Cuadro de los mártires jesuitas de Tazacorte.
Mañana, 15 de julio se celebra en Canarias la solemnidad de los Beatos Ignacio de Azevedo y compañeros, Mártires de Tazacorte. La Eucaristía se oficia en la iglesia de San Miguel Arcángel a las 19:30 horas. En esta festividad se honra la memoria de cuarenta religiosos jesuitas que dieron su vida por el nombre de Jesucristo en las costas de La Palma cuando salían de Tazacorte.
Según Juan Ramos, párroco de este municipio palmero se trata de un día de especial calado religioso. "Para nosotros, este año, la solemnidad de los Mártires de Tazacorte tiene un significado muy importante porque contamos con el cáliz con el que el Padre Azevedo celebró la última Eucaristía antes de partir." Dicho cáliz, que lo ha conservado durante este tiempo la Compañía de Jesús, se encuentra ahora en la parroquia de San Miguel Arcángel tras un acuerdo en el que ha mediado el Obispo, Bernardo Álvarez. "Se trata de un contrato de unos años que podrá ser renovado" -ha indicado Ramos. "Esperamos que continúe con nosotros porque tiene un valor muy grande, no el económico sino el valor espiritual ya que significa el cumplimiento de la voluntad de Dios".
Dicen las crónicas que el P. Ignacio Azevedo celebró su última Misa en tierra en la iglesia de San Miguel de Tazacorte. Después de la celebración de la eucaristía, en el momento de beber del cáliz, tuvo el P. Ignacio la revelación de su próximo martirio. Tan fuerte fue la impresión recibida que con los dientes produjo en el borde del cáliz una suave mella.
Historia de los Mártires
El P. Azevedo, tras su nombramiento como provincial del Brasil, fue autorizado para reclutar en Portugal un gran grupo de misioneros y llevar, además, consigo a cinco personas de cada una de las provincias de España por donde pasase camino de Portugal. El P. Azevedo se hizo cargo de un barco mercante llamado "Santiago" para transportar a los misioneros. Como todos no cabían en él, aceptó el ofrecimiento de don Luis de Vasconcellos, nuevo gobernador del Brasil, que llevaría en su flota al resto de los jesuitas. Zarparon de Lisboa el 5 de junio de 1570. Ocho días después arribaron a la Isla de Madeira los siete barcos. Posteriormente, navegaron hasta la isla de La Palma para desocupar buena parte de sus mercancías y tomar otras. Antes de hacerse a la mar, el P. Azevedo invitó a confesar a todos los marineros de la nave "Santiago" y les dio la Comunión, en la fiesta de San Pedro. Convocando también a todos sus compañeros, los exhortó a que se dispusiesen para sacrificar sus vidas en defensa de la fe, si Dios se lo pedía; pero si alguno no se consideraba con ánimos podía quedarse tranquilamente en Madeira. Cuatro novicios, en efecto, desistieron de aquel viaje, con lo que marcharon el Padre Ignacio Azevedo y treinta y nueve compañeros.
El viaje transcurrió en calma hasta que, cuando ya se encontraban en las proximidades de La Palma, a unas dos leguas y media de la ciudad, un fuerte viento, los lanzó lejos de la costa y les obligó a dar un rodeo a la isla hasta que encontraron refugio en el puerto de Tazacorte.
Los habitantes de este municipio les recibieron amablemente. El 13 de julio el P. Ignacio Azevedo celebró su última Misa en tierra en la iglesia de San Miguel de Tazacorte. Después de la celebración de la eucaristía, en el momento de beber del cáliz, tuvo el P. Ignacio la revelación de su próximo martirio. Tan fuerte fue la impresión recibida que con los dientes produjo en el borde del cáliz una suave mella.
El galeón "Santiago", en la madrugada del 14 de julio, se hizo a la mar, rumbo a Santa Cruz de la Palma, por la parte sur de la isla. Al amanecer del día 15 de julio el galeón "Santiago" se alejaba de Tazacorte hacia el sur. Fue entonces cuando un corsario francés, aprovechando los vientos favorables que le venían del mar, por la parte del naciente, trató de interceptarlo con su navío de guerra "Le Prince", haciéndole unos disparos de intimidación. Cuando llegó la orden de abordaje, numerosos grupos de hombres, saltando precipitadamente de los cinco navíos franceses, se lanzaron impetuosamente sobre el galeón portugués.
Como la situación se hacía insostenible por momentos, la tripulación portuguesa optó por rendirse. Hecho el recuento de los tripulantes y pasajeros quedaron los misioneros jesuitas como único blanco de los ataques de los hugonotes. De los mártires, ocho eran españoles y el resto portugueses.
(Datos históricos extraídos de la reseña bibliográfica de "Los Mártires de Tazacorte" elaborada por el Padre Julián Escribano Garrido y editada en 1992)
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