A la Fuente Santa

Dedicado a esas personas que con tanto empeño y dedicación, trabajaron por su recuperación.

Te fuiste
sin adiós ni despedida
llevándote un ramo de esperanzas
dormido entre tus brazos.

Te fuiste
dejándonos con el dolor de tu partida,
una tiniebla densa, un vacío
para ocultarte silenciosa
remota e imposible…
bebiéndote los siglos a escondidas,
sólo el temblor de tus besos
apenas perceptible

Besos de siglos te ofrecimos
que intactos resistieron tu silencio
y en el sendero oscuro de tus pasos
se hicieron ríos de búsqueda incesante
desbocando el corazón casi en tinieblas
languideciendo a veces, desbordado
en incesante empeño por tenerte
escudriñando al alba y al crepúsculo
abrazando ilusiones y vuelos
interrogando al mar, al sol, al viento
a las rocas de tu lecho
¡Malpaíses sigilosos
guardianes de tu secreto¡

Pero has vuelto
con tu quehacer vibrante y profundo
reventando en surco abierto

Como Salmo brota tu regazo,
cabellera despuntando entre las rocas
cantando el mar, temblando las orillas,
crecidos laureles con tu nombre de Santa

Bienvenida "Misteriosa Dama"
de traje cristalino y canto de burbujas
Bienvenida a nuestros brazos jubilosos
Señora de las Profundidades

No queremos perder
la bella realidad de tu llegada
No interrumpas este sueño
de que has vuelto

Marynieves Hernández
Caracas, diciembre de 2011