¿Son los políticos los culpables del atraso en La Palma? O, ¿es qué la sociedad palmera tiene los políticos que se merece? Opine usted, pues los palmeros no hacen sino quejarse y culpan a los políticos de todos sus males, pero los vuelven a votar y con más fuerza. Afirman los palmeros que ahora hay que tener mucho cuidado porque no hay respeto, que la gente no tiene palabra, que uno ya no se puede fiar de nadie. Afirman los palmeros que ahora cada uno va a lo suyo, pero buscan protección y votan al partido que más “favores” les puede hacer, “enchufe” incluido. Y cuando alguien tiene una buena iniciativa o proyecto los demás no se unen o la destruyen. Esto significa que existe mucha desconfianza, individualismo y envidia. Una sociedad que se autodestruye.
Todo lo anteriormente expuesto está constatado en la tesis doctoral “La sociedad palmera de 1950 a 2015”. Una sociedad que ha cambiado mucho a lo largo de los últimos 25 años. Una sociedad en buena parte adaptada a vivir de subvenciones o ayudas sociales, con muchas familias desestructuradas y con graves problemas internos. Al autor de esa tesis le pidieron muchos palmeros que hiciera algo por La Palma, por lo que se dirigió al Cabildo para proponer un gran pacto entre todos los partidos y sectores empresariales y sociales, para mejorar las condiciones de vida en la isla. Pero esto parece que podía peligrar el negocio en torno a la política y no prosperó.
A partir de ese momento, José Luis Concepción elaboró el plan de desarrollo económico y social que La Palma necesita, basado en lo que los propios palmeros estaban demandando y, después de calcular el enorme trabajo y riesgo que podía tener, se presentó a la presidencia del Cabildo. Con el programa en la mano recorrió la isla repartiéndolo al tiempo que mucha gente lo animaba y le “garantizaba” su apoyo, pero condicionado a que le facilitaran las papeletas, por miedo a los partidos tradicionales. No tenía intenciones de hacerlo, ni de pagar propaganda, pero al final lo hizo para que no pudiera servir de excusa a posibles votantes.
El proyecto era el mejor de todos y, pese a que otros partidos lo fueron copiando o adaptando, no puede ser excusa para la confusión. Los apenas 300 votos que le dieron a José Luis Concepción no se puede interpretar como una derrota. Ha sido un castigo, una burla, un engaño. Los derrotados son los palmeros, los que continuarán más o menos igual, y los jóvenes emigrando. Había que impedir que José Luis Concepción tuviera éxito, y como no podían combatirlo en público se dedicaron a descalificarlo secretamente, haciendo mofa respecto a su título de doctor y poniendo en duda su capacidad, pero no antes, sino en la precampaña y campaña, durante la cual sufrió insultos graves y desprecios. Lo hicieron sufrir mucho. Hoy 31 de mayo José Luis Concepción ha dejado de formar parte de la sociedad palmera, pues estaba empadronado en Mazo y lo está otra vez en La Laguna. La ignorancia tiene remedio; la falsedad no. Muchas gracias a los que me aprecian.
Un intelectual anónimo, a través de un WhatsApp, dijo:“el humano que constituye la sociedad actual no está ni de lejos preparado para entender a este hombre (José Luis Concepción). Que se sienta orgulloso sea cual sea el resultado. Esta isla (La Palma) no está para nada al nivel que está ese hombre. Aún le falta mucho a esta sociedad”.Gracias, pero no me puedo sentir orgulloso.
José Luis Concepción
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LeonMarrero
Yo fui uno de esos 300 y volvería a hacerlo. Hacía tiempo que no votaba con tanta satisfacción y para nada me arrepiento.
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No hace falta un Doctorado para detectar IRA…
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Agur.Ojalá no me lo encuentre cuando vaya a la Ciudad de Los Adelantados…Ojalá.
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