Manolo Blahnik, uno de los primeros hombres en posar para la portada de 'Vogue'

Pese a que popularmente se cree que la fama de Manolo Blahnik se debe a que Carrie Bradshaw, en la serie Sexo en Nueva York, utilizó unos manolos para prometerse en matrimonio , ya desde la década de los setenta del siglo pasado, el nombre del diseñador palmero era reconocido en el universo de la moda.

Una prueba clara de esta circunstancia es que en enero de 1974 protagonizó, junto a su gran amiga y actriz Anjelica Huston, la portada de la versión inglesa de Vogue. Fue, de hecho, “el segundo hombre en una portada de esta cabecera”, tal y como recoge el programa de  mano de la exposición El arte del zapato que acaba de abrir sus puertas en Madrid.

El autor de esta serie fotográfica, en la que Blahnik luce un trajo blanco, con una copa de champán y a punto de besar los labios de Huston, es David Bailey, uno de los fotógrafos más influyentes de la época contemporánea.

Blahnik ha reconocido en diversas ocasiones que ese papel de modelo no le agradaba mucho, si bien le gustó hacer aquella sesión fotográfica. “En aquella época era joven y delgado, y no me importaba”, comenta en una entrevista reciente a Vogue España. Sobre Huston asegura que “todavía somos amigos 40 años después. Y eso significa algo”.

La década de los setenta es determinante en la vida del genio palmero. En 1971 mantiene el famoso encuentro con Diana Vreeland, mítica editora en Estados Unidos de Vogue, a quien conoce a través de su amiga Paloma Picasso, que los convenció para que orientara su carrera en el diseño del calzado.

En 1972 creó su firma y un año después abrió su primera tienda, Zapata, en Londres. Detesta que llamen manolos a sus zapatos, le recuerda al nombre de una empresa de transportistas que había en Canarias.