Yo recuerdo a mi pueblo
con sus piedras lavadas,
aromas en el aire
de albaricoque y palma
Yo recuerdo a mi pueblo
con sus grajas pintadas
cuando un nido de nubes
en el pico llevaban
Mi pueblo era una flor
que abría en la madrugada,
la luna era su novia
su voz, una guitarra
En los atardeceres
azules del volcán
se derramaban mieles
del carmín otoñal
Mi pueblo era una iglesia
con sombra de rosal
era cálido beso
era nido y altar
Yo recuerdo a mi pueblo
cuando todo era vuelo
enjambre de ilusiones
en las alas del viento
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Marynieves
Gracias ocarballo, con razón se dice que "nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde". Posiblemente sea la distancia, factor importante, en magnificar y decantar este sentimiento. La mente se recrea en recordar y reconstruir cada forma, cada matiz de color, cada aroma, cada sonido y movimiento. La evocación de las sensaciones y los sentimientos, nos asaltan con urgente inmediatez. Tu, igual que yo, conoces eso muy bien.
Y tu comentario Pedro Luis, es un beso para el alma.
Gracias.
Abrazos a los dos.
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PedroLuis
Qué forma más bonita de besar los recuerdos.
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ocarballo
Muy bonito poema a Fuencaliente, al leerlo se transporta uno a la infacia en este querido y nunca olvidado pueblo
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