Conocí el "Callejón de la Gata" cuando era un niño del barrio de Tajuya; era un bello malpaís a caballo entre los términos municipales de Los Llanos y de El Paso, lugar conocido también por los habitantes del lugar como "Llano de los Cordobeses" dedicado entonces a viñedos, higueras, pastizales y "bodeguitas", etc. Pero todos los que pudimos contemplar y apreciar desde la "casa quemada" o desde la actual iglesia de Tajuya un paisaje rural lleno de encanto, vimos también cómo el Ayuntamiento de Los Llanos decidió hace más de veinte años elegir dicho lugar para crear un polígono industrial ya rodeado de viviendas centenarias, huertos familiares, pequeños establos para ganado, etc. El movimiento de tierras que se produjo transformó radicalmente el paisaje; un lugar idílico digno de la mejor tarjeta postal se convirtió en una infraestructura urbana con calles, aceras, puntos de luz, etc. Un suelo rústico desapareció y apareció un suelo industrial en el que se incrementó de forma considerable el precio del metro cuadrado de suelo. Algunos personajes muy relevantes en el mundo de la política pudieron obtener así pingües beneficios en el "Llano de los Cordobeses".
Hemos observado cómo pasaba el tiempo, y solamente se instalaba una cementera y una bloquera en un extremo del Polígono. Llegó el "boom" de la construcción, y el tráfico de camiones aumentó considerablemente; se demandaba mucho cemento y muchos bloques, era la fiebre del ladrillo que dio lugar a un crecimiento económico de falsos cimientos, y que hoy estamos pagando muy caro.
También contemplamos cómo aparecían montañas artificiales de arena; las machacadoras de áridos funcionaban a pleno rendimiento, parte del malpaís quedaba engullido y triturado por las "máquinas del progreso". Posteriormente se ubicó un "punto limpio" para recogida selectiva de basuras, pero pronto se convirtió en "punto sucio", por la mala gestión del mismo y porque en su entorno se depositan y se queman desechos de todo tipo. Llegó Toyota y construyó un mamotreto de cemento que está completamente vacío. Llegó el Cabildo y construyó dos naves que también se encuentran vacías…
En los últimos años hemos visto cómo se ha puesto "la guinda" en el P.I. Por lo visto también hacían falta dos plantas de asfalto para construir la "autopista" entre S.C.de La Palma y Los Llanos, el puente de Las Angustias, la "autovía" Los Sauces- Barlovento, la modificación de la carretera del sur con carril-bici incluido, la circunvalación de Tazacorte, etc. Se pretendía poner en marcha un vasto plan de obras públicas con participación de empresas privadas vinculadas a políticos muy conocidos; la trama político-empresarial se frotaba las manos, porque desde el antiguo Llano de los Cordobeses, hoy "Callejón de la Gata", tenía que salir cemento, ladrillo y asfalto para poner en marcha una operación encaminada a destruir territorio y paisaje para que los socios de la trama pudieran hacer el gran negocio inmobiliario con campos de golf, urbanizaciones, hoteles de cinco estrellas, etc.
De momento, y después de veinte años desde la creación del Polígono, nos encontramos con dos plantas de asfalto sin funcionar, una cementera y una bloquera, dos machacadoras de áridos, un "punto sucio", y un paisaje destruido en el que ni siquiera se ha minimizado el impacto ambiental al carecer de pantalla vegetal.
¿Cuánta riqueza se ha creado? ¿Cuántos puestos de trabajo? ¿Cuántas empresas se van a instalar en el Polígono ante este panorama? No cabe duda que éste era el lugar destinado a industrias pesadas, pero una sentencia judicial reciente les da la razón a los vecinos que se oponen a las plantas de asfalto, porque no se pueden ubicar a menos de 2 kms de núcleos de población, y el PGO de Los Llanos también las excluye.
Ahora ha llegado la hora del PIOLP, porque se ha de buscar el lugar adecuado para instalar industrias pesadas lejos de núcleos de población. La Plataforma contra la instalación de plantas de asfalto en el Valle de Aridane les ha dado una lección a los políticos y técnicos que nunca han diseñado la planificación económica que necesita la isla, y que ahora tienen la obligación de actuar con el fin de evitar que una vez más un movimiento ciudadano o un tribunal de justicia les indiquen cuál es el camino a seguir.
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EstoEstalla
Que triste, …visión de futuro basado en el cemento, bloque y asfalto. Cómo hemos dejado que esta trama político-empresarial prosperase para dar el pelotazo y dejar una isla sin futuro a una o dos generaciones.
Mira uno a islas como Gomera, Hierro,… Sin estas cicatrices en el alma de la población y en el paisaje de la isla,… Y parece que lo tienen menos difícil…en el futuro
Espero que tarde o temprano, en esta vida o la otra, que los culpables de esta ignominia… lo paguen …
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macp22
Don Vicente, un grandísimo profesor pero aún más si cabe como persona.
Tras esta dura batalla que se ha prolongado durante tanto, podemos decir que ha ganado esta batalla. Pero no la guerra, mientras haya ese "despotismo ilustrado" tan arraigado en esta isla, no podremos decansar.
Sino seguir luchando,lo que usted entre otros ha conseguido. No tengo la menor duda de que podrá suponer un precedente para solucionar o por lo menos, denunciar otros desastres ecológicos y abusos que se cometen en esta isla.
Acabemos con este conformismo que poseemos, tenemos que luchar por nuestros derechos y por nuestras tierras que como esta misma noche dijo Luis Miguel Domínguez Mencía en Cuarto Milenio " la Tierra no la has heredado de tus ancestros,sino que la has tomado prestada de tus hijos"
Defendamos esta isla y sus bienes, que al fin y al cabo son los que nos dan de comer.
Por último felicitarle por semejante logro, que tanto ha costado pero al final se ha resuelto de forma justa.
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reymala
Ciudadanos comprometidos como Vicente son los que hacen crecer la sociedad civil palmera, con triunfos como la sentencia sobre las plantas de asfalta. Y le agradecemos sus conocimientos que hacen que la memoria colectiva no se pierda. ¡Gracias Vicente!
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PedroLuis
Estimado don Vicente: Una mirada bucólica al pasado malpaís rural. Un nombre sonoro en la política palmera. Un polígono industrial con pocas industrias. Un futuro incierto. Una crítica cierta y dolida por los recuerdos. Un llanto de los sentimientos.
Así se va escribiendo la historia, a retazos hilvanados con cordura, a veces, y sin fortuna otras.
Cordiales saludos.
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