Asisto con estupor no solo ante la incertidumbre en la toma de determinadas decisiones referentes a la crisis sanitaria, social y económica del COVID-19, sino ante la alarmante deriva jacobina del Gobierno Central a la hora de afrontar medidas para aliviar el sufrimiento de la población.
Hemos tenido que comprobar que llegamos tarde a la hora de aprovisionarnos de material sanitario para proteger a los trabajadores esenciales, entre ellos de forma especial sanitarios y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado; derivado sobre todo por la decision de centralizar la compra de dicho material.
También hemos tenido que comprobar que fue un error estratégico de bulto el apostar estratégicamente por la ilusoria ocurrencia de los denominados “coronabonos”, y que en cierto modo, aunque tarde, se ha corregido acudiendo a mecanismos que sí permiten los Tratados en el marco del presupuesto de la Unión o en el MEDE, soluciones que producirán déficit y endeudamiento que al final lo tendremos que costear los españoles con nuestro esfuerzo.´
Y por si esto fuera poco, pretende el Gobierno Central aplicar soluciones homogéneas ante situaciones absolutamente distintas. No nos vale el argumento demagógico de que “el virus no entiende de territorios”. Ese es un argumento facilón para esconder la lamentable gestión ante la crisis del COVID-19.
En este sentido resulta razonable, a pesar de que en materia de Salud Pública el poder de decisión debería recaer en el Gobierno Central, que se tengan en cuenta las aportaciones que hagan las Comunidades Autónomas al respecto, ya que son administraciones más cercanas al ciudadano. Este gobierno ya se olvidó de los principios comunitarios de “subsidiariedad, proximidad y proporcionalidad” en la toma de decisiones.
Y llegados hasta aquí la primera en la frente, este gobierno estatal vuelve a errar otra vez y pretende perjudicar aún más a la población de Canarias.
Tuvimos que cerrar los puertos y aeropuertos y estrangular nuestro sector económico principal (el turismo), entre otras cosas porque no se actuó con diligencia, dando más importancia a la celebración masiva de los actos del 8 de Marzo que a la prevención de la epidemia, provocando la expansión acelerada del virus, sobre todo en Madrid. En Canarias ya se había empezado a actuar desde el mes de enero de 2020. Por lo tanto ya se sabía lo peligroso que podría ser este virus.
Como consecuencia de dichas decisiones resulta ser que Canarias será la Comunidad Autónoma que sufra en mayor medida no sólo un decrecimiento brutal en la economía (algunos hablan de una bajada de más del 20 % del PIB), sino ante el aumento de la tasa de paro al 40 %. Y uniendo a lo anterior un confinamiento prolongado en el tiempo que ya no tiene sentido mantener indefinidamente.
Por ello fue esperanzadora, coherente y razonable la propuesta de desconfinamiento planteada por el Gobierno de Canarias y lamentable la respuesta dada por el gobierno estatal. No es lo mismo enmendar o modificar que rechazar de plano. O es que pretenden seguir manteniendo en vilo a los territorios insulares que desde hace semanas no tienen incidencias significativas en la vertiente sanitaria de esta crisis.
Viene al hilo la expresión latina “Operibus credite et non verbis” (creed en las obras y no en las palabras). Y los hechos son evidentes.
Próximamente asistiremos a nuevas desilusiones cuando se decida no autorizar al Gobierno autonómico a gastar su supéravit, reteniéndosele para compensar a aquellos territorios incumplidores como pago de favores políticos; o cuando constatemos el abandono de las instituciones estatales y el ninguneo sistemático al Gobierno autonómico.
Y para finalizar, plantear en clave de futuro que lamentablemente es previsible que metafóricamente hablando las flores terminen marchitándose, y que la situación económico-social en Canarias se torne insostenible.
*Abogado y Doctor en Derecho UNED
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lleon
Desgraciadamente, tiene usted razón en casi todo lo que expone. Un gobierno confuso que actúa tarde, mal y nunca, y que impone una prisión domiciliaria prolongada sin atender a las razones que vienen de las comunidades autónomas. Sobre todo de la nuestra. Ya la señora Yolanda Díaz, ministra de Trabajo, había anunciado que “hasta Navidad” no se recuperaría el turismo… En fin, para qué seguir
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