Atrás quedaban noches de amigos y de luna / la vid que perfumaba sus días./ Atrás quedaban atardeceres de balidos y campanas / atardeceres… y el corazón deshojando sus pétalos.
Hace unos días, pregunté a un matrimonio canario de avanzada edad, cuál era su mayor sueño. "Volver a la tierra donde nacimos, es nuestro mayor sueño". -Me contestaron- "Volver allí, donde abrimos los ojos a la vida, donde dimos los primeros pasos y aprendimos a mirar al cielo. Volver a la tierra que aprendimos a amar, con sus cosas buenas y las malas también. Aquella que, con lágrimas en los ojos, tuvimos que dejar un día, para ir más allá del océano buscando una mejor calidad de vida para nuestros hijos".
Me contaban, que habían partido de las islas hace más de cincuenta años a bordo de un pequeño velero, en el que navegaron por más de treinta días para llegar a Venezuela. Cincuenta años de trabajo, de lucha y privaciones. Cincuenta años sin tener la oportunidad de volver a ver su tierra y su gente… ¡Demasiados años! -Pensé- y sentí que el pecho se me rompía de pena. Imagino ¡cuántos pensamientos y divagaciones…! Cuántas vigilias recorriendo lugares, recordando situaciones: aquellos caminos a ratos áridos, a ratos verdes y frondosos; aquellas noches a la luz de la luna con los amigos; conversaciones con la tierra, con las cosechas menguadas, con la lluvia tardía y las heladas, con el mar limpio y bravo que golpeaba las rocas y mojaba su cuerpo; posiblemente echando de menos las pocas cosas que entonces tenían. Quizás sus ovejas, sus cabras, sus tierras… aquellos atardeceres de balidos tristones… Balidos que en la distancia se han quedado en el recuerdo con eco de nostalgia romanticona. Me pregunto ¿cuántas parejas como ésta se encontrarán dispersas por los pueblos de América? ¿Cuánta gente nuestra viviendo los últimos años de la vida, mirando cada día a los cuatro Puntos Cardinales, esperando que salte la chispa de un milagro? Un milagro que haga posible la realización de su sueño. El sueño de volver. Volver a su tierra. ¡Qué triste es la vida del emigrante! Pero eso no es todo. Aquél que, después de tantos años logra volver con la ilusión de reencontrarse con su pasado, tendrá que soportar el desmoronamiento de esa ilusión al tropezar con la sorprendente realidad: aquella ciudad, aquel pueblo suyo tan querido, tan recordado y guardado celosamente en su memoria con tanta exactitud, ahora es, casi desconocido para él. Nuevas calles, grandes casas, edificaciones desconocidas, campos deportivos; quizás hasta aquellos rincones que parecían tan suyos, hayan desaparecido para dar paso al progreso y a la modernidad. Y aún peor, la mayoría de sus amigos, ya no están, y aquellos que quedan, poco lo recuerdan, porque el tiempo no pasa en vano, son muchos los años transcurridos, el progreso se ha hecho sentir, han cambiado las costumbres, la actitud ante la vida también. Cada quien ha evolucionado de acuerdo a las circunstancias, a sus necesidades, a sus ambiciones y su capacidad intelectual. Así que, su único consuelo será aferrarse a aquellas cosas de la naturaleza que, por imposible, no han logrado transformar: aquella montaña de forma tan peculiar que a fuerza de mirarla le era tan familiar; el volcán donde hurgaba para descubrir el color de sus piedras y embriagarse con el olor del poleo y el tomillo; el mar radiante, a veces manto de lentejuelas deslumbrantes, espumoso y golpeador otras; la magia de su cielo, la grandeza de los astros; son cosas, a las que tendrá que aferrarse para llenar el vacío de esas otras que ya no encontrará.
Yo no sé si los canarios que hasta ahora han gozado de bonanza económica, de becas y pensiones, sin haber conocido la escasez de tiempos pasados, no tan lejanos, puedan entender el sentir de estos otros canarios, que un día, tuvieron que dejar su tierra, sus costumbres y su familia, adentrándose en el océano, en embarcaciones paupérrimas, pasando las necesidades que ya todos conocemos por referencia, exponiéndose hasta el naufragio, para ir a un país desconocido, llevando como única herramienta de supervivencia, sus brazos y su voluntad de trabajo, sólo con el fin de brindar a los suyos que atrás dejaban -con gran dolor- una mejor forma de vida.
También me pregunto ¿cuántos canarios recuerdan aquellos años no tan lejanos, cuando el gran progreso de las islas y del bienestar de la mayoría de las gentes que allí vivían, dependía de los aportes que enviaban estos canarios -ahora ancianos- desde el exterior? ¿Cuántos podrán entender no sólo su sacrificio y abnegación, sino también su pena por la lejanía y la nostalgia. Esa nostalgia crecida de tiempo y de cansancio que sutilmente los va volviendo sufridores y melancólicos? ¿Entenderán ellos la necesidad y el derecho que tienen estos canarios ya mayores, de ser acogidos y aceptados con el cariño y respeto que se merecen, si acaso tuvieran la suerte de volver para reencontrarse con el lugar tan querido de sus recuerdos, con la esencia de su ser, con sus raíces?
Mary Nieves Hernández
Caracas, Venezuela
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Algarrobo
Cuando uno se va por mucho tiempo de su terruño, llega un momento en que es forastero en ambos lugares. Es triste y es verdad.
Cada cual tiene derecho a regresar a su tierra cuando le apetezca. ¡Ni se objeta, ni se discute!.
Cada cual tiene en su interior lo bueno y lo no tan bueno que ha hecho, ¡tampoco se juzga esto!
Cada cual debe juzgar en su interior, honestamente, de lo que precisa y no precisa de los demás. Recibir cariño y afecto siempre será preciso y nunca te lo darán mediante un debe o haber contable.
He visto retornados buscando el afecto familiar y de allegados, simplemente eso, nada más. Para estos, mi afecto, mi reconocimento y mi ayuda, si es precisa.
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Atilaelhunico
Amigo Don Pedro Luis
cuando me quede un tiempito
me voy a poner a escribir
de lo humano y lo divino
que me ha tocado vivir
no sé si algún editor osado
se atreverá a publicarlo
pues al leer mis memorias
de culos se caerá el carajo
ya que de cuentos osados
lleno estará el relato
pero sí auguro una cosa
cuando lea la impresión
que me ha ocasionado usted
el editor mencionado
ninguna duda tendrá
en publicar el relato
que tímidamente asomé
es que entre risas y llantos
se originan tantas cosas
quebrantos y peripecias
lamentos y desencantos
brisas nuevas vientos cálidos
que obligan a corregir
esos errores de antaño.
Caramba Don Pedro Luis, es usted una persona digna de admiración!
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PedroLuis
Ya ha sido comentado en este medio. Aún así, para los interesados en el tema, me atrevo a recomendar "La Bodega" del amigo José Juan Pérez Pérez. Una novela que es casi historia, escrita con gran sensibilidad y buen gusto.
¡Ay el terruño!
suspiros, que son amores
clamores, que son dolores
penurias, desiluciones
recuerdos, conversaciones
ignorancia, son rencores
olvidar, son mil perdones…
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Atilaelhunico
En el último párrafo donde dice suspiraban, quise decir "CLAMABAN".
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Atilaelhunico
Bueno… han habido emigrantes de emigrantes. Los hubo de esos que podríamos llamar cabezas huecas, a quienes los vaporones tropicales les llenaron los sentidos, haciéndoles olvidar con mucha facilidad las penurias pasadas en las islas, además de esposa e hijos, teniendo mucho que ver en esto las cimbreantes caderas mulatas y el sabor del ron, como también se dio el caso de aquéllos donde lo primero que ganaron, y bien ganado con el sudor de su frente, fue para hacer posible el reencuentro con la familia.
En este último caso se encontró mi padre. Que Diosito lo tenga junto a Él. Luego de once meses bregando como los buenos, privándose de tomarse una pepsi cola, sacando las cuentas de cuánto era un medio en pesetas, que es lo que costaba el refresco, muy apetecible por cierto después de estar paleando granzón por todo un día en el saque de El Morro, para tapar los baches y hacer nuevas vías en la hacienda que lo acogió, logró reunir el costo del pasaje de mamá y el mío, que me había dejado recién nacido practicamente.
Estaban también los que sus mujeres vinieron a "recuperar", y luego de muchos ruegos y súplicas lo lograron, y después de una vida llena de más momentos agrios que dulces, retornaron a la amada isla. De este estilo tengo algún que otro familiar, que luego de llegar al terruño, sólo suspiraban por volver, y en sus momentos finales suspiraban por la patria chica.
De todo hay en la viña del Señor…
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PedroLuis
Todos sabemos que "hay de todo", pero con el emigrante en general y con el canario en particular, conviene ser generosos. Por lo vivido y por lo que puede tocar de nuevo vivir…
Qué duro, el sentirse incomprendido
Qué cruel, el saberse malquerido
Qué ignorancia, no aprender de lo vivido
Qué pena, convertirse en mal nacido
Por ser injusto y no abrazar al emigrante.
Abrazos, amigos.
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Marynieves
PD.
rehaciendo.
conocedor.
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Marynieves
Gracias a todos por vuestros comentarios. Por los positivos y los negativos también.
En Canarias, el tema de la emigración está a flor de piel. No puede ser menos, pues ha sido -y por lo visto, seguirá siéndolo- un pueblo de emigrantes.
Para los que dicen que no creen en la nostalgia "porque allá se estaba muy bien y aquí muy mal". Sr. FrodoBorbon ¿Le ha tocado a Ud. alguna vez vivir lejos de su madre? ¿Ha dejado de quererla y añorarla por eso? Supongo que no. Pues el que no quiere a su tierra, tampoco quiere a su madre.
Algarrobo, entre los emigrantes, como en todos los seres humanos, existe diversidad de comportamientos, es lo normal; pero sí hay algo común que los arropa: el dolor de la separación, la soledad, la lejanía… y aunque poco a poco va reaciendo su vida, nunca vuelve a ser enteramente ni de aquí ni de allá. Aquí, sigue siendo extranjero, y allá, ¿qué sigue siendo alla? Dígamelo Ud. Sr. algarrobo.
Pedro Luis, tu siempre tan comprensivo, tan conoceder de las sutilezas del alma, tan generoso en tus apreciaciones, en tu estímulo, y ese don de gentes que te caracteriza. Gracias.
Tienes razón andresfrancisco, ¡cuánta tristeza y dolor por algunos comentarios de esos compatriotas y vecinos nuestros…! ¡Cómo han cambiado los valores de nuestro pueblo canario! Dónde está aquella gente "nuestra", acogedora, cariñosa, dadivosa, que hacía sentir bien a todo forastero que por ahí llegaba?
Tus comentarios, andresfrancisco, me han arrancado las lágrimas, pero no olvides que la vida suele cobrarnos nuestra soberbia. Ahora, las cosas por ahí, no parecen ir tan bien. Quién sabe si esos mismos que tanto despecian al emigrante, tengan que conocer en carne propia, los sinsabores de la emigración. La vida nos da sorpresas.
"En este ir y venir de los recuerdos
en esta querencia de lejanía
que no quiebra
entre dos orillas
el alma hace vaivén
rompiendo olas
¡Oh corazón, si tu pudieras
palpitar en dos mitades!
entregaría cada parte como entera
para oir tus latidos por igual
en cada una de mis patrias".
Del libro VOCES
de Marynieves.
Un abrazo a todos.
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andresfrancisco
amigo PEDROLUIS, encantado con tus formas de agradecer los buenos comentarios, son de una exquicitez que es para mi muy placentero leerlos, saludos y adelante, este tema de la emigracion es mi debilidad,.
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andresfrancisco
cuanta tristeza y dolor ajeno de algunos comentarios, parece ser que la fraternidad canaria se a perdido, aqui no vale sino el materialisma puro y duro, sin importar el amor y las circunstancias que la vida de ese emigrante lo a empujado hacer, muchas veces contra su voluntad, es doloroso para los demas canarios concientes de esta y otras realidades mucho mas duras y crueles, que solo expresan desprecio por un ser humano, no importa que sea canario, al parecer eso es lo de menos que se aprecia en estos dolorosos comentarios, ¿que se vaya para donde a venido,? estas palabras expresadas por un canario contra otro canario que vivio en unas epocas donde no habia ni agua para tomar, es muy doloroso y me da mucha pena, y decir que son expresadas publicamente por un ser humano nacido en la misma tierra, creo que los sentimientos se han perdido y cuando un ciudadano pierde esa virtud, ya no es un ser humano, solamente es ¿UN MONTON DE CARNE Y HUESOS CON DOS OJOS QUE CAMINA,? siempre he dicho y lo dire, para saber y hablar con propiedad del emigrante canario, HAY QUE HABER SIDO O SER EMIGRANTE, y si no, lo recomendable es no opinar sobre este escabroso y penoso tema. a ese emigrante canario que le llaman retornado, nadie pero nadie, solo el cargara con su dolor por distintas y varias circunstancia que le empujo a ser un despreciable retornado por sus propios paisanos, nacidos en la misma tierra y quizas en el mismo pueblo, donde sus padres y abuelos jugaron juntos, cuando la fraternidad y las familias eran eso, FAMILIAS. saludos.
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