En la jornada de hoy falleció el ilustre palmero Enrique Fernández Caldas (Villa de Mazo en 1923). Licenciado en Química por la Universidad de La Laguna, llegó a ser rector de esta institución. En 1962 accedió como investigador y profesor al Consejo Superior de Investigaciones Científicas. También ha trabajado para la British Council y para el Instituto Internacional de los Estados Unidos, además de participar como investigador invitado en las universidades de Arizona, Colorado, Wisconsin y Logan de ese país. En la Isla de su nacimiento fue director del Centro Asociado de la Universidad de Educación a Distancia.
Enrique Fernández Caldas fue distinguido en el año 2002 como Hijo Predilecto de la Isla de La Palma. Además de su labor como docente e investigador, Fernández Caldas tuvo una proyección político y social, siendo procurador en Cortes en la X Legislatura y consejero de Educación, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias entre 1987 y 1989.
Entre sus reconocimientos, ha sido distinguido con la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio y la Gran Cruz al Mérito Militar. También es miembro de la Orden de Andrés Bello de Venezuela y Caballero de la Orden de Las Palmas Académicas de la República Francesa.
BALADRON
Un sentido pésame para su familia y para sus amigos.
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PedroLuis
Se nos ha ido un maestro. Otro más. Anoche, justo cuando me disponía regresar de Abades a Santa Cruz, me informó de su fallecimiento el amigo Antonio Rodríguez, catedrático de Edafología, paisano de Puntagorda, discípulo querido del maestro fallecido. Sabía que estaba con “problemas de la edad”, pero no por ello dejó de sorprenderme su muerte.
Conocí a don Enrique, al final de la década de los 60 del pasado siglo. Llegó a la Universidad reclamado por los alumnos como profesor de Edafología. Por circunstancias que no vienen al caso, muy poco después alcanzó el Rectorado de la Universidad, en una época convulsa y complicada para su gobierno. En una de las algaradas estudiantiles, frecuentes en la época, recuerdo ver arder su coche oficial…
Pese a la situación compleja, en la que la universidad, como la sociedad, se debatía entre los últimos coletazos del franquismo y las ansias de ver llegar la anhelada democracia, timoneó la situación con notable habilidad. Que no era nada fácil.
Los biólogos le debemos, entre otras muchas cosas, sus gestiones para construir el edificio de la Facultad de Biología; el flamante, entonces, servicio de microscopia electrónica; y la creación de un moderno y eficiente Departamento de Edafología, en el que se han formado innumerables doctores y profesores en las Ciencias del Suelo. Entre ellos, la profesora Marisa Tejedor, que también ha sido, entre otros cargos de relevancia, Rectora de la ULL.
No es este el lugar para extenderme más en el recuerdo del maestro, referente por muchas razones de “patria y de profesión”. Admiraba en él, su caballerosidad, su sentido pragmático de la profesión, en absoluto reñido con el rigor intelectual, y su sentido del humor, nunca desprendido de la sabia socarronería palmera. Nos entendíamos, nos apreciábamos y nos respetábamos. No es poco.
Un abrazo de sincero afecto para la familia.
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Fcabrera
Sentido pésame. ¡Que gente más lista ha dado Mazo a La Palma el pasado siglo!
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