Han pasado cuatrocientos años desde aquel 12 de abril de 1622 cuando en labores de los campesinos de San Pedro, Breña Alta, al estar cortando un laurel, (Laurus nobiles, Vulgarmente loro), encuentran en su interior dos pequeñas cruces de color negro.
Al coincidir la fecha del 12 de abril con Martes Santo la comunidad parroquial de San Pedro, Breña Alta, dedicará la eucaristía del día al: “IV Centenario de las Santas Cruces”, a las 19.00 horas. Mientras se preparan otros eventos.
En el Archivo Parroquial de Breña Alta, se custodia un documento titulado: Información sobre el hallazgo de dos cruces de un madero de laurel, practicada en Breña Alta, ante la audiencia eclesiástica de la Isla de La Palma por el Vicario Romero Xaraquemada. Abril de 1622. El documento detalla una bella crónica y testimonios del hallazgo y el posterior ceremonial de culto en el templo de San Pedro. Viene a relatar la aparición y hallazgo de dos cruces, de color negro, dentro del tronco de un laurel, el 12 de abril de 1622, a unos 300 metros de la iglesia de San Pedro.
El hecho convulsionó a los lugareños y en toda la isla canaria de La Palma e incluso la noticia tuvo repercusión en el archipiélago canario.
La sociedad vio en aquellas dos pequeñas cruces un hecho milagroso y sobrenatural que vino a dignificar un culto especial, profunda devoción y arraigo que después de cuatro centurias se mantiene entre los vecinos de Breña Alta. Este bellísimo hecho histórico religioso justifica sobradamente la devoción, la solemnidad y el sabor popular de la fiesta a la Santa Cruz de Breña Alta.
Lamentablemente esas dos cruces del siglo XVII hoy se encuentran perdidas, se desconoce su paradero y se añora encontrarlas. Todo apunta que desaparecieron de la iglesia de San Pedro en los años 80-90 del siglo XX y aún hoy viven personas que las recuerdan perfectamente.
* Cronista Oficial de la ciudad de Los Llanos de Aridane (2002), miembro de la Academia Canaria de la Lengua (2009) y de la Real Academia Canaria de Bellas Artes San Miguel Arcángel (2009).
Astrazeneca
Va un buena lancha con ganas de gastar una broma y tira dentro del laurel un par de cruces mientras no lo estaban mirando y luego toda la población de la isla y parte del archipiélago se queda convulsionada y lo considera un milagro, o sea, buenas cabezas para llevar sombreros.
También pudo ser que cuando el laurel era más pequeño alguien se las pegó y luego el árbol se las tragó.
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Menos mal que ahora, en el siglo XXI, con internet y el nivel cultural mínimo de por lo menos el Certificado de Estudios Primarios…, la mayoría de la gente es ahora un poco más espabilada que antes.
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Jessic@
Como ciudadana progresista y ecofeminista, considero que este hecho debería ser investigado por los las grandes eruditos eruditas investigadores investigadoras expertos expertas en memoria histórica que tenemos en esta isla, en la nacionaludad canaria y en el estado español, pieque estos campesinos bien pudieros ser víctimas de la represión franquista que les obligó a contar esta historia.
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