Hallan en La Palma una palomilla que puede acabar con los tabaibales de la Isla

Científicos han descubierto en la isla de La Palma la presencia por primera vez en Canarias de la Denticera divisella, una palomilla que se registra por primera vez en Canarias y que puede representar una “amenaza” para los ecosistemas canarios y, en especial, con los tabaibales. En concreto, ponen el acento en la afección sobre la higuerilla o tabaiba amarga (Euphorbia lamarckii Sweet), que constituye la principal fuente de alimento de “la muy amenazada” Acrostira euphorbiae o Saltamonte de El Remo, aunque contemplan la posibilidad que ataquen a los tabaibales en general de las Islas.

Así lo han dado a conocer Rafael García Becerra y Javier García en un artículo publicado en el número XXIX de la Revista de la Academia Canaria de la Ciencia, en el que advierten a “las autoridades, administraciones y comunidad científica” de la presencia de Denticera divisella y “su más que probable competitividad con el saltamontes de El Remo y la amenaza que puede suponer para las Euphorbia dendroides del archipiélago”.

El hallazgo se produjo durante el desarrollo de un proyecto de investigación subvencionado por la Fundación CajaCanarias y la Mohamed bin Zayed Conservation Fund, por el que se hicieron una serie de muestreos de seguimiento del hábitat y la población del saltamontes de El Remo, especie endémica de La Palma, catalogada como “En Peligro de Extinción”. Durante dicho estudio, relatan los autores de la publicación, que se realizó en la zona de Tamanca, “se observó por primera vez en el archipiélago canario la presencia de orugas de un pirálido que, una vez cultivadas en evolucionarios hasta alcanzar la fase adulta, han resultado ser Denticera divisella.

Se trata de una especie que en el continente europeo vive en zonas litorales de baja y media altitud entre los meses de mayo a octubre. “Por los datos que disponemos se distribuye de forma natural por el sur de Europa, África y Asia Menor, estando confirmada su presencia en países como España, Francia, Italia, Croacia, Bosnia y Herzegovina, Grecia, Bulgaria, Ucrania e Irán”.

Subrayan además que “esta palomilla está contemplada como plaga en algunos países ajenos a su área natural de distribución, ya que devora hojas y flores y perfora los tallos provocando la destrucción del ápice de sus plantas huésped, siempre pertenecientes a la familia Euphorbiaceae”. “Su voracidad es tal que en varios países se ha utilizado este lepidóptero como agente para controlar poblaciones de euforbiáceas invasoras”, añaden.

“Aparte de su posible capacidad para interferir en las fuentes de alimento tanto de Acrostira euphorbiae como de otros saltamontes endémicos canarios de la familia Pamphagidae, cabe el peligro de que afectara tanto a los tabaibales canarios en general, de gran importancia ecológica y paisajística, como a determinadas tabaibas endémicas de otras islas del archipiélago, algunas seriamente amenazadas”.