Pleno de mociones pero sin soluciones para resolver los problemas que tiene la Isla

Que esperen sentados los palmeros, pensando que los políticos locales les van a resolver los problemas y menos lo que atañe al futuro donde se limitan a perseguir nubes en el cielo sin ninguna base razonable de viabilidad.

Los políticos no serán capaces de romper el statu quo actual, montado en Canarias para ir tirando mientras hubo crecimiento turístico y por lo tanto mientras hubo la construcción.

Sigan agarrándose a lo que hay mientras de ello puedan vivir los políticos, y no cambien con valentía las leyes oportunas para que potenciales como la agricultura y ganadería de medianías se mantenga inoperante mientras una minoría privilegiada y muy poderosa se dedica a ganar dinero importando el 90 % de lo que comemos protegidos y bien servidos con las subvenciones y la normativa del REA.

Un inmenso mercado cautivo de dos millones docientos mil canarios, más once millones y medio de turistas anuales, consumen mucho para alimentarse, y nosotros importamos el 90% mientras nos acercamos a los 400.000 parados, con el 35 % de la población activa mano sobre mano.

Es triste, pero de esto se dan cuenta muchos palmeros, pues no se necesita ser licenciado en economía por Harvard Business School para deducir que si Canarias importa el 90 % de lo que come de fuera del Archipiélago, pudiendo producir aquí una gran parte, otro gallo nos cantaría si las medianías de islas con condiciones como la Palma tuvieran el aliciente económico de saber que habría mercado para sus productos si fuera porque la competencia de la importación está subvencionada.

Mientras tanto van tratando de encandilar a la gente con falsas promesas de proyectos que sabemos de antemano que son testimoniales, como la subida del turismo en un volumen que ni hay camas ni condiciones competitivas para construirlas para que incida en los puestos de trabajo.

Es bueno y necesario cuidar el turismo que tenemos, que con los niveles de ocupación que hoy tienen los establecimientos, no se ni como se pueden mantener abiertos.

Y eso no depende de Julitos ni de ideas milagrosas que reviertan la tendencia de la noche a la mañana.

No hagan un análisis realista de la actual situación y se dediquen a cuidar lo que hay y paso a paso mejorar los establecimientos, que milagros no existen.

Por lo demás, el Cabildo siempre puede ir administrando con estrecheces sus recursos y ir tirando, pero cuando se ponen solemnes y proclaman a los cuatro vientos los planes de futuro que tienen entre manos, se me caen los palos del sombrajo, pues solo hablan de nubes y sueños de una noche de verano, y al capítulo del cambio radical del sector primario en Canarias o al desarrollo de las energías renovables, a eso no se atreven a jincarles el diente porque saben que sus jefes no se lo permiten y los castigan de cara a la pared, o sea que no irán en las listas en las próximas elecciones.

Y esa es la cosa, que los palmeros con dos dedos de frente sabemos y vemos más claro que el agua, pero también hemos de saber que un estatu quo mantenido con múltiples urdimbres de intereses creados, hay que tenerlos bien puestos para empezar a meterle mano, pues tampoco es labor de tres días. Mientras tantos los palmeros que somos gente tranquila, seguiremos aguantando las penalidades con más paciencia que el santo Job y votando a los de siempre, que para eso somos un pueble sufrido y donde comen dos, comen tres, mientras dure la pensión del abuelo.