Afortunadamente nuestra democracia ya cuenta con décadas de vida, y hay toda una experiencia en libertades tanto de forma individual como de manera colectiva. Por lo tanto los jóvenes que han votado por primera vez el pasado 28 de Abril o lo harán este 26 de Mayo, van a ejercer el más básico y esencial de los derechos políticos en un Estado Democrático. Y esto que parece lo más normal en una sociedad como la nuestra, no siempre ha sido así. Cuando este que les escribe y la gente de mi generación, todos padres de los actuales jóvenes que votan por primera vez en la actualidad, fuimos a votar por primera vez, la Sociedad en la que vivíamos era muy diferente. Acabábamos de salir, solo habían pasado unos pocos años, del anterior régimen del enano facineroso y de voz atiplada, o sea de la dictadura. Se acababa de aprobar la Constitución de 1978, y se abría todo un mundo de posibilidades, derechos, obligaciones, y libertades a una Sociedad y a un País ávidos de ello. Estaba todo por hacer, había que construir un País en libertad y democracia, y eso implicaba un compromiso transversal de todos empujando en la misma dirección, porque la libertad y la conquista diaria de todos los derechos y de los derechos de todos, implicaba ese compromiso general de la ciudadanía.
Y se consiguió, pienso que sí, se han alcanzado cotas de desarrollo en todos los campos como nunca se habían tenido, en todos se ha avanzado, este país nuestro de ahora, no se parece en casi nada a aquel en el cual luchábamos por una vida mejor, más justa y libre. Pero también es verdad que por un lado y una vez se han conseguido los estándares de progreso y libertad que buscábamos, nos hemos ido convirtiendo en una sociedad más cómoda y menos combativa. Y por otro lado los cambios que se han producido en el mundo; las nuevas tecnologías, la globalización, la preponderancia y prepotencia del poder financiero, el individualismo exacerbado, etc.. han producido la disminución del compromiso social en la sociedad, a los mayores que la han ido perdiendo y a los jóvenes porque no lo han vivido en el marco de esta nueva sociedad (Evidentemente es una norma genérica que tiene excepciones).
Y en esta realidad social que vivimos, ¿qué sucede cuando llega el momento de votar, sobre todo por primera vez? Pues que existe desánimo que provoque que mucha gente no vote, porque piensan que todos son iguales, y que no ofrecen soluciones a los problemas y realidades existentes tanto a nivel personal como de la sociedad. Pero ese es el gran fallo y problema al mismo tiempo, porque no todos son iguales, cada uno de nosotros tiene el poder de decidir y con su voto da el primer paso en la dirección que considera adecuada, al tiempo de exigir si ese voto depositado en un partido no ha cumplido con lo que prometió y ofreció. Y con su voto el que lo recibe también tiene la obligación política y ética de trabajar en el sentido de lo que le ha ofrecido a los electores para que lo voten. Si esto es esencial y se ha ido perdiendo, porque se ha ido simplificando la valoración de la democracia prácticamente a votar (nos hemos vuelto tan cómodos, que hasta hemos reducido el valor real de la misma a votar y poco más), y evidentemente es mucho más. Por todo esto se tiene que volver a recuperar el compromiso democrático y social, y ahí los jóvenes tienen que tener un papel preponderante, toda la sociedad también, pero los jóvenes son la vanguardia de la sociedad, y sin su implicación, no habrá manera de alterar esta tendencia que nos arrastra a este conformismo que nos va a anulando poco a poco. Y en ese sentido el primer paso contra toda esta situación y que es el más necesario de dar, es ir a votar, cargar ese primer voto de la esperanza necesaria y suficiente para transformarlo en la realidad que queremos y que necesitamos desde los mayores hasta los jóvenes, pero sobre todo ellos, los jóvenes. Todo eso comienza con ese “Primer Voto”.
J. Eduardo Herrera Sicilia, Abogado
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