El Instituto Volcanalógico de Canarias señala que es un proceso que podría considerarse como “esperable” en Cumbre Vieja dado que “se trata de un edificio volcánico activo que además ha experimentado con anterioridad cambios significativos en la emisión difusa de dióxido de carbono”
Evolución temporal de (i) la emisión difusa de dióxido de carbono en el volcán Cumbre Vieja (cuadrados azules) durante el periodo 2001-2013 y (ii) la emisión de helio-3 en La Palma durante el periodo 1991-2012 (cuadrados rojos).
Ante la importante actividad sísmica que está viviendo la isla desde el sábado, aunque la población hasta ahora no la haya notado, el Instituto Volcanológico de Canarias, Involcan, ha informado a través de las redes sociales que es “absolutamente normal que volcanes activos registren enjambres sísmicos como el que este fin de semana se ha registrado en el volcán Cumbre Vieja”.
Por otro lado, indica que como este tipo de procesos no ocurre todos los años en Cumbre Vieja “hay que prestarle el seguimiento necesario y suficiente para evaluar su evolución, máxime cuando Cumbre Vieja se ha caracterizado por un sistema volcánico activo con una especie de calma sísmica significativa durante los últimos años”.
“Nuestra experiencia -indican- sobre el estudio de las emanaciones difusas de dióxido de carbono en sistemas volcánicos activos, así como la de otros colegas expertos en este campo, nos dice que cambios significativos en la emisión difusa de dióxido de carbono pueden detectarse o registrarse con meses e incluso años antes de que volcanes activos puedan experimentar un proceso de reactivación volcánica (Hernández et al. 2001, Notsu et al., 2006).
Como ejemplo más cercano en este sentido mencionan desde Involcan el caso del reciente proceso de reactivación volcánica de El Hierro, que finalizó experimentando una erupción volcánica en octubre de 2011 (no todas las reactivaciones finalizan en erupciones), y donde se registraron cambios en la emisión difusa de dióxido de carbono ya en el 2004 y 2006; unos cuantos años antes de la erupción de El Hierro de 2011 (Melián et al., 2015).
En el caso de Cumbre Vieja, señalan, ” nuestro grupo de investigación lleva monitorizando este importante parámetro para la vigilancia volcánica desde hace 20 años, y durante las campañas científicas de 2011 y 2013 detectamos cambios significativos en la emisión difusa de dióxido de carbono en Cumbre Vieja (Padrón et al. 2015), alcanzándose registros que llegaron a superar las 1.500 toneladas diarias (valores superiores al valor promedio de fondo para Cumbre Vieja que es del orden de los 374 toneladas diarias, así como superiores al rango de los valores de fondo para Cumbre Vieja estimado entre las 132 y las 1.254 toneladas diarias)”.
Estos cambios significativos de la emisión difusa de dióxido de carbono en Cumbre Vieja, como consecuencia de procesos de inyección de fluidos magmáticos, queda además muy refrendado por los cambios registrados en la emisión de helio-3 en La Palma que confirman esta observación. Por lo tanto, añaden, “podríamos aventurarnos a decir que el reciente enjambre sísmico que se ha registrado en La Palma es un proceso que podría considerarse como esperable en Cumbre Vieja dado que se trata de un edificio volcánico activo que además ha experimentado con anterioridad cambios significativos en la emisión difusa de dióxido de carbono”.
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