Un momento de la intervención del presidente Pestana en la tradicional Ofrenda a San Miguel Arcángel, Patrón de Tazacorte y de la Isla.
Desde los inicios de la civilización europea, San Miguel has sido recurrido como el protector de la isla de La Palma. Así ha sucedido frente a las agresiones externas y los ataques navales; también nos hemos acercado a ti y nos hemos mirado en tu espejo como ejemplo de buen gobierno; y siempre te hemos tenido presente como emblema en esta tierra de justicia. Un patronazgo, San Miguel, que nos sirve de guía y modelo a quien el pueblo palmero, que tanto amas y proteges, ha puesto en sus manos la difícil responsabilidad de gobernar y también de ejercer la legítima tarea de la oposición en un tiempo tan complejo y crítico como el que nos ha tocado vivir.
Hoy, San Miguel, en este hermoso pueblo de Tazacorte, ante tu imagen y en el corazón marino de una isla que también se está viendo sacudida por la tempestad de la crisis económica, renovamos como Corporación Insular nuestro compromiso con los ciudadanos de esta tierra para trabajar hasta la extenuación por conseguir el bien común de los palmeros y palmeras.
En estos tiempos de precariedad económica, donde el poderoso drama del paro continúa minando a la sociedad, y cuando la posibilidad de contar con un proyecto vital se ve frustrada por la falta de medios materiales; en estos momentos donde lamentablemente siguen aflorando malos ejemplos de falta de honradez en la vida pública y casos de corrupción; en esta época de zozobra e incertidumbre en la que cada día es más necesaria una regeneración de las instituciones, como presidente del Cabildo de La Palma cumplo con este secular voto que nos compromete y responsabiliza con el ejercicio del buen gobierno y la tarea de contribuir a la prosperidad de nuestro pueblo.
Pero nuestra mirada a la sociedad no puede ni debe ser pesimista. Debemos reconocer y valorar por encima de todo que no solo hay oscuridad en estos momentos de incertidumbre. La luz brilla en medio de las tinieblas y son multitud las muestras palpables de que otro modelo de comunidad, de cultura y de gobierno son posibles. En ese lado del camino, San Miguel, es donde estamos y desde donde queremos contribuir a construir una sociedad más justa e igualitaria. Este Cabildo que presido tiene la mirada puesta en la gente honrada, que da tantas pruebas de tenacidad ante las adversidades sin desfallecer. Como tú, San Miguel, nuestro pueblo está acostumbrado a combatir el mal con el bien, la injusticia con justicia, el egoísmo con la solidaridad. Es hora también de reconocer el comportamiento ejemplar que ha tenido nuestra población ante la difícil situación en la que nos encontramos y con ese espíritu de agradecimiento conmemoramos tu festividad, patrón inmemorial de La Palma.
Recoge el libro del Apocalipsis como combatiste contra el maligno, una lucha encarnizada frente a la oscuridad que, hoy en día, simbolizan el odio, la avaricia o la injusticia. Nosotros, este Cabildo, también ha plantado cara con decisión y sin complejos a los males que nos aquejan. Sé que la batalla es dura y difícil, que en muchos momentos del combate nos asaltan dudas, sobre todo por la impotencia que sentimos ante los escollos que encontramos en el camino. Por eso hoy renovamos y reforzamos nuestro compromiso que tiene como opción preferencial las personas más necesitadas y la tarea de crear las condiciones necesarias para generar la riqueza que permita llevar una vida digna a todos los palmeros y palmeras.
La isla de San Miguel de La Palma fue bendecida por una naturaleza extraordinaria; por una población inquieta, sabia y abierta a las culturas; una sociedad plural y solidaria que nunca ha tenido miedo al otro, al diferente, todo lo contrario, se ha dejado empapar y enriquecer en un viaje de ida y vuelta con el exterior. Un legado, San Miguel, que queremos proteger y cuidar porque sabemos que es nuestro mayor patrimonio y la herencia que queremos dejar a las próximas generaciones.
Hoy, San Miguel, es también un día para recordar a tus hijos que en su día tuvieron que marchar a Venezuela o a Cuba en busca de un futuro más esperanzador, y a quien hoy se ve tristemente obligado a realizar ese viaje porque aquí no encuentra ninguna oportunidad. Ante la imagen de nuestro patrono, reitero nuestra voluntad por contribuir a cambiar las circunstancias para que nadie se sienta obligado a coger las maletas en busca de un horizonte mejor más allá de nuestra pequeña patria. El turismo, las nuevas tecnologías y las nuevas oportunidades del sector primario, han de ser los motores de una diversificación y un crecimiento económico, que impulsará al resto de sectores de nuestra economía. Un cambio que hoy es más necesario que nunca.
En este camino de rectitud, dignidad y lealtad entre los palmeros, entre los canarios, entre los españoles y entre quienes conformamos la humanidad, hemos venido a saludarte y cumplir con esta honrosa ofrenda. Para que nuestros vecinos y vecinas, los de esta tierra y quienes habitan en cualquier otro lugar en el mundo, superen sus dificultades, atenúen los conflictos o las guerras, y la concordia y la fraternidad conduzcan a la especia humana.
La Palma, 29 de septiembre de 2014.
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