Los coreanos quieren "copiar" el modelo de gestión de la Reserva de la Biosfera de La Palma

"Yeoly", no se le puede negar fundamento a la mayoría de sus críticas.

Al respecto:
– La isla que tenemos es la que és, y pese a sus observaciones, también tiene muchos otros aspectos positivos, que conviene no ignorar.

– Los espacios declarados Reservas de la Biosfera, no son -ni deben ser- paraísos idílicos. Son territorios en los que vive gente, que necesita carreteras, genera desperdicios, precisa de una agricultura y economía competitiva, etc.

– Evidentemente es mejor no cometer errores, algunos verdaderamente calamitosos, que resulta mucho más fácil corregirlo en origen, que una vez consolidados: arruí, rabogato, vertidos, roturaciones inútiles, etc.

– Nuestro reto (¡de todos, no sólo de los demás!) es intentarlo hacer mejor, proponiendo alternativas factibles.

Por ejemplo, creo que el tema del arruí, con diálogo, razones y voluntad política, se podría resolver. A nadie le gusta la basura o desperdicios, pero todos acudimos (en el mejor de los casos) a los contenedores a depositarla, luego hay que tratarla y acumular los rechazos en alguna parte: en el Bco. Seco, en Los Morenos, en… ¿si se le ocurre otro sitio mejor, dígalo?, porque los residuos son consustanciales a nuestro modo de vida.

Nunca están de más los planes de recuperación forestal o de rescate genético que plantea para algunas especies, pero honestamente, en La Palma, me parece que lo prioritario es ordenar, planificar y gestionar con eficiencia la masa forestal existente, que no lo estamos haciendo adecuadamente. Si se gestionan y se respetan los planes y normas dictados par la Red de Espacios Protegidos, la solución de los problemas viene añadida.

Claro, para eso, además de crítica (que también cabe) hace falta: ideas, propuestas, voluntad política y medios económicos. Con eso ya iríamos bien servidos. Lo difícil: hacerlas coincidir.