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Opinión
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Máximo Pérez Tejera

¿Es extrapolable el caso islandés?

  • Es peligroso utilizar al pueblo para votar sólo lo que le proponen los políticos

Dicen que al abrigo de estas murallas de la falla que separa las placas de noramérica y euroasia, los primitivos colonos noruegos celebraron las primeras asambleas democráticas "el Alting" instituida en el año 930.

¿No sería lógico preguntarse si las soluciones que necesitan los pueblos europeos también pueden ser similares a las que impuso la ciudadanía en la Tierra del Hielo?

Werner Wüthrich http://www.voltairenet.org/article187449.html

Ante mi anterior artículo (bueno, no le demos la categoría que no tiene, digamos nota de opinión) LAS DIFERENCIAS DE ISLANDIA, he visto que tiene varios comentarios a los que se me hace difícil contestar: En primer lugar, por mi desconocimiento profundo del tema; y en segundo lugar, porque lo que se lee entre líneas, suele estar contaminado por unas u otras posiciones ideológicas interesadas que, como no las admito como verdades absolutas, tampoco me atrevo a recomendarlas como referentes.

Arriba hago una referencia a alguien que también tiene dudas y se pregunta si será o no una vía para los problemas de Europa, pero he leído varios mucho más aseverativos que se contradicen entre sí.

A mi opinión se le contra-argumenta que somos pueblos distintos, con poblaciones distintas, culturas diferentes y problemáticas económicas distintas, y que, por lo tanto, lo ocurrido en Islandia no es extrapolable a otros países del entorno europeo.

Si Islandia comienza a poblarse en la segunda mitad del siglo IX, claro que estábamos romanizados y hasta olvidados de los romanos, de los que tanto heredamos, entre otras cosas nuestra lengua, pero ya era lejana su presencia como la de vándalos suevos y alanos y toda la lista de los godos. Parece que en el 844 Abd al- Rahman II venció a los vikingos en la batalla de Tablada, así que por el sur estaban más organizados que por el norte. Pero como algunos han opinado, la cultura histórica de un territorio no tiene nada que ver con su devenir, ni con las actitudes sociales de un determinado momento. Habrá miles de ejemplos pero Kant, Hesse, Nietzsche, Goethe, Hegel Leibniz o Schiller, entre muchos (los he buscado), creo que no tienen nada que ver con el Holocausto.

En ningún momento he dicho que lo acontecido deba ser extrapolado. Solo he dicho: Que envidio la actitud de unos ciudadanos que en un determinado momento se atrevieron a ocupar calles y plazas, que algunos islandeses se sienten orgullosos de su intervención frente a la crisis, y que he tenido la ocasión de comprobarlo.
A lo dicho anteriormente añado que no puede negarse que, En marzo de 2010, el 93% de los votantes dijeron «No» al pago de las deudas bancarias por el Estado islandés, y que ese referéndum fue forzado por la actitud pacífica y organizada del pueblo islandés.

Frente a estos hechos, yo me planteo la pregunta con la que titulo esta nota ¿Es extrapolable el caso Islandés? Y no me refiero a que otros países con problemáticas parecidas imiten a Islandia tomando medidas económicas similares. Me refiero si la imitación puede hacerse de las actitudes del pueblo islandés en su plante frente al ejecutivo, con la exigencia de oír al pueblo soberano y convocar una consulta popular que forzó su dimisión.

En esta pregunta está en juego el papel de las democracias modernas y conlleva otras muchas:
En democracia:

¿Tiene el pueblo, en el que dicen que reside el poder, el derecho de solicitar un referéndum?

¿Tiene el pueblo el derecho a que las preguntas de los referéndum se hagan de forma clara?

¿Qué hubiera pasado en Grecia si la pregunta hubiera sido Sí o No al pago de la deuda?

Lo queramos o no, es aquí donde radica el sentido real de las democracias actuales. Frente a estas situaciones extremas es donde se ponen de manifiesto las contradicciones del poder otorgado democráticamente, y donde se fundan las exigencias de los cambios hacia lo que se ha denominado democracia real.

Es tremendamente peligroso utilizar al pueblo para votar sólo lo que le proponen los dirigentes de una democracia. Es tremendamente peligroso que los llamados hombres de estado piensen que su labor sea impedir que los pueblos se manifiesten sobre determinados temas. Y es muy, pero que muy peligroso, dar a entender que una democracia es sólo elegir a personas, que se suponen idóneas para representar a los electores, y después recibir de esos representantes negativas rotundas al ejercicio democrático.

Creo que los ejecutivos deben pensar que son el resultado de la decisión de los pueblos, pero que no tienen el poder del pueblo y que la sociedad actual ya no se resigna sólo cambiar a los ejecutivos de vez en cuando

Y el peligro de que los pueblos puedan extrapolar el fenómeno islandés, en cuanto a la exigencia una democracia mas real y participativa, está en que el ejemplo islandés quizá no se extrapole con el mismo grado de calma y ejemplo de ciudadanía.

Continuamos.

 

 

 

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