El mundo ha cambiado y no podremos volver a la "normalidad" anterior

Durante la larguísima pandemia del COVID, con toda la alteración que sufrimos a nivel mundial, se oía decir y repetir que había que cambiar nuestra forma de vivir cuando saliéramos de ella, que la pandemia había demostrado la debilidad de nuestra sociedad y sus puntos débiles. Vimos cómo motores de la economía como el turismo, demasiado inflados en España y especialmente en Canarias, se paralizaban durante larguísimos meses y, con ello, la necesidad urgente de hacer realidad la cacareada proclama de “diversificar la economía”. Probamos en nosotros mismos la importancia decisiva de tener un buen sistema de Sanidad Público, de crear una industria farmacéutica nacional, de apoyar de una vez a nuestros científicos e investigadores, de un régimen de ayudas sociales bien organizado, …es decir, un estado fuerte y eficiente.

Comprobamos que no era tan imprescindible para nuestra vida ir con tanta frecuencia de copas, de fiestas masivas, de acontecimientos multitudinarios. Algunos llegaron a cogerle el gustillo a las cosas más simples, como hacer deporte solo o en pequeños grupos, celebrar solo con nuestros allegados y no en plan mogollón de masas, hacer turismo rural y de la naturaleza…

A los palmeros el palo del COVID nos vino acompañado, antes y después, por dos golpes más. Antes por nuestro primer incendio periurbano (habrá más, no lo duden). Después, por la crisis volcánica que arrasó grandes zonas de cultivo, poblacionales y arruinó el turismo de la costa suroeste.

Ahora terminó la epidemia, el volcán, el incendio es agua pasada (eso creemos), comenzó la guerra en Ucrania pero…ufff….eso está tan lejos! Sí, ha subido bastante gran parte de la alimentación, de la energía, el transporte…pero….hay que volver ya a la “normalidad previa”. ¿Seguro? Nada más lejos de la realidad. Eso es una fantasía, un deseo absurdo, una quimera. Nada volverá a ser como antes. Y, cuanto más pase el tiempo, menos. Vamos a estar bien alejados de aquel pasado “añorado”, queramos o no.

Que una parte importante de la población, llevada por el deseo de pasar página a la pesadilla anterior, se aferre a la idea de que esto sólo ha sido un mal sueño, y crea que se puede volver a lo anterior, es disculpable. Los hechos les sacarán de su error. Lo que ya no es tan lógico, digamos más bien absurdo, es que quienes se “supone” que la lideran y que están bien informados, sin embargo, caminen y hablen llevados por el puro cortoplacismo. Basados en hacer cálculos irresponsables por causa de su prioritario interés, las muy cercanas próximas elecciones, han olvidado todo lo dicho y supuestamente aprendido de la crisis, y pretenden vendernos humo…otra vez más. Ya están más que pendientes de sí la fiesta tal o la romería cual logra ser tan concurrida como antaño, si tal evento deportivo masivo ha batido récords de asistencia, si estamos camino de recuperar las cifras insostenibles del turismo de masas de hace años… que del agotamiento crónico de los trabajadores de sanidad, servicios sociales, y de su falta de medios, etc. La población no debería seguir esos cantos de sirena, convencerse de que hay cambios ya irreversibles, y adaptarse antes de que sea tarde.

En primer lugar, el turismo de masas a nivel mundial está tocado de muerte ¿O es que vamos a volver a prestar oídos sordos a los científicos? La pandemia del COVID no será la primera y la última de ese tipo. A medio plazo, habrán más. El cóctel viral explosivo de superpoblación humana, cambio climático e interacción estrecha entre especies salvajes y humanos, provoca saltos de enfermedades entre animales y el hombre. Ya tenemos la viruela del mono al acecho intentando expandirse, distintas formas de gripe aviar esperan para dar el salto…y otras de las que no sabemos nada todavía. Alguna de ellas lo logrará con “éxito”, y se propagará en todo el planeta, como hizo el COVID. ¿Cuál es el sector económico más frágil y sensible a las pandemias? El turístico de grandes masas. ¿Qué parte del turismo resiste mejor ante una pandemia? El de pequeños grupos, de ocio activo, naturaleza, etc. Pues tomemos nota, que el turismo de masas no resistirá mucho tener un funcionamiento intermitente: paralización total cuando hay pandemia, y prosperidad en los momentos de calma entre una crisis sanitaria y la siguiente. Deberíamos estar cambiando en este aspecto, y adaptándonos. Estar pensando en recuperar los 13 millones de visitantes a Canarias por año, y de 80 millones a toda España, y creer que eso seguirá año tras año, es una absoluta locura irresponsable.

La seguridad alimentaria, es el segundo gran aspecto que ha cambiado sin retorno. A la ya previsible afectación de la producción cada vez con más frecuencia por las variaciones climáticas radicales, sean olas de calor, sequías o inundaciones, se une la aparición de riesgos mundiales por crisis y guerras entre países. Ya estamos viendo lo que pasa con los cereales de Ucrania….paralizados. A eso se une la pésima cosecha de la India por calores nunca vistos (hasta ahora)… Solo faltaría una mala cosecha en Argentina y USA para que la carestía y falta de alimento alcanzara proporciones bíblicas. ¿No deberíamos estar bien pendientes de qué y cómo sembrar para tener más soberanía alimentaria? Todo lo que cultivas tú, no tienes que ir al supermercado a buscarlo…¿O vas a esperar a que algunas estanterías estén vacías o tengan precios inasumibles?

La energía fósil, cada vez más escasa y cara, es el tercer aspecto muy preocupante y sin retorno. No sólo por causas de la contaminación y el cambio climático, sino por el aumento de la tensión internacional y los conflictos. ¿Recuerdan la cara y el nombre de todos esos políticos nacionales, y sobre todo canarios, que preconizaban hasta hace bien poco las bondades y la seguridad del uso masivo del gas natural como alternativa de paso desde el petróleo a las energías naturales? Pues menuda pifia. Como casi siempre, los ecologistas “catastrofistas” a los que no se hacía caso, tenían toda la razón. Dependemos peligrosamente en toda Europa, bien del gas de Rusia o de Argelia. Si hubiéramos acelerado desde hace décadas la implantación masiva de energías limpias, como se advirtió desde el mundo del ecologismo…ahora no estaríamos en esta situación tan grave. ..Pues ya sabemos lo deberíamos estar haciendo, con absoluta urgencia, especialmente en Canarias. Implantación de energías limpias para lograr independencia energética, objetivo prioritario y urgente.

Ah, por cierto, el encarecimiento de los combustibles también debilita muchísimo al turismo de masas…..Ese que están diciendo en las últimas fechas que es nuestra mejor salida a la crisis actual. No se pueden pedir peras al olmo, ni previsión de futuro a los políticos profesionales o aspirantes a serlo que ya están pendientes únicamente de vendernos lo que mejor nos suena, aunque sea irreal, de cara a las próximas elecciones del 2023. O nos adaptamos, nos organizamos y presionamos en la vía correcta, o lo vamos a pasar mucho, pero que mucho peor a muy corto plazo. Advertidos estamos, los científicos y los economistas serios nos lo están diciendo. Los políticos profesionales, ya se sabe, de seriedad, ninguna. Ellos, a lo suyo, y que se hunda el mundo.