Los Enanos danzan en el Hospital de Dolores para 300 mayores residentes en los 13 centros sociosanitarios de la isla

En la trastienda de la maravillosa y antológica actuación de los enanos en el Hospital de Dolores ha habido mucho trapamejeo político que desvirtúa el sentido de la actuación, pero que no se refleja en los medios de comunicación, ya que la información oficial tiene sesgos, lo cual voy a explicar, porque lo conozco.
Los enanos tienen esa tradición desde hace más de 45 años, que es desde la época en que los comencé a ver. Es tradición arraigada, al igual que lo es la visita de los Reyes Magos la noche del 5 de enero (Los enanos también actuaban extraordinariamente en el acuartelamiento del Fuerte, en Breña Baja; hasta que este fue inhabilitado).
Las Consejeras del ramo (la actual, y la anterior) han querido desbaratar la tradición, para hacerlo más… popular, buenista, o como se quiera calificar; para así quedar bien ante la sociedad; vamos; lo de siempre, y para ello han invitado a los mayores de otros centros residenciales de isla (siempre, para sí, abusan de recursos ajenos); pero es que ocurre que el patio del Hospital es bastante limitado, y lo que antes era una función especial, carismática, para pacientes, personal cuidador, y sus hijos pequeños, ahora por mor de estos personajes insensatos se ha hecho más popular o buenista; con lo cual se ha tenido que limitar o prohibir el acceso a los trabajadores a solo aquellos que colaborasen con el traslado interno de tanto gentío, lo cual favorece al personal contratado para cubrir los contratos veraniegos, en detrimento de los que están currando permanentemente, y para los cuales se creó esa extraordinaria función en reconocimiento a los enfermos aislados de los festejos y de sus abnegados cuidadores, desde la época pretérita de la Beneficencia, mucho antes de la implementación de la Seguridad Social. A estos “colaboradores” se les indicó la prohibición de tomar fotografías ¿¿??.
Con estas premisas organizativas, los pacientes ingresados en el Hospital, tuvieron que situarse en las partes y terrazas más altas, sin una visibilidad directa, mientras que los “invitados” se ubicaron en el patio central; más o menos al igual o cerca que lo hicieron la señora del P, los hijos del G, La C de S, el hijo de la C., ……que ya habían presenciado la actuación por invitación protocolaria en el Recinto Central, motivo por el que las fotos oficiales de la actuación del Hospital desde el sector del público están tomadas de espaldas para que no se les reconozcan, pero estaban.
Se sabía de este posible desmán desde hacía unos dos meses y en los que los trabajadores intentaron convencer a los responsables (¿o irresponsables?) de lo que se pensaba hacer resultaba muy extraño, y solo basada en su preclara autoridad, no en razones. Después de algunos tira y afloja, se modificó en algo la posibilidad de asistencia de los trabajadores, si colaboraban en el traslado de los pacientes, por lo que se desestimó llevar la queja ante el Patronato y concejal responsable del evento, aunque si se tuvo previsto.
Con tal pésima organización, el acto salió como salió, pero con muy mal sabor de boca para los que se encargaron de movilizar internamente a todo ese gentío, y para todos los cuales hubiese sido mejor hacer una gran actuación exclusiva en el recinto central, mucho mejor preparado logísticamente para ello y para acoger a todos los residentes de los centros de mayores de toda la isla.
Total, que estos advenedizos se han cargado una tradición establecida, para conseguir darse gusto mandando, y arramblando con todo para atraerse las simpatías y las noticias poco críticas de la prensa. Esto es lo que hubo, y si no, pregunten a los que se pasaron la función amargados por todo este despropósito, aunque ver a los enanos danzar mitiga el cabreo de estos trabajadores, que no recibieron ayuda ninguna de los políticos allí colados, claro, pero es que de eso se trataba, de un vulgar y mal calibrado “ordeno y mando”, y si no me creen, pregunten a cualquiera de los trabajadores que saben bien que “papá Cabildo” no los trata bien.