“A río revuelto, ganancia de pescadores”, reza un conocido refrán que ilustra perfectamente la situación que está viviendo La Palma tras la erupción de Tajogaite. En las aguas revueltas del terrible remolino de confusión, desesperación e incertidumbre que ha traído consigo el volcán, han acudido a echar el lance determinados intereses particulares y de las administraciones locales que han visto en la reconstrucción una auténtica lotería de oportunidades para llevar a cabo todo aquello que hasta ahora la falta de recursos, la oposición ciudadana o incluso la normativa legal les había impedido hacer.
Somos conscientes de la enorme dificultad que supone gestionar una crisis de esta envergadura y reconocemos la voluntad de los dirigentes públicos de atender a las necesidades de la población. Pero el afán de dar una respuesta inmediata al descalabro económico y social que nos acucia, parece haberlos lanzado a una loca carrera por ejecutar una avalancha de proyectos de enorme trascendencia para el futuro de la isla, sin contar en absoluto con quienes supuestamente hemos de beneficiarnos de ello, el pueblo palmero. La emergencia de la reconstrucción, más que una seria amenaza, está siendo ya un auténtico atropello a los derechos fundamentales de los habitantes de La Palma.
Ya desde las primeras semanas de la erupción, los viejos proyectos aparcados o dormidos no tardaron en aparecer. Bajo el disfraz del apoyo solidario a los afectados, vimos como un grupo de propietarios ofrecía sus terrenos para la construcción del Nuevo Todoque. No eran otros que los promotores del antiguo Aridane Golf, convertidos ahora en donantes “desinteresados” a cambio de la recalificación urbanística de una parte de esos terrenos situados en pleno Espacio Natural Protegido de Cumbre Vieja-Teneguía donde la justicia les impidió construir en su momento.
También hemos visto al sector inmobiliario y a particulares sin escrúpulos aprovechar la escasez de terreno urbanizable en el Valle para alimentar la especulación urbanística subiendo los precios del suelo rústico a las familias sin vivienda a causa de la erupción que buscan desesperadamente una parcela donde reconstruir su hogar.
Pero quizá lo más grave de todo es la falta de consideración de las administraciones públicas que han convertido la reconstrucción en una carrera contrarreloj, sacrificando en el camino derechos básicos que nos asisten como ciudadanos: el derecho a la información y el de participación en la toma de decisiones, por muy de emergencia que sean. Mientras la población afectada espera con estoica paciencia el reparto de una pedrea de esa lotería del volcán que le permita rehacer su vida, las administraciones, aliadas con los intereses económicos de ciertos grupos de influencia, se apuntan al premio gordo de los grandes proyectos. Aprovechan la coartada de la emergencia para imponer una serie de obras que, de haberse efectuado por los cauces normales, a buen seguro habrían tenido contestación popular.
Ya ocurrió hace unos años con el proyecto de la autopista de La Cumbre que logró paralizarse gracias a la amplia movilización ciudadana que denunció su enorme impacto social y ambiental. Pues ahora las grandes carreteras, que siempre han estado ahí, al acecho, atacan de nuevo: el volcán les ha abierto la veda. Vuelve la autopista, reconvertida ahora en circunvalación de El Paso, el tramo Argual-Tazacorte, la carretera de La Costa-Puerto Naos, que pretende tener continuidad en la vieja aspiración de conectar El Remo con Fuencaliente. Muchos vecinos se verán afectados: expropiados por el volcán primero y ahora por la implacable administración. Pero lo más lamentable es que hemos tenido que enterarnos por la prensa, por las redes o por los rumores de la calle.
Es muy triste que la gente del Valle se haya visto obligada a rellenar formularios durante meses, a apuntarse en diferentes registros, aportando incontables documentos justificativos simplemente para acreditar su inscripción como afectado y poder tener acceso a las prometidas ayudas de las que muchos poco o nada sabemos aún, mientras que la administración, en nombre de la emergencia y amparada por ella, se salta todos los procedimientos habituales sin avisar siquiera a los afectados y negándoles cualquier tipo de acceso a la información correspondiente a los expedientes de las obras.
Ante este flagrante atropello a los ciudadanos, a quienes se les ha ocultado una información tan básica como conocer si el trazado de la carretera de La Costa pasa por su finca o vivienda, a las asociaciones de afectados solo les queda recurrir a la denuncia ante la fiscalía o los tribunales de justicia. Una vía lenta y muy difícil, que, de darles la razón, como ha ocurrido tantas veces, lo hará tarde y probablemente no les dejará otra opción que la protesta desesperada en la calle. Porque hay dudas razonables sobre la declaración de emergencia de estas obras que podrían justificar al menos una paralización cautelar: ¿es legal realizar al mismo tiempo tres carreteras por la vía de emergencia para cumplir el mismo objetivo: comunicar las dos zonas del Valle aisladas por la lava? ¿Es legal declarar obra viaria de emergencia para restablecer comunicaciones un tramo de carretera donde ya existen vías por las que es posible transitar?
Y, por si esto fuera poco, aún hemos tenido que asistir con indignación e impotencia a la desinformación en los medios, donde se ha querido hacer ver a la opinión pública que se ha modificado el trazado consensuándolo con la sociedad palmera (cuando es el mismo trazado que ya conocíamos antes de la reunión del lunes pasado, a la que en ningún momento se invitó a los afectados), que solo se van a ocupar 3,2 hectáreas (cuando basta con contabilizar la cantidad de terreno que necesita una infraestructura de estas características –accesos, rotondas, áreas de exclusión- para saber que la superficie inutilizada será muchísimo más amplia) o que la nueva carretera va a soportar un tráfico de 20.000 vehículos (cuando todos sabemos que son cifras infladas para justificar una obra mayor de la que se necesitaría).
Así estamos, rumiando nuestro desconcierto, noqueados por las secuelas de Tajogaite, callados unos por apatía o servilismo, otros por simple amargura, hundidos en la depresión o en una sorda indignación o, sin más, demasiado ocupados buscándonos la vida como podemos. Y, mientras, aprovechando ese infierno en que estamos sumidos, quienes dicen representarnos han visto en el procedimiento de emergencia los cielos abiertos, la vía libre a la ejecución de proyectos nuevos o largo tiempo agazapados en sus gavetas: todo en secreto, cocinado de espaldas a la gente, sin información, sin tiempo para reaccionar ni alegar, sin protestas. ¿Se han preguntado qué interés hay en ello? ¿Puede llamarse a eso “interés común”? ¿Piensan, por ejemplo, que es casual que las obras de esta carretera empiecen justo después de las vacaciones de Semana Santa, dificultando la movilización vecinal? ¿Es este el valor que dan a nuestro papel en la reconstrucción y a la participación ciudadana que tanto se pregona?
Archivado en:
Más información
Últimas noticias
Lo último en blogs
GALVA
Tierra de unas montañas volcánicas…
Chacho, hay una geología BÁSICA…😂
Leer más
GALVA
Secuelas de Tajogaite.
Vaya con el poeta y su nazionalismo kanario.
Leer más
AntonioLuz
Ya estamos como siempre, que si son galgos o podencos, o mucho me equivoco o hasta dentro de diez años no se hará la carretera de conexión con el sur de la isla, al tiempo.
Leer más
Beahoarita en el exilio
Parece casi irónico ver como de uno y otro lado se pelea por imponer puntos de vista individuales, como en boca de unos se tergiversan los argumentos que otros tratan de esgrimir.
Ni dinero de Venezuela, ni dinero de Europa, ni el bastón de un cojo. Lo único por lo que tiene que luchar el palmero es por la LIBERTAD para explotar lo suyo como le guste, sin imposiciones por parte de otros que se consideran lo suficientemente aptos como para decidir sobre los demás.
El que crea que el turismo es la respuesta y tenga terrenos, adelante, explote su cachito de malpaís, haga visitas, enseñe piedras, ponga tumbonas, monte un solarium vulcanum. El que piense que la sorriba es la respuesta a sus problemas, ahí tiene usted la libertad para hacer lo que le venga en gana, que para eso es su terreno (amén de que si tan poco viable es, ¿para qué prohibirlo?).
En definitiva, invierta, trabaje duro, búsquese las castañas y deje de intentar gobernar a los demás.
Namasté!
Leer más
Adijirja
El dinero que vino de Venezuela era el ahorro de los propietarios que invirtieron por cuenta y riesgo en las explotaciones. Hubo alguna ayuda de los planes de colonizacion del franquismo. Pero muy poco.
El dinero que viene de Europa es publico.
No es razonable la comparacion.
La montaña de Las Rosas o la de Todoque es puro picon. S
Aunque la legislacion medioambiental la permitiera ese sustrato ni sirve para el cultivo.
No hay en la isla ningun lugar de donde traer tierra.
Leer más
Ivan4
Comparto gran parte del discurso de Adijirja, aunque considero que hay (o había) dinero para sorribar. Lo que en su día fue Venezuela, hoy lo puede ser la Unión Europea. Alicia Vanostende es de las pocas políticas eficientes que hay…¿Por qué? Porque es especialista en la materia. Si tú tienes un problema en tus muelas, un dentista te lo puede solucionar. La mayoría de políticos y sus respectivos asesores no tiene ni idea de nada…Un ejemplo es Miguel Ángel Pulido, asesor de Román Rodríguez (un médico, consejero de Economía…¡Cómo el Che Guevara, vamos!). ¿Alguno de los dos sabe de economía? Miguel Ángel Pulido sabe de economía, lo que yo de béisbol.
Alicia sabe lo que hace y es seria, trabajadora y eficiente. Yo pongo la mano en el fuego por ella.
¿La tierra de dónde la sacamos? ¡Pues habrá que “cargarse alguno de los volcanes”, como el de la “Montaña de Las Rosas” o la misma “Montaña de Todoque”…¿Acaso no es tierra fértil? Un viejo volcán puede reparar el desaguisado causado por otro joven.
Sí le doy la razón a Adijirja con la dificultad de la construccion de las infraestructuras hidráulicas y demás, así como la lucha contrarreloj…Hay dinero y hay tierra; sin embargo, el enemigo será el tiempo que tarde todo en hacerse.
¡Porque la reconstrucción de fincas llevará años, décadas…y la gente tiene que comer!
Leer más
Adijirja
Yo creo que no hay que dejar tirado a nadie. Todo lo contrario. Creo que hay que intentar restituir la situacion en la que vivian todas las personas afectadas por el volcan. Incluidas los propietarios y agricultores que han visto sepultadas sus explotaciones.
Economicamente la sorriba es inviable por costosa. ¿Quien la va a financiar? ¿La Union Europea? ¿ Quien les va a explicar que financien el roturado de terreno, la construccion de paredes e invernaderos, la traida de tierra, los embalses, conducciones y sistemas de regadio para sembrar platanos que necesitan de subvencion anual muy importante de la propia UE para su viabilidad?
Y tecnicamente tambien es inviable? ¿De donde se va a traer toda la tierra necesaria?
Estan engañando a la gente.
Y existen otras alternativas para poder compensar a estos afectados facilitandole la posibilidad de instalarse en otras zonas de la isa con platano o cambiando de cultivo e incluso cambiando de isla. El POSEI lo permite y la Consejeria deberia tomar iniciativas semejantes a las de la reconversion del tomate.
Es la pura realidad y hay que luchar por ella como una solucion viable a la situacion.
Repito lo de la sorriba es un engaño.
Por otro lado volver a insitir en que es posible la convivencia de la agricultura y el turismo. No entiendo a que vienen esas posiciones de blanco o negro. Hay grises. Hay que hacer lecturas correctas de las situaciones que nos tocan vivir y tomar las decisiones que tambie creamos mas correctas para vivir con el mayor bienestar posible en este complicado mundo que nos toca vivir agrado por desgracias como el volcan.
Y acabo como empece. No creo que haya que dejar a nadie tirado. Todo lo contrario.
Leer más
Sota de BASTOS
Estoy de acuerdo a grandes rasgos con los argumentos presentados en el artículo y con los comentarios, al final nos queda una sensación de impotencia ante una legislación que desprotege a la población ante este tipo de abusos de la administración pública. No obstante creo que es verdaderamente lamentable la absoluta carencia de valores; falta decencia, empatía, solidaridad, y pienso que hay un más que notable desprecio por parte de la clase política hacia nosotros los afectados, favoreciendo a escondidas los intereses suyos y de empresarios y representantes de organismos como la CIALP que más que ayudar a los agricultores, quienes son el alma del desarrollo económico del valle, ponen trabas, se esconden en recovecos legislativos y toman decisiones ventajistas que benefician a los caciques del agua. Igual de lamentable, desvergonzada y mezquina es la actitud de las inmobiliarias, participando de la especulación del suelo y viviendas. Pura avaricia. Luego en público se critica aquello que decía Rodrigo Rato, “Es el mercado amigo”, con una carga de hipocresía tan grande que si tuviera forma los aplastaría como a una cucaracha.
Lo que sí que no puedo entender en los comentarios son los argumentos de tratar de proteger las coladas como un bien de interés cultural y turístico, cuando es el legado de la mayor calamidad de la historia de la isla. Falazmente se descarta y se presenta como completamente inviable la sorriba de los terrenos que son propiedad de los agricultores con una facilidad pasmosa, cuando la realidad es que cada parcela obedece a una determinada situación y circunstancia. ¿Cómo se puede alegar algún tipo de aprovechamiento por parte del sector turístico, en contraposición a la desgracia que afecta a miles de familias, cuyo único sustento era la explotación agrícola de las fincas afectadas?. ¿De que vamos a vivir aquellos a los que nos llevó la casa, los terrenos, las fincas?. Esa potencial cantidad proveniente del turismo es una ridícula nimiedad que resulta completamente incomparable a lo que generaban las explotaciones agrarias, que dieron sustento a muchos de los que gracias a ese dinero han podido tener estudios y dedicarse a otros menesteres y ganarse la vida de diferente manera, y que ahora de forma dolorosa se convierten en desaprensivos que menosprecian a un ya apaleado sector primario con una corta memoria que por ramalazos del destino les resulta conveniente. Casi parece que rezan un “No es mi problema, búsquense la vida”. Este egoísmo no es el camino señores, aquí tenemos que remar todos hacia un desarrollo económico común, viable, y sostenible. Y sostenible es esa palabra clave, una palabra que se tergiversa y pervierte cada dos por tres en favor de políticas ecologistas cargadas de buenismo, pero carentes de toda lógica y raciocinio. Lo que no es sostenible es dejar que la gente se muera de hambre. Qué bonito es proteger la naturaleza, pero nos olvidamos de que nos dejamos por el camino el sustento y el futuro de muchas familias que nos hemos quedado sin nada de lo que vivir. Y esto no es populismo, es nuestra realidad.
Leer más
Pintao
La forma abierta y sin prejuicios que se respira en el comentario de Adijirja, creo que es el plano desde el que hay que partir para paliar los problemas.
Partir de prefijos sentimentales o populistas comprendo que es muy humano pero no ayuda a progresar en soluciones. Lo racional ha de prevalecer siempre.
Hay que razonar partiendo de un análisis bien ponderado que tenga en cuenta el aquí y el ahora, y no pensar que las soluciones basadas en deseos de añoranza retrospectiva, no resuelve problemas, sino que los agrava por falta de conformarse con la realidad en que vivimos hoy y volverse ineficaces al prolongarse en el tiempo.
Creo que existe la costumbre bastante generalizada de pensar que siempre los políticos están dirigidos por motivaciones perversas, pues no creo que sean ni mejores ni peores que la media de la sociedad de la que provienen.
Siempre las soluciones serán una mezcla de lo que se determine teniendo en cuenta no solo lo que teóricamente “debería ser”, pero sabiendo que los grupos de mayor peso social, siempre tendrán resortes para mirar por sus intereses. Así es la vida y lo demás solo conduce a la melancolía.
Algo en lo que los actuales dirigentes si que parecen carecer, es la capacidad de publicitar y “saber vender” las soluciones que proponen, que yo creo se debe a falta de tener más capacidad de visión en conjunto del asunto, pues no es fácil tomar decisiones dentro de la maraña de problemas que van surgiendo, pero no queda otro remedio que “tener que decidir”, convencidos de que la decisión es la menos mala dentro de lo posible. Y no hay otro camino.
Leer más
AZERO
Coincido totalmente con todo lo dicho por Adijirja.
Leer más