El pasado mes de agosto, a pocos días de controlado el grave incendio que sufrió la isla de La Palma, miembros de la plataforma Más Nunca se desplazaron a los municipios afectados. Allí contactaron con víctimas de la catástrofe y realizaron dos reuniones a las que se sumaron cerca de un centenar de damnificados. Los representantes de Más Nunca les trasladaron la solidaridad de las víctimas del incendio de Gran Canaria de 2007 y, sobre todo, el mensaje de que "no están solos".
Más Nucan señala que "los dos largos años de calvario burocrático y desidia de las administraciones que hemos padecido, nos han permitido acumular una notable experiencia. Y la queremos compartir con las víctimas de La Palma para evitarles un trago similar".
Para Más Nunca, que ha creado una delegación en La Palma con los vecinos de Fuencaliente afectados por el incendio del mes de agosto tal y como adelantó este periódico en su momentos, haber sufrido una catástrofe comparable nos permite ser conocedores de los acontecimientos que se producen tras el fuego, y a saber que, una vez deja de ser noticia de portada, se diluye en el tiempo. Tanto el hecho como los compromisos y promesas".
"Dos son las principales acciones que se deben acometer de manera inmediata para evitar un mayor impacto de la catástrofe producida. Por un lado las víctimas más vulnerables, personas mayores y menores, deben ser tratadas del estrés postraumático que están sufriendo. Y por otro lado, debe ponerse en marcha, de inmediato, un conjunto de acciones para evitar que las lluvias del invierno provoquen un daño irreparable en la zona calcinada".
La delegación palmera de Más Nunca ha comenzado a trabajar y a organizar las actuaciones, para priorizar y acometer las acciones de carácter inmediato. Los afectados de La Palma dispondrán de toda la información de la que dispone Más Nunca y del asesoramiento profesional que necesiten. Más Nunca seguirá trabajando para que esta catástrofe que no debió suceder, no vuelva a ocurrir más nunca. La clave se encuentra en la prevención. Y el hecho de que, dos años después, se repita la catástrofe nos demuestra que las cosas siguen sin hacerse bien.
