Francisco Pulido. Archivo.
Todas las escuelas públicas tienen problemas. De hecho, el que existan los conflictos no es negativo en sí mismo, dado que la controversia está cuando no existe un discurso y unos principios que permitan valorar la calidad o no de una escuela. Y para ello es necesario que la escuela cuente con un buen gobierno que garantice, entre otras, las cualidades de transparencia y visibilidad, el que pueda ser evaluada democráticamente y que sea una cuestión que esté presente en las preocupaciones de la gente. Pues bien, en el CEO Juan XXIII de Tazacorte estos principios se hayan notablemente ausentes.
La educación pública debe ser transparente, lo que exige que no sólo se muestre los logros y lo que se enseña, sino también denunciar las carencias que tiene. Es decir, es necesario abrir la enseñanza a la visión pública. Tampoco una escuela pública puede ser secuestrada por el oportunismo político. Y además, la escuela pública debe ser evaluada, para lo que se debe permitir que todos los implicados en la escuela puedan dar y recibir información de la misma. Con las premisas anteriormente expuestas quiero plantear una reflexión a partir de mi experiencia docente en el CEO Juan XXIII.
Tengo una experiencia de casi treinta años, y, sin embargo, este curso pasado he vivido mis peores experiencias como docente. Porque creo en la escuela pública, y en el hecho de que la mejora de una escuela pasa por algunos principios, como los ya comentados, de transparencia, evaluación democrática e implicación de la comunidad, considero necesario hacer visible mi experiencia personal a lo largo del curso pasado, que me permite confirmar, entre otras cuestiones, que el clima escolar, fundamentalmente en la etapa educativa de la ESO, en el CEO Juan XXIII constituye un obstáculo importante para el desarrollo óptimo de los procesos de enseñanza y aprendizaje.
Desde hace tiempo, el CEO Juan XXIII, que imparte toda la etapa obligatoria, desde infantil, primaria y secundaria, tiene una imagen pública negativa. El centro en sí mismo es objeto de controversia política entre el grupo de gobierno PSOE-PP y UB (Unión Bagañete), con continuos reproches sobre el estado físico del mismo. La evidencia es que el deterioro es manifiesto en muchas partes de un centro, cuyos módulos más antiguos tienen más de 70 años. Esa imagen negativa, no sólo en lo físico, también lo saben una gran parte de docentes de La Palma (fundamentalmente, de Secundaria), siendo el último destino en el que querrían estar. Para colmo, es un centro que ha ido perdiendo alumnado, no sólo por el descenso de población del municipio, sino porque hay un número importante de padres que matriculan a sus hijos en otros centros, principalmente de Los Llanos de Aridane.
Una de las peores experiencias que he vivido ha sido un incidente que considero muy grave. Tuvo lugar en el primer trimestre cuando una alumna de mi tutoría se intentó suicidar en su casa bebiendo un raticida que le obligó a permanecer tres días en la UCI. Un hecho de tal gravedad que se ha ocultado de cara a la opinión pública y que no se puede desligar de los asuntos del centro. La madre denunció acoso escolar contra su hija como la principal causa, pero desde los servicios que intervinieron en el centro argumentan problemas familiares. La realidad es que la propia alumna pidió ser trasladada a otro centro, donde pudo continuar sus estudios.
Me he encontrado con el peor clima escolar que haya podido tener en un centro. La mejora del clima escolar pasa por crear un ambiente seguro, relajado, no amenazador, productivo y motivador. Pues bien, en este curso pasado en el CEO Juan XXIII he vivido todo lo contrario, sufriendo las peores vejaciones, humillaciones y provocaciones por parte de alumnos del Centro que he tenido a lo largo de mi carrera. Es cierto que en muchos centros de Secundaria se viven diariamente problemas de convivencia, pero con la frecuencia tan alta que he padecido en el CEO Juan XXIII jamás había tenido. Quiero ser autocrítico y, no dudo en afirmar que personalmente he cometido muchos errores, que también me han dificultado una intervención más positiva para la mejora del clima de aula. Aunque, sin duda, lo que ya no he podido manejar es el clima de centro.
No pretendo enumerar todas las situaciones que constituyen actos contrarios a la convivencia en el Centro, como también es obvio que todo el profesorado las ha vivido de modo diferente. La convivencia y el aprendizaje deben ir juntos. En mi caso, las situaciones que han afectado a la convivencia escolar se han multiplicado porque, desgraciadamente no he contado con el apoyo explícito de la directiva del centro. Al contrario, mis sensaciones son de una continua indefensión. Probablemente, desde la directiva se argumentará que no he sabido gestionar los conflictos del aula.
Puedo afirmar, sin dudarlo, que la buena gobernanza en el CEO Juan XXIII ha brillado por su ausencia. Una escuela pública no puede ser secuestrada por prácticas corporativas excluyentes. Además de los problemas de convivencia, lo que para mí ya ha herido mi autoestima ha sido el desprecio y la ignorancia por parte de la Dirección, que no ha tenido el mayor decoro en solicitar que la Inspección educativa me "investigara", por primera vez en mi vida profesional, siendo el único profesor del centro al que le han fiscalizando sus clases y lo han "interrogado". Aún no me han dado razones motivadas para que fuese "investigado", ni siquiera en el último claustro del curso.
Las evidencias son que los problemas de convivencia en el CEO Juan XXIII no son nuevos. Se podrían relatar innumerables situaciones, incluso han llegado a haber intervenciones de la guardia civil. También fue muy comentado en su momento la agresión de un padre a un profesor en el que el éste pierde un juicio, entre otras razones, por los falsos testimonios de algunos padres. Además, los problemas del centro tienen una estrecha conexión con el comportamiento de algunos padres hacia el centro. Hasta el propio director me dijo un día en su despacho, "si tú eres un profesor de Tazacorte, los padres te permiten todo, pero si eres de fuera, te machacan".
Este curso pasado he tenido la sensación de convertirme en un "chivo expiatorio" de algunos conflictos en el centro. Pero la realidad es que nadie puede acusarme de que las barreras que existen en el CEO Juan XXIII para la enseñanza y el aprendizaje las he puesto yo, ni que con mi presencia en el centro este curso los problemas crecieran. Los hechos son que las condiciones objetivas para el trabajo docente en el CEO, en la etapa de Secundaria, son muy duras, y donde las estrategias pedagógicas para lograr un ambiente productivo no logran penetrar.
Por todo ello, no dudo en calificar que el CEO Juan XXIII como un centro mal gobernado. Si además, no se garantizan los procesos de transparencia y visibilidad de lo que pasa dentro del centro, las condiciones empeoran. Las autoridades educativas deben implicarse y desarrollar una evaluación democrática y plural del centro. Incluso, habría que valorar si los más adecuado para el centro es que la ESO se dejara de impartir en el Colegio, ya que es la etapa donde se concentran la gran mayoría de obstáculos. Quizás, si el centro sólo se quedara con las enseñanzas de infantil y primaria, se lograrían una mejora del mismo.
Francisco Rodríguez Pulido, Licenciado en Químicas y en Ciencias de la Educación, impartió clases de Física y Química el curso pasado en el centro.
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PedroLuis
Cuando el río (en este caso, mejor barranco) suena, agua lleva.
Evidente, no podemos pronunciarnos sin conocer la realidad. Sí tenemos la versión de don Francisco, que apunta aspectos graves y que deben ser valorados por quien corresponda.
La degradación institucional, personal y colectiva, de muchos centros educativos es manifiesta. Y es una pena.
Vivimos tiempos de desidia, de "sálvese quien pueda"… y eso nunca acarrea nada bueno.
El clima en muchos centros de primaria y secundaria, por lo que me cuentan algunos compañeros, es en muchas ocasiones "insoportable", por la falta de respeto de los alumnos; las pretensiones de muchos padres; la irresponsabilidad de algunos profesores; la falta de respaldo por parte de la dirección de los Centros o de la Consejería; etc.
Eso lleva a la depresión a muchos profesores responsables; otros lo resuelven “pasando de todo”, lo cual es realmente pernicioso; y pocos son los que consiguen manejar la situación con habilidad y eficiencia educativa… EN TODAS ESAS ACTITUDES Y APTITUDES HAY QUE BUSCAR LAS CAUSAS DEL FRACASO ESCOLAR O FRACASO DE LA EDUCACIÓN.
Recuperar la senda de la responsabilidad, del respeto y de la seriedad es el reto y deber de todos los colectivos implicados. Y no es fácil la cosa, cuando el “sistema” ha alcanzado los niveles de degradación actual.
No ocurre solo en la educación.
Cuando se pierden las formas, el saber estar, se confunde libertad con el “vale todo”, se justifica el “yo malo, pero tú peor”… Ocurre lo que aquí describe este profesor, que podrá tener toda, parte o muy poca razón…, pero eso no elimina el problema que desde luego existir existe. Ignorarlo lo acrecienta.
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FrodoBorbon
Son varias las cuestiones de dan lugar a este enorme problema.
Parte del problema son unos padres que, cuando estudiaban, fueron discípulos de profesores más dignos de un cuartel del ejército que de un centro escolar. El abandono escolar de muchas personas hace que, en el presente, atacan al profesorado en nombre de la bondad e inocencia de sus hijos. La frase típica es: "A mi hijo no le van a hacer lo que me hicieron a mí". Y si el profesor suspende al hijo, van a amenazarle. Ese es un grandísimo problema.
Otro gran problema es LA MISERIA.
Mencey:
¿que todos los colegios son iguales?
¿Son todas las ciudades y pueblos iguales?
Yo creo que no. Y en Tazacorte hay miseria actualmente. Hace 20 años no había tanta, ¿o estoy equivocado?
No es fácil se maestro/profesor hoy en día.
¿autoridad?
¡¡Pero si son los padres los que les han quitado autoridad a los maestros!!
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LasCabezadas
Desconozco este tema, se que todos los centros no son iguales pero la educacion si es igual en todos los sitios, espero que investiguen este caso y se le de la razon a quien la tenga, y muy importante ,la politica no liga con los centros educativos. De todas formas soy palmero y conozco bien la isla, el pueblo de Tazacorte tiene algo muy especial, no me salen las palabras para explicarlo, pero desde mi epoca de joven que me movia por toda la isla ,note ese algo especial de ese pueblo.
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Yonatan
Hay señor, en lo que se ha convertido este centro escolar y seguramente irá a peor, porque incluso la gente joven en la calle le falta el respeto a los mayores, esto hace 25 años faltarle el respeto a una persona mayor te llevabas la reprimenda correspondiente, pero ahora parece que esta permitido el insulto libre e incluso de tratar de "tú" a alguien que es mayor que dicha persona, cosa que me revuelve el estómago, llamarme antiguo o todo lo que queráis, pero a una persona mayor aunque la conozcas si le tienes el mínimo de respeto hay que tratarla de usted, guste o no.
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laquefaltaba
Tiene usted mucha razón don Francisco felicidades por hacer publico un secreto a voces…….ya que a mi me ha tocado mas de una vez tener que aguantar las impertinencias del director y de alguna profesora que por ser de las mas antiguas en el colegio se creen con el mayor de los derechos.
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MohamedElGaznate
yo fui alumno de ese centro, hace 15 años allí, todo el mundo se respetaba alumnos e al profesorado al igual que viceversa. y jamas vi a un profesor levantarle la mano al alumno y los padres no protestaban tanto e incluso en las reuniones de padres con profesores iban todos a ellas.
ahora a los padres les suda las partes nobles de ir a reuniones y de interesarse por como avanza su hijo/a, si suspende es culpa del profesorado.
una vez vi una estampa bastante curiosa un alumno llamar hija de, a una profesora, cuando eso jamas se ha permitido y menos en un centro, tengo claro que si llego a tener hijos muy a mi pesar no seran matriculados en tazacorte.
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Mencey
Yo creo que el CEO Juan XXIII es un Centro como otro cualquiera. Los chicos son iguales en todos sitios, aunque reconozco que, tal vez, en Tazacorte en algún curso coincidan algunos alumnos con conductas disruptivas.
Nunca he oído coincidir tantos "males" en una misma persona, así que me da que Francisco Pulido es un profe incapaz de "controlar" la clase. Mejor que se dedique al cultivo de la platanera ecológica y deje la enseñanza para personas con más carácter que él. Lo que es cierto es que, cada vez más, hay que saber imponerse en la clase y al mismo tiempo saber motivar a los alumnos… y está demostrado que Francisco Pulido es incapaz de ello.
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Beneda
¡Hay que ser valiente para hacer una denuncia! Los equipos directivos de los centros y la inspección educativa forman "una camarilla" cuyo objetivo es obligar al profesorado a "hacerle la pelota" para alimentar su vanidad. Todas las personas que disientan son excluidas. Los directores están en sus despachos como si fueran directores de prisiones de una película antigua. Su trabajo lo realizan por intuición, sin ningún conocimiento específico. Cuando asisten a algún cursillo lo interpretan a su manera. Leen poco y escuchan poco, valga la redundancia.
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GALVA
Pues yo estudie alli…
Y eso se da a nivel nacional…
En mi epoca el nivel de profesorado era bueno,eso si,habia mas "educacion y respeto"…
Acoso escolar??? Mmmmm;menos los repetidores,todo el mundo lo experimentaron en menor o mayor grado;la solucion,en caso leve,era cobijarte bajo "la sombra" de algun repetidor,y me llevaba con unos cuantos…
En epoca de COCAUB se "intervino" hasta el Consejo Escolar…
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Alforja
Animo Francisco. El problema de la educación es la educación en si misma, la perdida del respeto al mayor, al docente, tanto de padres como de alumnos, como de compañeros de trabajo y mientras no se soluciones este problema ya pueden hace todas las reformas educativas que quieran. El fallo no esta en si religión si, religión no; ciudadanía si ciudadanía no, el problema es el respeto y la educación.
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