Antonio Castro ha sido reelegido hoy presidente del Parlamento de Canarias por 58 votos a favor y dos votos en blanco.
No ha habido sorpresas y tal y como estaba previsto el nacionalista palmero Antonio Castro ha sido reelegido hoy presidente del Parlamento de Canarias por 58 votos a favor y dos votos en blanco, uno de ellos del propio Castro.
Antonio Castro es el tercer presidente de la Cámara que repite cargo, pues antes que él fueron reelegidos el nacionalista Victoriano Ríos (II y III Legislaturas) y el actual presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Bravo de Laguna (IV y V Legislaturas).
El vicepresidente primero de la Cámara será el socialista Julio Cruz, y el segundo vicepresidente será, Manuel Fernández, del PP. La Mesa del Parlamento se completa con el nacionalista José Miguel González como secretario primero y la conservadora Águeda Montelongo como secretarios primero y segundo.
Antonio Castro dijo en su discurso que ser de nuevo presidente de la Cámara regional es un honor que "halaga y abruma a quien lo recibe". "Acepté esta presidencia desde la más absoluta responsabilidad con Canarias y con las Instituciones y también por la Isla de La Palma, a la que me debo porque es la circunscripción por la que me presento".
Castro señaló que "tenemos un horizonte de dificultad delante pero debemos trabajar con dedicación, tesón, y honestidad para dar respuesta a los problemas de los ciudadanos, que son nuestro juez implacable". Antonio Castro ofreció a todos los grupos apertura y lealtad porque "la Cámara es el espejo de todas nuestras Islas". Concluyó su intervención declarando constituido el Parlamento de Canarias en su VIII Legislatura.
Discurso íntrego de la sesión constitutiva del Parlametno de Canarias:
"Señor Presidente, y Consejeros y Consejeras del Gobierno de Canarias, señoras y señores diputados:
Cumplidas todas las formalidades, permitan que les manifieste mi gratitud por la confianza que me han depositado.
Pensé y manifesté que una legislatura al frente de esta institución era bastante para cumplir con lo que es y lo que representa y para asumir un honor que halaga y abruma a quien lo recibe.
Hace cuatro años hablé de una legislatura difícil y esperanzada. Esos dos adjetivos mantienen hoy plena vigencia. Por ello, quienes asumimos las responsabilidades de la Presidencia y la Mesa, no debemos llamarnos a engaños; tenemos que hacer de la necesidad virtud y tenemos que desempeñar con trabajo, con honestidad, con ilusión y con fe en nuestras posibilidades, las tareas encomendadas. En ese carácter, quien les habla y ustedes, señoras y señores diputados, compartimos la obligación de responder a lo que nuestro pueblo espera de nosotros. Nadie nos pide milagros, ni trucos de magia. Todos nos demandan dedicación, voluntad de diálogo, imaginación, esfuerzo y patriotismo, virtudes que no tienen colores ni son privativas de una fuerza política o social.
Vivimos en una sociedad diversa y la debemos representar, en su diversidad, con respeto, con dignidad, eludiendo las cuestiones circunstanciales que nos alejen del interés general, que es el norte de la política; aumentando los cauces de participación y estando cerca de las ilusiones y las demandas de quienes nos colocaron en este hemiciclo. En los difíciles tiempos que nos han tocado, tenemos que predicar con nuestro ejemplo, demostrar con hechos y con ejemplos, que merecemos el apoyo y la confianza que han depositado en nosotros, ganando esos valores día a día.
Antes de los comicios manifesté mi voluntad personal; ya saben ustedes en que sentido; pero desde que estoy en política he demostrado también mi disponibilidad para estar allí donde las necesidades, las responsabilidades y todos y todas ustedes determinen y no eludir los retos, por sacrificados y difíciles que sean.
Acepté esta presidencia desde mi responsabilidad con La Palma y con Canarias. Y por La Palma y por Canarias pondré en esta tarea mi mejor voluntad y mi mayor esfuerzo.
No es hora de mirar atrás; sino de asumir los retos que demandan los ciudadanos y dar respuesta a sus aspiraciones y estar muy cerca de quienes más necesitan de nuestro trabajo, en todos los lugares de todas nuestras islas pese a concurrir por circunscripciones específicas, a través de diferentes organizaciones políticas, todos nosotros conformamos la máxima representación del pueblo canario, a quien representamos y estamos obligados a servirle con entrega a las tareas, con respeto, con diálogo y con ilusión.
Es hora de recordar que tenemos ante nosotros un horizonte de dificultad y trabajo y que ganarlo exige leales esfuerzos de unidad, tesón y ética.
Con esos valores podremos cumplir el sagrado mandato popular, porque en la promesa o juramento de este día, contamos con un juez y un testigo inapelable, el pueblo, al que debemos la dignidad que ostentamos y que nos exige, sin excepciones o matices puntuales, altura de miras y amor a nuestra tierra.
En esa disposición asumo la Presidencia del Parlamento de Canarias y ofrezco, desde ahora, la apertura y la lealtad que haga mejores y más eficaces nuestros cometidos, con las mejores formas – porque la cámara es el espejo y la caja de resonancia de todas las islas – y con la firme convicción de que el progreso y la justicia social, la unidad de las islas y la solidaridad entre todas son las primeras preocupaciones de todas sus señorías.
Con mi sincero deseo de que sus señorías puedan llevar a cabo una esperanzadora y exitosa VIII Legislatura, que responda a las mejores expectativas de recuperación económica y progreso para los habitantes de todas las islas, a los que tenemos el honor y responsabilidad de servir, les expreso mi más sincera enhorabuena".
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