Cada vez son más los ciudadanos españoles que añoran, de una vez por todas, que se impulsen medidas de regeneración democrática que arremetan con lo que, desde el inicio de la transición democrática, ha supuesto una brecha en la igualdad de oportunidades.
La regeneración de la democracia española y la más que necesaria erradicación de la corrupción a gran escala que tanta desafección nos produce a los ciudadanos e infecta a nuestro Estado, hoy por hoy, no es posible si antes no limpiamos, a fondo, los partidos políticos, los sindicatos y las organizaciones patronales, verdaderos focos activos de la peor infección corrupta.
Se anuncian nuevas reformas por parte del Gobierno pero, a día de hoy, se sigue manteniendo intacto, por ejemplo, el 80% de los ingresos directos que perciben los partidos políticos, la patronal y los sindicatos para mantener sus enormes prebendas. Es necesario, por tanto, reformar las leyes para que se financien, únicamente, por las cuotas de sus afiliados y por donaciones conocidas por todos.
Nadie pone en duda, a estas alturas, que la patronal, los sindicatos y los partidos políticos, son entidades primordiales para el buen funcionamiento de la democracia, inclusive la misma Constitución Española vigente estipula su relevancia constitucional pero, emanan de la sociedad, no del Estado, y se hace más que lógico que sea la sociedad la que sostenga su funcionamiento en un régimen voluntario.
Tenemos que seguir el camino de Estados Unidos, Gran Bretaña y Alemania, países con democracias avanzadas que no engordan con dinero público a unos entes privilegiados, improductivos, "autistas", a costa de nuestras expectativas de desarrollo social.
Sin excusas y sin demora, tenemos que terminar con esta sangría en las arcas públicas.
Archivado en:
Últimas noticias
Lo último en blogs
Cristal
Mucha razón Jafet. Lo suscribo totalmente.
Leer más