Entre Rosas y Golondrinas
Volverán las oscuras golondrinas
a tu buzón de sobres rellenar
y otra vez con buen pico en los cristales
de plasma mentirán.
Pero aquellas que el vuelo remontaron
y se fueron a Suiza y Panamá
aquellas que suciaron nuestros votos
ésas…¡no volverán!
Volverán entre tupidas madreselvas
hermosas rosaledas a sembrar
y otra vez a la tarde aún más hermosas
rosas regalarán
pero aquellas marchitas de rocío
cuyas gotas mirábamos temblar
y morir como lágrimas del día….
Ésas…. ¡no volverán!
Volverán del amor en tus oídos
las palabras ardientes a sonar;
tu corazón de su profundo sueño
ya no despertará
Pero mudo y absorto y de rodillas,
como se adora a Dios ante el altar,
el voto que han perdido desengáñate
¡ya no lo encontrarán!
Hace unos meses comentaba, en vísperas de las elecciones anteriores, cual es el camino que lleva la política de este país y, sin querer sentar la cátedra que no tengo, decía que en el futuro veía un bipartidismo batiéndose en retirada, victima de sus políticas y de sus excesos; dos nuevos partidos ganando terreno y unos nacionalismos estancados o también en retroceso.
Los electores nos dimos un resultado que, en cierta medida, vino a darme la razón, pero con bipartidismo más resistentes de lo que algunos esperábamos.
Era impensable un masoquismo social tan remarcado, lo que nos obliga a reflexionar.
Si lanzamos una mirada un tanto positivista, tratando al hecho social en sí mismo, podemos intuir que nuestra sociedad se ha dividido en grupos que no responden a ideologías puras y que nada tienen que ver con los términos en que se ha tendido a encasillarlos, a saber: derecha, izquierda, arriba, abajo, casta y descastados o como se quiera llamar.
Aunque las formaciones políticas vuelven a lanzar mensajes con estrategias cargadas de viejos tópicos invocando los extremismos y los miedos arcaicos, es de esperar que las técnicas demagógicas ya no sean eficaces porque, entre otras cosas, se equivocan en lo más básico que es identificar los intereses del grupo al que van dirigidos esos mensajes.
Los partidos, en general, se están dirigiendo a grupos humanos que no responden a una homogeneidad. La mezcla de ideologías, principios éticos, recuerdos, decepciones, fidelidades, intereses, ubicaciones geográficas e incluso situaciones personales del momento, producen un amplio abanico de sensibilidades, que hace muy difícil que respondan a esos mensajes generalizados que podríamos clasificar de anacrónicos y estereotipados.
En los últimos acontecimientos podemos apreciar con bastante claridad cómo nuestra sociedad se está dividiendo en dos grupos que no responden exclusivamente a las clasificaciones tradicionales, es decir, que en ambos grupos y dependiendo de para que, pueden coexistir esas clasificaciones. No necesariamente la derecha, los de arriba y la casta son los mismos, ni lo son la izquierda, los de abajo y los descastados.
Cada vez más se están perfilando dos mundos distintos:
En uno entrarían personas de izquierda y derecha, de arriba y de abajo, casta y descastados, que evaden sus impuestos en un escalofriante fraude fiscal, los empresarios que roban con los sobrecostos de los proyectos públicos, los partidos y políticos que, por permitirlo, cobran comisiones para su financiación, los intermediarios que dejan gran parte en sus bolsillos con una, no menos escalofriante corrupción, y el colectivo más numeroso que estaría formado por los que trabajan en el altar; es decir, los que soportan el sistema porque piensan escalar o vivir muy bien dentro del mismo; los que tragan sapos y más sapos, hoy y mañana, dentro de las empresas y de los partidos, porque en ello les va la vida. Esos que no hablan, que votan y hacen propaganda con el triste fin de seguir participando del reparto, son los “esclavos del pastel” y por último los que confunden las ideas religiosas con la política, porque hábilmente tratan de mezclarlas para obtener rentabilidad recurriendo a las creencias.
En el otro grupo quedaría una amalgama de personas que tienen otro concepto de la vida, de la ética, de la dignidad y de la honradez. Son personas que pagan honradamente sus impuestos por convicción, y no nos equivoquemos, son de izquierda y derecha, de arriba y de abajo, de la casta y de los descastados. A este grupo habría que añadir los condicionados socialmente: aquellos que pagan sus impuestos, porque les hunden a multas si fallan un trimestre, los funcionarios controlados al céntimo, los empleados con la suerte de seguirlo siendo, los que a fuerza de pasear el currículo trabajan un mes aquí y otro allá, los que tienen peor suerte, y los que sufren la parte más dura de esta situación: los parados y los pensionistas que comparten sus escasos ingresos con sus hijos en paro.
Sería completamente imposible lanzar mensajes políticos que satisfagan esta amalgama de situaciones e intereses, y de ahí, la vacuidad, la falsedad, la incoherencia y la ambigüedad de los discursos.
Y…volverán las oscuras golondrinas….
Y…volverán a hablarnos de la honradez aquellos que no lo han sido.
Y…volverán a prometernos decencia los que han enterrado sus indecencias.
Y….volverán a prometernos cambios los que están cambiando desde el 78.
Y…volverán a asustarnos con las mentiras y las viejas historias de los lobos
Y…volverán a prometernos las riquezas del cántaro de la lechera.
Y…volverán a decirnos que regresamos al paraíso terrenal para comer sin trabajar.
Y…volverán a decirnos que “salen a ganar” para ocultar con quien piensan pactar.
Y…volverán a decidir los cuatro gerifaltes de la partitocracia
Y…volverán a engañarnos con las sumas, las restas y las líneas rojas
Pero creo que en este tiempo preelectoral:
Debemos expresar que estamos hartos de las máscaras de la democracia.
Debemos GRITAR que no nos mientan
Debemos exigir una participación real.
Debemos demandar que nos digan las cosas claras y la verdad de lo que van a hacer antes de votar.
Y especialmente debemos reflexionar porque Debemos votar
Vivir para verlo.
Continuamos.
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maximopt
Sr/a Samarroquera:
Me hace dos preguntas de futuro, por lo que me siento incapacitado para contestar, pero puedo darle mi opinión.
¿Serán distintas las elecciones? Si, creo que si y serán una segunda vuelta aunque quieran negarlo. Los resultados seguirán necesitando pactos y acuerdos, pero estos podrían ser significativamente distintos de los que han fracasado.
¿Qué pasaría si otro partido ganara o mejor dicho obtuviera más votos? Pues que se congelaría en la boca la frase “debe gobernar la lista mas votada”, así de sencillo.
Vivir para ver.
Un saludo.
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samarroquera
D. Máximo ¿Cree usted que estas elecciones serán distintas ? y ¿Qué pasará si gana las elecciones otro partido?
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btabares
Buenos días, muchas gracias por la dedicatoria y siga usted escribiendo en prosa o en verso y sobre todo no pierda el humor que lo que nos permite seguir viviendo aunque sea como en mi caso con bastantes limitaciones.
También muchas gracias a don Pedro Luis y que gran alegría para mi volver a verlo por aquí después de mucho tiempo, siga usted aportando su siempre acertada visión de las cosas
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maximopt
Hola D. Pedro: como usted bien sabe algunas aves son migratorias; llegan, anidan y no se intreresan por nuestras casas hasta la nueva necesidad y no crea usted que esa ingratitud no se paga.
Yo por si vuelven ya he puesto en mi casa un espantajo.
Un abrazo.
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PedroLuis
¿Volverán? Querido amigo, no se han ido. Han anidado en sus nichos y mantienen sus rutinas y desvelos.
Eso sí, volveremos a votar. Es nuestro deber ahuyentar los oscuros presagios del pasotismo y la desidia, que nos invitan a volar a mundos ideales que no existen. Un abrazo, que comparto con Antonio Tabares deseando su pronta recuperación.
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maximopt
Quiero dedicar este trabajito a mi amigo Antonio Tabares Martín, que está un poco pachuchito deseándole fuerza y esperanza.
Con Antonio he compartido ideas independientes en el sentido político, con muchas charlas sobre la incongruencia de la partitocracia que ya imperaba allá por el 79 cuando formámos parte de una ya desengañada candidatura independiente en nuestro pueblo.
Un abrazo y me doy por satisfecho si te arranco una sonrisa.
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