Las Huelgas Generales ya no hacen pupa a los verdaderos responsables de nuestros males de hoy, en este nuevo capitalismo financiero, se la hacen a los partidos políticos que intermedian entre ellos y nosotros con sus legislaciones. Se hace necesario encontrar nuevas vías de protesta, que alcancen a los patronos de la financiación directamente, y no está fácil. Los sindicatos inciden donde pueden, allí donde tradicionalmente se encuentran los trabajadores más concienciados en la cadena productiva de la economía real, el sector industrial, pero la rentabilidad que los financieros encuentran en las industrias ya ni siquiera parece depender solo de la producción, y menos de la producción de un solo día. El negocio lo hacen de otro modo. Los financieros, en su actividad, han conseguido desactivar todo tipo de protesta que pudiera afectar a su negocio. Solo les podemos hacer pupa, defendernos de sus abusos, a través de la legislación, regulándolos y limitando sus intereses allí donde acaban colisionando con los del conjunto de la sociedad. En este sentido, es llamativa la postura de muchos pequeños empresarios y de muchas personas que no hacen huelga y hasta se oponen activamente por razones ideológicas, porque, en realidad, se encuentran en el mismo barco que el resto de los trabajadores, y hasta sufriendo más y más directamente los desmanes financieros; se encuentran en la economía real que se ve castigada por la especulación y el endeudamiento abusivo, pero no protestan; y si lo hicieran, sin duda, conseguiríamos que el Gobierno regulara lo financiero, impusiera impuestos a su especulación, y un larguísimo etc. El beneficio social de la protesta, en este sentido, depende mucho de los votantes del PP. Si quienes hacen huelga, según ellos, hacen el ridículo por la ineficacia de estas hoy en día, ellos hacen el ridículo porque ni siquiera se dan cuenta de que con su postura, además de padecer los desmanes financieros, no contribuyen en absoluto para que el Gobierno legisle en el sentido de defendernos a todos de sus prácticas. Hay que recordarles que nuestra ruina es el gran negocio de otros. El dinero está ahí, existe, ha sido amasado por unos pocos y ahora permanece evadido y/o invierte en la economía real de otros lados. Nos han endeudado por encima de nuestras posibilidades y ahora pretenden que paguemos y no invierten en nuestra economía real. La confrontación en las calles está muy lejos de afectar a quienes producen nuestros males con sus negocios, pero la obediencia no es la solución de nada y, al contrario, retrasa que el Gobierno tome medidas que nos defiendan. Es una pena, pero la Huelga General no será apenas efectiva si no moviliza a los votantes del PP. El PP no los va a liderar en este sentido. La patronal de los empresarios no los va a liderar en este sentido (los lidera en el sentido de poder despedir). Tal vez, para romper este absurdo, debería salir un grupo de poder nuevo que los lidere en la verdadera defensa de sus intereses, contra la deuda abusiva y los desmanes especulativos de lo financiero.
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jacoma
Ni mas ni menos, esto es lo que nos esta sucediendo hoy dia.
Siempre hemos oido decir " EL MIEDO ES LIBRE " pero es que ademas es muchisimo peor por las amenazas constantes de la renovación al sustento de las familias.
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PedroLuis
Interesante e inteligente visión.
El asunto se me escapa. Confieso estar confuso, pero aún acierto a ver algo de luz donde la haya. La veo en este artículo y la veo en el comentario de "Pintao"… pero dudo que su intensidad sea suficiente para iluminar al Gobierno. Tal vez porque no quiera o, lo que es peor, quiera pero no le dejan mirar. Mientras tanto, cada vez más oscuros.
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Pintao
Se pensaba no hace tanto que en el sistema capitalista, la especulación tiraba del crecimiento. Si las perpectivas de "ganar"eran grandes, la voluntad individual para aguzar el ingenio y crecer, haría que al final habría riqueza para todos. Ya nos ocuparíamos de que hubiera un justo reparto.
Pero eso se ha demostrado ser falso, o mejor, si no hay moderación al final habrá desastre para todos.
Cuanto sabían ya los clásicos griegos hace ya más de dos mil años: En la moderación está la virtud.
La teoría marxista parecía establecer un sitema justo para todos, pero se demostró con la praxis que el ser humano no es tan generoso ni tan evángélico, y la ambición personal hace que al final los que acumulan poder se aprovechen de los demás. Y al final nadie quiere dar golpe.
El liberalismo sin freno, nos llevará a lo que tanto ha existido en la historia hasta la fecha. Cuatro que acumulan todo y noventa y seis que piden limosna. Ese camino llevamos si continuamos desmantelando el tejido social.
He tenido la suerte de disfrtar durante varias décadas del "sistema socialdemócrata europeo" que hizo que viviera dignamente la sociedad al completo. Se tarabajaba duro, pero cada uno recibía según su esfuerzo.
Vinieron las nuevas teorías neoliberales. Grandes fortunas hechas de la especulación financiera y han contaminado a muchos dirigentes plíticos que en el colmo del cinismo señalan y prometen la luna a la sociedad, pero gran parte de ésta, lejos de ver la luna´, están comenzando a verles solo la punta del dedo, y más allá las tinieblas.
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