hombres. Antes fue Túnez, luego Egipto, y esto aún no ha terminado.

Nueve meses más tarde, Asmaa Mahfouz se encontraba dando un discurso en el campamento de "Occupy Wall Street" en Nueva York. La activista, que había sido arrestada junto a más de 12.000 egipcios después del movimiento, fue puesta en libertad debido a las fuertes presiones en su país y a nivel internacional. Ahora se presenta al Parlamento egipcio. Los mismos arrestos que se sucedieron en Egipto, suceden ahora en Okland y en Nueva York.

Túnez, Egipto, España y el 15M, y ahora en Nueva York y Okland, no es casualidad. Hay una nueva generación que están ocupando la calles y, como dice el sociológo americano Jeremy Rifkin, estamos asistiendo a un movimiento que tiene el mismo potencial que el de 1848 y el de 1968. Ahora bien, Rifkin entiende que el potencial de esta movilización está en la gente joven y en su capacidad de saber hasta donde pueden ir.

Estamos asistiendo a un cambio de modelo de forma inexorable, a la emergencia de un nuevo paradigma económico porque no hay otra salida. Lo ocurrido en Grecia o Italia muestra a toda luces que el sistema monetario está agotado. Es tal el colapso de la deuda privada, y ahora la pública, que estamos descubriendo el enorme poder que ejercen los poderes financieros, con capacidad para hundir un país. Primero fue Islandia, donde el país engrosó enormemente su deuda, una inflación galopante y la quiebra de los grandes bancos. Ahora nos dicen que Islandia está saliendo de la crisis, pero con una reducción de los salarios reales de los trabajadores, menguando el gasto en política social y mediante el aumento de la presión impositiva sobre las clases medias.

No se puede ser optimista, porque lo que estamos viviendo con las economías no es una simple crisis, es la vuelta a la realidad. El pasado tan glorioso era un simple sueño. Y ya nada volverá a ser como antes. El 20N habrán elecciones generales y, posiblemente al PP le puede estallar todo de golpe, como bien apuntaba Belén Barreiro, expresidente del CIS. La crisis está provocando cambios rápidos de gobierno e, incluso, los británicos también lo están sufriendo.

El escenario después del 20N nos dibuja un panorama inquietante, en algo que coinciden muchos analistas. Los bancos no van a aumentar el crédito la sector privado, la inversión de capital irá en decrecimiento, la competencia entre empresas se agudizará, el desempleo crecerá, las políticas de ajuste, recortes y privatizaciones aumentarán, y con ellas, la desigualad y la pobreza.

¿En qué medida afectará a Canarias esta escenario político y económico? Sin duda, tendrá consecuencias aún poco predecibles. En una isla como La Palma puede tener tintes dramáticos, por el enorme peso que tiene el empleo público y la dependencia del dinero público, en ayudas, bonificaciones y prestaciones.

Pero si no hacemos nada, como apuntaba Rifkin, entonces el mundo se desmoronará, aunque de hecho ya se esta desmoronando. El 20N ejercemos nuestro derecho al voto. La crisis invita a la abstención, aunque muchos analistas piensan, insospechadamente, que en el conjunto del estado no será superior al 30%. Como dice un video que está difundiendo Equo en su campaña, los mensajes de los mercados son claros, voten al PP. E incluso, llegan a afirmar que si los ciudadanos no quieren votar al PP, que voten al PSOE, que es lo mismo. Y ciertamente, gane quien gane se va a aplicar la misma política económica, porque en esta crisis, España ya se encuentra secuestrada por los mercados.

El 20N debe haber una respuesta inesperada, que la habrá, sin duda, porque la reacción ya ha empezado. Y no precisamente porque se produzca un vuelco en las urnas. Es evidente que ni Rajoy ni Rubalcaba nos sacarán de ésta, ni la demagogia nacionalista de Oramas. No son políticos que estén a la altura de lo que demanda el nuevo paradigma, al contrario, son serviles a lo que dicten los poderes financieros. Por eso, en Canarias debe haber un mensaje claro, más allá de las urnas: la primavera "árabe" canaria está por llegar. Es mucho más que el 15M, que en las islas de momento se ha expresado como un efecto mariposa de la acampada de Sol.

Los que conformamos el proyecto de Si Se Puede-Socialistas por Tenerife-EQUO sabemos que es el momento para que la movilización empiece en las urnas, porque con el voto se puede ejercer la indignación frente al abismo al que nos lleva el "tripartidismo". Pero también es el momento para que la indignación se articule, cuando vaya encontrando miles de motivos, en las calles y en la sociedad civil. Manfred Max-Neef, economista no al uso, al preguntarle hace un año como cambiaría las cosas, decía que no entendía como no había millones de personas en las calles de USA destruyendo las cosas. Pues parece que sí, que empiezan a haber millones, no destruyendo, pero sí ocupando. Seguro que en Canarias seremos bastante decenas de miles. El escritor Paulo Coehlo ya nos lo dice, tenemos que actuar, y tenemos que actuar ahora porque somos muchos más poderosos de lo que nosotros pensamos que somos.

Francisco Pulido es el candidato de EQUO al Senado por La Palma.

 

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